Miseria

Escogí esta lectura porque por la sipnosis parecía que iba a estar interesante por los casos de Cometierra, además me lo mandaba la editorial a cambio de una reseña, cuál fué mi sorpresa al enterarme después de haberlo recibido que era el segundo de una serie. Intenté leer el primero pero vista la cantidad de modismos que tenía, así que decidí atacar directamente al que me habían mandado.

No soy una gran fan de los autores latinos, no todos me gustan (y depende mucho de la temática de lo que escriben y de cómo lo escriben), ni del realismo mágico. Así que con esas bases, os digo que este libro no me ha gustado nada, es aburrido y plano y no ocurre nada, además cuando lo inicié me descolocó un poco, porque tiene 2 narradoras en los capítulos, Cometierra y Miseria, pero no está especificado por ningún lado, al menos al inicio del capítulo, así que no sabía quién hablaba.

La única cosa buena que tiene la novela es que son capítulos cortos y se lee rápido, por otra parte, Miseria, me ha caido fatal, me ha parecido una niña mimada que necesita que le hagan caso continuamente, Tina tampoco me ha gustado, Cometierra me ha gustado algo aunque sin tirar cohetes y Walter pasa sin pena ni gloria, en resumen, que tampoco he empatizado con los personajes.

Y por último, yo pensaba que la novela se iba a centrar más en Cometierra, y en su don para encontrar a gente desaparecida y eso no ocurre hasta algo más del 50%, lo único que ocurre antes de eso es el día a día de Cometierra, su familia, amigos y conocidos deja bastante que desear la verdad.

Habitante de los márgenes sociales, Cometierra es una heroína con trazas de outsider que se debate entre la fantasía de comenzar de nuevo y encajar en el mundo, y un sentido de la responsabilidad del que no hay modo de librarse. A su lado, Miseria también busca su sitio: tramar afectos donde hasta ahora solo hubo carencias y, a su vez, sacar el máximo partido de un instinto de supervivencia desarrollado a la fuerza desde muy pequeña. A través de estas dos protagonistas, cuyas voces alternan a lo largo de toda la novela, muerte y vida se entrelazan en el discurrir de visiones macabras y escenas de ternura maternal que, junto con las representaciones del bien y el mal que nutren el relato, abren un juego de contrastes que bebe tanto de la tradición de la tragedia clásica como de géneros populares como el noir y el cómic. Entre mujeres que están allí para acompañar y guiar a las más jóvenes y brujas malvadas que dominan los secretos de la magia negra, o hermanos protectores y padres monstruosos, Miseria, sin embargo, trasciende las dicotomías para captar los matices de una realidad donde la desesperación y el dolor devienen rabia, pero, también, se conjugan con lo festivo, la dulzura de un gesto o la necesidad de compartir. Las historias de Cometierra, Miseria y tantas víctimas de una forma u otra de violencia de género señalan los límites y la ineficacia de las instituciones públicas, algo tan habitual hoy en día.

He terminado la segunda novela de Dolores Reyes y me ha transportado no solo a Cometierra sino a todo el continente latinoamericano. Siempre he tenido la sensación de que ese pueblo ha sabido explorar como ninguno el mundo del subconsciente. Dolores Reyes parte en Miseria de una visión fantástica para poder expresar su propia realidad, y la expresa de tal manera que todos la consideramos real porque el contenido lo es, la desaparición de tantas mujeres, y el sentimiento, también (la impotencia de la soledad).

Las imágenes reales y fantásticas se unifican con total normalidad para conseguir que los lectores las asociemos a la intención de la autora: denunciar la situación en la que viven los seres humanos en determinados suburbios en los que nada se tiene, en donde el cariño de un animal es a lo único que, algunos, pueden aspirar, «Paseo por un parque que no pisé nunca. Tanto buscar con Miseria una plaza y ahora se aparece en mis sueños […] Metida debajo de los bancos hay una perrita quieta […] —Susy, no salgas de acá. Enseguida te buscan. —Y cuando escucha su nombre, mueve la cola».

