El abismo del olvido

¡Hola hola! 🫙

Hoy vengo con una novela gráfica preciosa que me ha emocionado en gran medida por la temática que trata: las exhumaciones de los represaliados durante la Guerra Civil española.

Paco Roca es un autor ya mencionado en esta cuenta (Arrugas y Los surcos del azar) cuyas obras son de gran profundidad en el alma humana. de esta vez, se ha unido con el periodista Rodrigo Terrasa para vociferar contra ese muro que se formó en contra de los vencidos republicanos tras la Guerra.

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En El abismo del olvido, seguimos a varios personajes pero sobre todo destaca la historia de Pepica Celda una mujer octogenaria que con ocho años perdió a su padre a manos de los fascistas. Tal y como le prometió a su madre, jura recuperar los restos de su padre. Esto supone una odisea administrativa y social, en la que todo son frenos para una víctima que lo único que quiere son paz y descanso para su familia. Con el tiempo como un implacable enemigo, muchas familias en similar situación, también se unen a la lucha. Pero no solo se fija en el presente, sino también en ese pasado que esconden esos restos apilados de cualquier manera dentro de una fosa común. Y hubo demonios pero también ángeles en aquellos tiempos tan convulsos…
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Es una historia preciosa que explica muy bien el contexto de este período histórico, jugando con las causas y las consecuencias de todo este horror que se aproxima que causó medio millón de muertos. Recomiendo mucho esta lectura. Sus dibujos y todo el trabajo de investigación que acompañan a sus páginas son un resultado de 10. Todo ello basado en hechos reales.
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“Se sabe mucho de una sociedad viendo sus enterramientos. ¿Qué se sabrá de la nuestra?”

Esta no es la mejor ni la única frase con la que poder resumir todo lo que nos cuenta esta brutal y necesaria novela gráfica, pero a mí es la que más me está dando que pensar.

¿A quién puede molestarle que cientos de familias quieran recuperar los restos de sus familiares? ¿Por qué en esta ocasión es indignante “remover el pasado”? ¿La memoria no debería unirnos, en lugar de separarnos?

Como siempre las respuestas parecen fáciles y obvias, pero para cuando, aun así, no se entienden las preguntas, ahí es donde se hace vital la lectura y el visionado de este texto.

Paco Roca y Rodrigo Terrasa nos han regalado un tiempo en el que precisamente ejercer el derecho a recordar, a poner nombre y espacio a todas esas personas que murieron represaliadas por el régimen franquista tras la Guerra Civil. Cuerpos y almas arrojadas a fosas invisibles que forman un mapa subterráneo de historias desesperadas, por las que sus hijos y nietos luchan como en una réplica del conflicto; solo que aquí no queda claro quién es el ganador.

El abismo del olvido trata sobre Pepica Celda y su padre, pero también sobre ese maravilloso personaje que es Leoncio Badía, sepulturero del cementerio de Paterna, lugar en el que transcurrieron los fusilamientos y también el recuento de las convenidas amnesias.

Plasmada con un estilo elegante, casi cinematográfico, pero que no nos permite olvidar que todo lo que se cuenta es real; la ficción es el cuento que se repiten algunos para no reconocer esta vergüenza nacional que palidece sin sonrojos.

La lectura de este viaje es una ocasión estupenda para disfrutar todas las dimensiones del arte (la figurativa y también la documental). Pero no solo para eso, sino para repensar la humanidad y la dignidad no solo como derechos; también como obligaciones, como pagos justos. Como una oportunidad para mirar a nuestros hermanos a la cara y reconciliar de una vez el pasado y el presente, la única forma que nos hace estar más cerca de un futuro en paz.
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Otra obra maestra de Paco Roca, esta vez plasmando en dibujo una historia tristemente real.

Los dibujos transmiten cercanía, consiguiendo que nos impliquemos emocionalmente en la historia. Alternando presente y pasado, con bosquejos de la historia de las costumbres funerarias.

La última novela gráfica de Paco Roca. le tenía ganas desde que la vi anunciada. Porque es totalmente Paco Roca, en su versión más histórica. Nos recuerda la importancia de no olvidar, del peso que tiene la historia cercana en las vidas de la gente que tenemos alrededor. Es cercana y conmovedora

Otra obra maestra de Paco Roca, quien, con ayuda del periodista Rodrigo Terrasa, y a través de una historia real, nos muestra una de las etapas más crueles de nuestra historia reciente: las fosas comunes de los represaliados de la dictadura franquista.

Y a parte de decir que nos vamos a encontrar una historia conmovedora, escrita con toda la sensibilidad, bien documentada y mejor dibujada. Es una historia que podía haber ocurrido en cualquier otra parte de España y con cualesquiera otros protagonistas, pero los de esta ocurre en Valencia y sus protagonistas son José Celda, su hija Pepica, y Leoncio Baldía.
Y solo puedo decir, bonito lo ha contado. Nos encontramos co imágenes y textos que contienen a la vez momentos emocionales y otros que revuelven por dentro, pero también información expositiva para que podamos comprender la dimensión de este drama que aún está lejos de terminar y que no se ha podido contar de mejor manera 😊

“El olvido es el abismo que separa la vida de la muerte”

Valencia, dos años después de acabada la guerra. El franquismo instalado en el poder está depurando todo lo que huela a democracia y a izquierda ayudados por el revanchismo.
José Celda es un agricultor acusado injustamente y fusilado junto a otros infelices sin un juicio justo. Mientras su mujer también está en la cárcel, su hermana y otras mujeres intentan conseguir que los cuerpos de los fusilados no vayan a la fosa común.
El enterrador del cementerio de Paterna es Leoncio Badía, un estudiante de magisterio represaliado que intenta darles a los fusilados, en su sepultura, la dignidad que el régimen les niega y sobre todo que las familias sepan el lugar en el que están enterrados.

