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Calificación promedio: 5 (sobre 57 calificaciones)
/Mi primer contacto con el dibujo fue en la infancia, como casi todos los niños, lo que pasa es que yo seguí dibujando al crecer. Luego estudié Bellas Artes, aunque no descubrí el mundo de la ilustración hasta bastante más adelante. En la carrera nunca se me mostró la ilustración como una salida profesional factible, una pena.
Sonará a tópico, pero Maus de Art Spiegelman y Persépolis de Marjane Satrapi me parecen imprescindibles, ya no sólo por la parte gráfica, si no por el peso de las historias, narrativamente son una maravilla. Mallko y Papá de Gusti y María y yo de Miguel Gallardo me gustan mucho por su originalidad y por la sensibilidad a la hora de contar su realidad, me ponen de muy bien humor y me emocionan al mismo tiempo. La versión de Frankenstein, de Elena Odriozola, me parece una pasada. Aporta una visión realmente creativa. Me encantaría ser capaz de hacer alguna vez algo así.
Al final creo que no hay un día que digas «esta es la idea», yo pensaba que sí, pero me he dado cuenta de que no. Es un poco como que hay un cúmulo de ideas que van circulando por tu cabeza y cuando piensas en hacer un libro pues vas buscando estímulos, surgen cosas nuevas y también coges ideas que ya tenías por ahí pululando de antes. Para Cosas nuestras, al principio de todo, pensé en hablar de la copla, pero no sabía cómo cogerlo, al final me di cuenta de que lo que quería contar no era la historia de la copla, a mí lo que me gustaba de la copla era que la copla le gustaba a mi abuela, así que eso era lo que tenía que contar, mi relación con mi abuela y con las cosas que nos gustaban a las dos.
El libro va precisamente de eso, dos generaciones que, a priori, parecen no tener tanto que ver, pero al final te das cuenta de que tienen más cosas en común de las que pensábamos. Básicamente es la idea de que somos quienes somos debido a nuestras experiencias, las personas de las que nos rodeamos e, incluso, debido a las experiencias de los que nos han precedido.
Pues básicamente porque son mujeres que marcaron una época, Concha Piquer y Lola Flores fueron la banda sonora de un tiempo en el que muchas personas no tenían voz. La música al fin y al cabo siempre ha sido una forma de evasión en momentos duros. Rocío Jurado la escogí por mi madre, a ella le gusta mucho, además, cuando me puse a investigar sobre ella me sorprendió muchísimo su actitud con respecto a muchas cosas, feminismo, divorcio…Decía cosas ante las cámaras que no eran el discurso habitual de una coplera en los años 70 u 80.
Estos artistas los escogí por ser referentes para generaciones posteriores y porque todos han echado la mirada atrás hacia la copla, el flamenco o el tango a la hora de escoger sus propios referentes musicales.
Soy feminista, esto está claro. En cuanto a la parte profesional, la ilustración, a la hora de escoger temas para mis proyectos cosas que me interesan. En este libro y en el anterior que publiqué aún más, se habla, por ejemplo, de feminismo, pero esto no quiere decir que este vaya a ser el tema central siempre de mi trabajo, lo que pasa es que claro, como es un proyecto personal pues se ven cosas de mí. Cosas nuestras trata también otros muchos temas, pero claro, en una conversación entre dos mujeres de estas dos generaciones en España el feminismo es algo que está intrínseco.
Suelo utilizar acuarela, grafito, tinta, rotuladores de punta fina y lápices de colores. Utilizo estos materiales porque secan rápido y me permiten trabajar con más agilidad. Soy impaciente a la hora de dibujar.
Pues bastante gente me ha comentado que han encontrado en el libro a su propia abuela, y eso me hace muy feliz, cuando dibujaba a mi abuela Resure no era consciente de que otra persona podría ver en ella a su abuela, y eso me parece muy bonito.
Llevo un mes y algo trabajando en un nuevo libro que se publicará a principios del año que viene pero aún no puedo decir mucho más.
No tengo una que reconozca como tal, supongo que fue más el hecho de ver que hay muchas maneras de contar las historias, me gusta cuando abro un libro y me sorprende la manera que tiene de contar algo.
Cuando tenía 12 años y ya me había leído la colección de libros de Los Cinco de Enid Blyton. Mi padre me dejó Cien años de soledad, me dijo que si no lo entendía o me aburría que lo dejase, pero me lo leí entero.
Ese, Cien años de soledad, y Nada de Carmen Laforet.
Muchos. Me gustaría leerme todos los clásicos, pero me quedan muchísimos por leer aún.
Aquí de Richard McGuire, además es una novela que creo que se puede leer muchas veces porque es muy abierta y te puede incitar a diversas reflexiones cada vez.
No sé si es de culto o no, pero aquella de que «si existe la inspiración que me encuentre trabajando» de Picasso, no sé si era así realmente, pero vamos, el sentido es ese.
Suelo llevar varios en danza. Estoy con Casas y tumbas de Bernardo Atxaga, La forastera de Olga Merino y cuando acabe uno de esos tengo esperándome los tres de La balada del norte de Alfonso Zapico. Además estoy leyendo bastante de cara al nuevo libro que estoy preparando. Tengo más libros pendientes de leer que tiempo.
La tragedia de la pasión amorosa, las rivalidades familiares, la esterilidad, la represión sexual y la muerte son el hilo vertebrador de Bodas de sangre, Yerma y La casa de Bernarda Alba, las tres obras que conforman el ciclo por el que Federico García Lorca ha sido más celebrado como dramaturgo. Una trilogía rural en la que la mujer, el campo andaluz abrasado por el sol y los instintos son los grandes protagonistas que cobran nueva vida en esta interpretación personal y originalísima de Ilu Ros, la autora de la aclamada biografía Federico y «una de nuestras mejores dibujantes» (Manuel Rodríguez Rivero, El País).
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Federico de Ilu Ros
Cuando se hundieron las formas puras Bajo el cri cri de las margaritas Comprendí que me habían asesinado Recorrieron los cafés y los cementerios Y las iglesias, abrieron los toneles y armarios Destrozaron tres esqueletos para arrancar sus dientes de oro Ya no me encontraron ¿No me encontraron? No, no, no me encontraron Pero se supo que la sexta luna huyó torrente arriba y que el mar recordó ¡de pronto! los nombres de todos sus ahogados. |
Cosas nuestras de Ilu Ros
La idea de mi abuela montando en bici por el campo resultó muy fascinante para mí. Nunca se me había ocurrido verla así. Me hace pensar en ella como alguien diferente, más independiente y menos abuela. Más independiente de mí, me refiero. Es como si esa imagen de ella montada en bicicleta perteneciese a otra carpeta de mi cabeza que no es la de . Pero me gusta mucho. Me encanta imaginar la montando en una bici. Y yendo muy rápido. Casi volando. |
Cosas nuestras de Ilu Ros
Si te quedabas viuda es que habías tenido mala suerte. Si te quedabas soltera..., eso es que no te había querido nadie.
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¿Quién mata al elfo Dobby?