Harry Potter y el misterio del príncipe

Hombre, si de distinguirlos se trata, la definición de Harry es la más clara -opinó Ron- si nos encontramos a uno en un callejón oscuro, nos limitamos a echarle un vistazo para ver si es sólido y punto. No le preguntamos

Cuando haya un conflicto o un problemón, !llamar a Peevsie y él empeorará la situación!

le afloraban las lágrimas con facilidad desde que el día de Navidad Percy saliera precipitadamente de la casa con una chirría espachurrada en las gafas (de lo cual Fred George y Giny se declaraban responsables)

Sacudió la varita hacia arriba, sin apuntar a nada particular, y pensó
sin articular sonido alguno.
-Aaaaaaahhhhh!
Hubo un destello y la habitación se llenó de voces: todos se habían despertado y Ron había soltado un grito. Harry, presa del pánico, dejó caer el libro. Ron colgaba cabeza abajo, como si una cuerda invisible los estuviese por el tobillo.
(...)
-Lo siento mucho de verdad- musitó Harry, mientras Dean y Seamus seguían desarrollándose.
-Si no te importa, preferiría que mañana pusieras el despertador.

Los adultos somos insensatos y descuidados cuando subestimamos a los jóvenes.

y expresaba mis deseos de que ustedes lo cuidaran como si fuera un hijo propio. Pero no hicieron los que les pedí. Nunca trataron a Harry como a un hijo. Con ustedes, él no conoció otra cosa que el abandono y, muchas veces, la crueldad.

Dumbledore sólo abandonará el colegio cuando no quede aquí nadie que le sea fiel.

Los adultos somos insensatos y descuidados cuando subestimamos a los jóvenes.

Y ahora, Harry, adentrémonos en la oscuridad y vayamos en busca de la aventura, esa caprichosa seductora.

Es más fácil perdonar a los demás por haberse equivocado que por tener razón.