Para entender perfectamente estas imágenes, Reyes introduce a los personajes, representantes de una problemática sociocultural, en un mundo onírico. El espacio real ahoga a los protagonistas con falta de oportunidades, son desarrapados envueltos en una espiral de violencia y animalización cuyas consecuencias son nefastas, sobre todo para las mujeres, aterrorizadas en una sociedad que no pocos interesados aderezan con magia negra.

La mujer en Miseria, es la verdadera protagonista. Mujer que, como la tierra, es símbolo de vida, protección y muerte «Mi mamá tampoco tenía camisones. Ella me contó que cuando volvimos del hospitalito, solas nosotras dos, hacía frío y como ya no tenía nada que ponerme […] envuelta y pegadas, estuvimos esos primeros días juntas ella y yo». La figura del padre también es simbólica de ese machismo ancestral y animalizador. Para Cometierra, Miseria, la Tina, Florensia… el padre es una presencia odiada o ausente. Por eso, probablemente, el Walter es el personaje más entrañable. La autora pide, con él, un cambio. Walter es la nostalgia, el deseo de un padre cariñoso, un hombre capaz de actuar sin violencia, un hombre que no quiere venganza sino justicia.

La relación entre el Walter y el Pendejo marca la aspiración de acabar con el padre destructor de la familia.

No hace falta haber leído Cometierra para seguir el argumento de Miseria; a veces hay alusiones que facilitan al lector el significado que algunos personajes tienen en la historia, o permiten el recuerdo de sucesos anteriores que ahora se entienden como premonitorios, «Vino porque el viejo está enfermo y necesita guita […] Y no quiero que mi hermana se entere de que apareció […] Quiero darle lo que me piden y que se vayan para siempre […] Estoy terminando de juntarlo, se la mando y se acabó».

No hace falta haber leído Cometierra pero sí es aconsejable. En Miseria, Cometierra, que había prometido no comer tierra más, se instala en otro pueblo con su hermano y su cuñada Miseria, embarazada con 16 años. Pero tan necesario se hace el dinero cuando llega el niño y son tantas las niñas y mujeres desaparecidas que, de nuevo, se aviene a buscarlas. Sin embargo ya hay una vidente, una reina de la noche que practica la magia negra y no está dispuesta a que nadie le haga sombra, entre otras razones porque cuenta con gente capaz de aniquilar al que lo intente y con el beneplácito de los gobernantes.

Cometierra no se bastará para parar la barbarie. Las mujeres deberán unirse y reclamar el fin de tanto dolor con un fuego que, simbólico, pretende quemar el daño para que de las cenizas resurja una nueva sociedad. Cuando Aylén es consciente de ello se queda en ese nuevo lugar, se separa de su hermano, de su familia, por primera vez, con la promesa de volver a estar juntos cuando todo se solucione.

Miseria es una novela de sentimientos. Sus protagonistas son mujeres reducidas a un espacio seguro, la casa y sus inmediaciones. Cuando alguna falta, salta la alarma y comienza a imperar el miedo. Apenas hay acción; solo Marta, al ser consciente de que su hija lleva muerta varios años, convoca a todas las mujeres para quemar el Corralón, donde durante tanto tiempo las niñas, las jóvenes han sido torturadas, violadas, asesinadas, enterradas sin que las autoridades pusieran fin a esa atrocidad. La quema del Corralón es símbolo de la destrucción de la opresión. La mujer de Dolores Reyes pide libertad, pide la unión de todas para que se alce en una única voz que no está dispuesta a tolerar más abusos:

—Nosotras también tratamos de que nos devuelvan a las pibas, pero lo hacemos de otra forma […] Nuestra fuerza depende solo de nosotras. de organizarnos para salir a meter presión

