Federico; sólo
Federico. Ni
García-Lorca, ni Lorca.
Federico es como todos le conocían, su familia y sus amigos.
Federico no hay más que uno y @iluros así nos lo presenta en su último libro: una preciosa biografía ilustrada que nos lleva desde los pormenores de su vida y los pequeños detalles, hasta los grandes hechos y obras maestras de su carrera.
A través de los recuerdos de su hermano Francisco y su hermana Isabel, de los artistas Luis Buñuel,
Salvador Dalí o Margarita Xirgú, su correspondencia y sus textos, nos encontramos ante un retrato fiel y muy documentado.
Como si una obra de teatro se tratase, la autora estructura el libro en tres grandes actos/capítulos: el primero se divide a su vez en el cuadro primero (La familia, Fuente Vaqueros) y en el cuadro segundo (El joven
Federico); el acto segundo también cuenta con el cuadro primero (Residencia de Estudiantes) y el cuadro segundo (Nueva York); el Interludio nos habla de la consagración del autor (La voz de
Federico: La Barraca.
Bodas de sangre,
Yerma, Doña Rosita la soltera,
La casa de Bernarda Alba); y cierra la gran obra de su vida el acto tercero y el último cuadro (La guerra, la muerte).
Ilu Ros consigue aquí el principal reto que supone para quien realiza la biografía de un autor: que los lectores salgamos de sus páginas comprendiéndolo mucho mejor, sintiendo que le conocemos de una manera íntima. Se dice que “La noche que mataron a
Federico García Lorca no había luna.” Aquí la autora se toma una licencia, que ya nos anuncia en el prólogo, y que me parece bellísima para cerrar esta reseña: “Yo, que capitaneo este libro, me he permitido dibujársela, porque el colmo de aquella monstruosidad es que ni siquiera ella estuviera para acompañarlo.”
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