No sé por qué hay que dejar de querer a una persona solo porque se haya muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo.
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No sé por qué hay que dejar de querer a una persona solo porque se haya muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo.
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No sé por qué hay que dejar de querer a una persona sólo porque se haya muerto. Sobre todo si era cien veces mejor que los que siguen viviendo.
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Me paso el día entero diciendo que estoy encantado de haberles conocido a personas que me importan un comino. pero supongo que si uno quiere seguir viviendo, tiene que decir tonterías de esas.
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-Donde yo vivo llevamos gorras de esas para cazar ciervos, por el amor de Dios -dijo-. Esa es una gorra para cazar ciervos. -Y un cuerno. -Me la quité y la miré. Cerré un poco un ojo como si estuviera afinando la puntería-. Es una gorra para cazar gente -dije-. Yo me la pongo para cazar gente. |
Con Jane era distinto. Íbamos al cine o algo así y en seguida nos cogíamos las manos y no nos soltábamos hasta que terminaba la película sin cambiar de posición ni darle una importancia tremenda. Con Jane ni siquiera tenías que preocuparte de si te sudaba la mano o no. Sólo te dabas cuenta de que eras feliz. Eras feliz de verdad.
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Esta caída que te anuncio es de un tipo muy especial, terrible. Es de aquellas en que al que cae no se le permite llegar nunca al fondo. Sigue cayendo y cayendo indefinidamente. Es la clase de caída que acecha a los hombres que en algún momento de su vida han buscado en su entorno algo que éste no podía proporcionarles, o al menos así lo creyeron ellos. En todo caso dejaron de buscar. De hecho, abandonaron la búsqueda antes de iniciarla siquiera.
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Hay quien no sabe lo que le interesa hasta que empieza a hablar de algo que le aburre. A veces es inevitable. Por eso creo que es mejor que le dejen a uno en paz si lo pasa muy bien con lo que dice. Es bonito que la gente se emocione con algo.
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La verdad es que no hay nada como decir algo que nadie entienda para que todos hagan lo que te dé la gana.
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Me paso el día entero diciendo que estoy encantado de haberlas conocido a personas que me importan un comino. Pero supongo que si uno quiere seguir viviendo, tiene que decir tonterías de ésas.
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¿Cómo sabe uno lo que va a hacer hasta que llega el momento? Es imposible.
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Es un poema épico griego compuesto por 24 cantos, atribuido al poeta griego Homero. Narra la vuelta a casa, tras la guerra de Troya, del héroe griego Ulises