Federico

Ilu Ros nos presenta una biografía muy especial en esta novela gráfica en la que las ilustraciones juegan un papel muy importante para transmitir con unos dibujos plagados de magia las grandes ideas del maestro dramaturgo. La autora se ha encargado de recoger información sobre el autor y hacernos un magnífico resumen de su vida intercalándolo con sus poemas, cartas e incluso entrevistas que plasma tan vivamente que nos hace sentir que somos el público asistente.

Este precioso libro nos ofrece un viaje en la vida del distinguido autor en el que es imposible no emocionarse con cada historia, cada imagen. He descubierto un poquito más de la vida del autor, así como de su obra y aunque ha sido un libro que he devorado, he disfrutado con cada historia. Me ha emocionado tanto la forma en la que la autora ha contado el final de su historia, que no he podido evitar soltar alguna lágrima. Federico era un hombre querido por aquellos que lo rodeaban y es muy bonito conocer lo que sus coetáneos opinaban de él y en cuanta estima lo tenían. Me ha gustado especialmente la forma en la que la gente destaca la forma tan peculiar de querer y trabajar que tenía, intensamente, dándolo todo, como lo hacía plasmar en su trabajo.

Sin lugar a dudas, este libro es maravilloso tanto si ya conoces al autor como si lo quieres descubrir. Creo ya nunca podré olvidar la introducción del libro en el que la autora nos explica que mientras trabajaba en él, habló con algunas personas y al nombrarle el título, Federico, le hacían una pregunta sorprendente: “¿Qué Federico?”, a lo que ella respondía “¿Cómo que qué Federico? Federico solo hay uno”.