Setenta años después de la guerra y para nuestra vergüenza, sigue habiendo muertos en nuestras cunetas, y familiares que siguen reclamando sus exhumaciones.
Josefa Celda,hija de José, con casi 90 años, ha emprendido un proceso administrativo brutal para conseguir poder recuperar los huesos de su padre de la fosa común y a pesar de las trabas de gobiernos y administraciones locales; y gracias a un grupo de arqueólogos llegó a conseguirlo en 2021. Su padre puede reunirse, en la tumba, con su madre.
Maruja Badía, la hija del sepulturero cuenta la historia de su padre para que se conozca todo lo que hizo y no se pierda en el pozo del olvido.
Los relatos de las dos nos ayudan a devolver la memoria a un país que, a menudo se niega a recordar
Este libro se lee con un nudo en la garganta, un pañuelo en una mano y los puños apretados; hay que leerlo poco a poco dosificando su dureza. Un libro imprescindible

El último cómic de Paco Roca que no podía faltar en mi estantería y que vosotros no deberíais dejar de leer porque todo lo que hace este autor siempre es maravilloso.

En esta ocasión Roca trabaja junto a Rodrigo Terrasa, quién se ha documentado concienzudamente para poder hablar sobre el tema de las fosas comunes en las que se encuentran aún a día de hoy miles de personas que fueron asesinadas por el régimen franquista. Partiendo de la historia de Pepica, una de esas mujeres que ha peleado por conseguir encontrar a un familiar (en este caso su padre) para poder darle sepultura digna, conocemos las historias de varias personas que fueron víctimas de la represión en la zona de Paterna, pero sobre todo se nos descubre la historia de Leoncio, el enterrador.

A Leoncio le pusieron a cavar fosas en el cementerio de Paterna como castigo, en lugar de matarle le dijeron: “Tú, rojo, vas a trabajar enterrando a los tuyos”, así que cada noche en que se fusilaba Leoncio tenía que tener preparada la fosa para poder tirar dentro de ella los cadáveres de todos los asesinados. Pero Leoncio no pudo mirar hacia otro lado, él veía el sufrimiento de todas aquellas mujeres que buscaban saber qué había sido de su hermano, su marido o su padre e hizo lo que estaba en su mano para guardar algún recuerdo para ellas, además de tratar de colocar los cadáveres dentro de las fosas y dejar algo que pudiera servir para identificarles posteriormente.

A través del trabajo de los arqueólogos y la historia de Pepica descubrimos lo complicado que es conseguir los restos de tus seres queridos, incluso aún sabiendo dónde están y aunque la legislación actual contemple estos casos, pero dependiendo de quién gobierne los familiares se pueden encontrar con más o menos trabas, y, en cualquier caso, los procesos son tan largos en el tiempo que muchos mueren antes de poder desenterrarlos.

Sin duda Paco Roca vuelve a tratar un tema de gran relevancia histórica, y, como siempre, lo hace a través de una narrativa espléndida, nada recargada aun conteniendo mucha información y logrando transmitir con gran sensibilidad un tema duro y complejo. Una lectura imprescindible.

Todavía hay quien no entiende la necesidad de lxs hijxs, sobrinxs y descendientes de los miles de víctimas de la Guerra Civil de desenterrar a sus muertos para que tengan un entierro digno y poder despedirse de ellos como se merecen. Y no, no es cuestión de "no revolver" o de "dejar el pasado en paz" porque tras la I y II Guerras Mundiales se abrieron las fosas comunes en todos los países europeos para devolver a los caídos a sus familias, menos en España. Así que se trata de justicia.

José Celda fue uno de los miles a los que, durante 40 años, se les negó la memoria. Fue enterrado, junto a casi doscientas personas más, en la fosa 126 de Paterna, una de las 180 que se abrieron en el cementerio de esa localidad. Fue su hija Pepica, con más de ochenta años y con la férrea voluntad de cumplir la última voluntad de su madre y su tía, quien se enfrentó a ese laberinto burocrático que supone el proceso de exhumación. Precisamente en esta fosa se hizo un inusual hallazgo: junto a los cadáveres se encontraron unas botellitas de farmacia que contenían unos papelitos donde se podía leer el nombre de los fusilados.

La memoria y la historia de España conforman el tándem de la nueva novela gráfica de Paco Roca, “El abismo del olvido” (@astiberri_ediciones) junto al periodista Rodrigo Terrassa. En un riguroso ejercicio de investigación, descubrimos una obra magnífica donde la narración se mueve a través del tiempo, del presente al pasado. Es en ese pasado donde conocemos la historia de aquel que enterró a los miles de fusilados en Paterna, Leoncio Badía, un republicano al que conmutaron la pena de muerte por el trabajo de “enterrar a los suyos” y que se encargó, a escondidas, de guardar para las viudas un recuerdo de sus hombres.

La crudeza de esta obra es tan real como lo fueron aquellos fusilamientos que acabaron con miles de personas en fosas comunes, y es precisamente esa crudeza la que genera tantísima emoción que, en mi caso, eran lágrimas de angustia.

#ElAbismoDelOlvido nos deja una historia de la lucha por la dignidad tan dura como necesaria contada desde el respeto y con muchísima sensibilidad.
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Dotar de belleza a una historia tan triste y macabra como "El abismo del olvido" solo está a la altura de un gran dibujante como Paco Roca, que junto a Rodrigo Terrasa nos recuerda, una vez más, el sinsentido humano y político que fue la Guerra Civil, la dictadura y gran parte de la Transición, además de poner el foco en la importancia de una Ley de Memoria histórica que pudiera "reparar" parte del daño.