nuestras cenas que se habían transformado en combates de silencios y miradas robadas,
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nuestras cenas que se habían transformado en combates de silencios y miradas robadas,
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Le mató la lealtad a gentes que, cuando les llegó la hora, le traicionaron. Nunca te fíes de nadie, Daniel, especialmente de la gente a la que admiras. Esos son los que te pegarán las peores puñaladas.
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Hablar es de necios; callar es de cobardes; escuchar es de sabios.
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El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él.
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La gente que no tiene vida siempre se tiene que meter en la de los demás.
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Nunca te fíes de nadie, especialmente de la gente a la que admiras. Ésos son los que te pegarán las peores puñaladas.»
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La gente se complica la vida, como si no fuera suficientemente complicada.
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Por una mujer así, cualquiera pierde el sentido común.
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Para cuando la razón es capaz de entender lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.
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Nos miramos en la penumbra, buscando palabras que no existían. Aquélla fue la primera vez en que me di cuenta de que mi padre envejecía y de que sus ojos, ojos de niebla y de pérdida, siempre miraban atrás.
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¿Quién es autor del libro?