A veces nos creemos que las personas son décimos de lotería: que están ahí para hacer realidad nuestras ilusiones absurdas.
|
A veces nos creemos que las personas son décimos de lotería: que están ahí para hacer realidad nuestras ilusiones absurdas.
|
No hay segundas oportunidades, excepto para el remordimiento.
|
Nada da más miedo que un héroe que vive para contarlo, para contar lo que todos los que cayeron a su lado no podrán contar jamás.
|
El tiempo me ha enseñado a no perder las esperanzas, pero a no confiar demasiado en ellas.
|
Me sentí rodeado de millones de páginas abandonadas, de universos y almas sin dueño, que se hundían en un océano de oscuridad mientras el mundo que palpitaba fuera de aquellos muros perdía la memoria son darse cuenta día tras día, sintiéndose más sabio cuanto más olvidaba.
|
No podía evitar pensar que si yo, por pura casualidad, había descubierto todo un universo en un solo libro desconocido entre la infinidad de aquellas necrópolis, decenas de miles más quedarían inexplorados, olvidados para siempre.
|
Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él.
|
Unas gotas me salpicaron la herida y vi estrellas en la noche más negra de mi vida.
|
Aquélla fue la primera vez en que me di cuenta de que mi padre envejecía y de que sus ojos, ojos de niebla y de pérdida, siempre miraban atrás.
|
No te ofendas, pero a veces una se siente más libre de hablarle a un extraño que a la gente que conoce. ¿Por qué será?
|
¿Quién es autor del libro?