En cuanto al estilo, la autora mantiene una perspectiva dual, Miseria y Cometierra se turnan para contar sus sentimientos mediante algún monólogo interior que se intercala en diálogos, capaces de dar fe del instinto de protección de ambas. A veces el flujo de conciencia da paso a una narración dura y espontánea, reflejo de la lengua oral. Los lectores empatizamos con ellas desde el principio, tanto que, el final nos sabe a poco; queremos más. Cometierra puede ser la protagonista de una serie de novelas dirigidas a concienciar de la situación que viven los desamparados y denunciarla. Dolores Reyes escribe novela negra testimonial de los barrios más desprotegidos de Argentina, representantes universales de cualquier lugar deprimido, «Mamá, acá estoy bien. Tengo agua, una pieza, heladera y amigos […] La enfermera pregunta por qué no vine antes. Suspiro y no digo nada».

En la historia, el límite entre lo real y lo imaginado se desvanece, es fácil pasar de uno a otro porque Reyes trata lo extraordinario como algo natural, usual, mezclando superstición, premonición, sueño e imaginación.

El lector no es testigo de todo lo que ocurre, hay sucesos que se quedan fuera de lo narrado y nos vemos obligados a imaginar, de esta forma quedamos implicados en la trama. Cometierra deforma las imágenes percibidas; su sensibilidad es tal, que puede convertir cualquier hecho en sueño y vivirlo, irrealizándose, para poder actuar en él: «¿En qué lado de la habitación estoy ahora? El sueño me dobla las rodillas. Madame escupe humo como el caño de escape de una moto y después apoya el pucho para quemar mi ojo izquierdo. Me caigo de dolor».

Cometierra es la creadora, espectadora e intérprete de sus sueños, pero las imágenes que percibe no solo son parte de su imaginación sino que pertenecen a una realidad deformada coherentemente para que ella pueda proyectar ahí su vida, porque la vida de Cometierra es la muerte de las demás mujeres. Creo que la novela es testigo del sentimiento real de Miseria y del onírico de Aylén «Ni bien cierro los ojos, la escucho […] Mañana te vengo a buscar […] y al final me da un beso hermoso, como si fuera una bendición y sale de mi sueño»; entre ambas surge el día a día de mujeres invisibles. Mujeres inexistentes en la sociedad, sin personalidad, sin nombre. Mujeres que, entre ellas, también se conocen por el apodo que las representa. El niño nacido de Miseria, el Pendejo, será nombrado así, como vulgarmente son llamados los muchachos en Argentina, pero su madre lo consagra con una seña de identidad que pertenecerá solo a él y a su familia, «Y ahí sí lloro mientras le digo su nombre despacito, mi boca pegada a su frente, porque él también viene a mí llorando y se lo repito dos veces […] al oírme se queda tranquilo».

Espero que Cometierra, Miseria, el Walter y el Pendejo sigan luchando hasta hacerse visibles en una sociedad que los trate con justicia. Espero que en algún momento Aylén pueda dar fe del significado de su nombre.

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La primera parte es Cometierra, leedlo antes que este porque sino no tiene sentido. En esta parte el protagonismo se reparten entre Eylén (nombre de Cometierra que aparece pocas veces) y Miseria, la “cuñada” de Cometierra. El libro no es tan impactante como el primero, porque ya sabes de qué va la historia, pero, aún así, sigue siendo una historia que engancha y que hace seguir leyendo. Miseria es muy diferente a Cometierra, es muy habladora, Cometierra no, pero es una chica muy buena y ayuda a pensar lo que puede.
Este libro se lee solo, con capítulos cortos la historia va fluyendo muy bien y quieres seguir leyendo.
He terminado este libro y que me he quedado con ganas de más, creo que esta historia no acaba aquí, espero (y deseo) que Cometierra vuelva en otra aventura contando más cosas de su don, ayudando a la gente,

La trama principal de "Miseria" es la historia de Cometierra, una joven que tiene la habilidad de encontrar cadáveres y que vive en un barrio marginal de Buenos Aires.

La novela está narrada en primera persona, algunos capítulos por Cometierra y otros por Miseria, una mujer embarazada que también vive en el mismo barrio.

La historia se centra en la búsqueda de Cometierra para encontrar a una niña desaparecida y cómo esto afecta su vida y la de las personas que la rodean.

"Miseria" aborda entre sus páginas los siguientes temas:
La pobreza y la miseria, la dignidad humana, la violencia, la maternidad, la búsqueda de identidad, además la novela es el retrato de un barrio marginal de Buenos Aires y de las personas que viven allí, por lo que también se pueden encontrar otros temas como la solidaridad, la amistad y la esperanza.

En resumen, la novela presenta la pobreza y la miseria como una realidad compleja que afecta a las personas en múltiples aspectos y que requiere de una comprensión profunda para poder ser abordada adecuadamente.

La prosa de Dolores Reyes es poética y sensible.

La novela ha recibido múltiples críticas positivas y ha sido considerada una obra maestra.

Para mí la autora, Dolores Reyes, es una de las grandes sorpresas de la literatura latinoamericana.

Lectura que me aconsejó mi librera del barrio y fue un gran acierto hacerle caso.

Novela ambientada en Latinoamérica. En ella se refleja como tema central, el feminicidio, la desaparición de mujeres, muchas con un final fatal y la impunidad con la que se cometen. Refleja la desesperación de los familiares ante la incertidumbre, sobre el destino de sus hijas y la impotencia de no tener un cuerpo al que enterrar y llorar.

Los hechos los muestra mientras trata el día a día de tres personajes principales: Miseria, Walter y Cometierra. Miseria es una chica que es madre demasiado joven, Walter es su pareja y Cometierra es la hermana de este.

Cometierra, que en realidad se llama Aylén, es vidente y tiene el don de encontrar chicas desaparecidas, comiendo tierra que ha sido tocada por ellas. Las encuentra, vivas o muertas.

La narradora es tanto Cometierra como Miseria, cosa que me descolocó durante las primeras páginas, pues únicamente sabes quién habla por lo que dice y cuando se inicia la trama y todavía no conoces a nadie, es un poco caótico.

El texto está dividido en 3 partes y articulado en capítulos cortísimos, lo que facilita enormemente la lectura. La autora utiliza el realismo mágico de una manera sencilla, mediante una escritura fresca y cotidiana. de lectura ágil, es una novela que sinceramente recomiendo.

Como única pega, comentar que para lectores de España, incomoda un poco a la lectura encontrarse tantas palabras que se usan enLatinoamérica y no en España, como pucha, faso, tuca, pava, yuta, cana, remera, buzo… aunque por el contexto más o menos te imaginas lo que puede ser.

«Nada le resulta a Cometierra tan difícil como sus sueños»
 
Una historia de apariencia sencilla. Miseria espera un hijo con el Walter, Cometierra quiere huir de su don, rodearse de desconocidos y salir de su propio tormento. Pero dos ideas llaman poderosamente mi atención, una, la fe en la santería, la necesidad de reducir la incertidumbre, y, otra, la desaparición de tantas mujeres y el silencio que se teje alrededor de esto.
                Cuando todo a nuestro alrededor está sumido en un caos, necesitamos algo de control, cuando a nuestro alrededor solo hay incertidumbre e inseguridad, necesitamos entender y dar respuestas, necesitamos reducir ansiedad, la santería, la brujería, los videntes, da ese cierto control que tanto necesitamos. Nos cuenta Dolores Reyes que cuando escribió la primera parte de esta historia, aunque si hacéis como yo, empezar la casa por el tejado, no os perderéis, muchas personas se pusieron en contacto con ella porque necesitaban el numero de Cometierra, necesitaban encontrar a su hija, a su madre, a su amiga, a todas esas mujeres que nunca aparecen y alguien las espera. TERRIBLE. Todas esas personas buscan el alivio de la incertidumbre, está en un hospital, está bajo tierra, está muerta o viva, feliz o triste, ¿dónde está?
                No es una historia fácil de escribir, Dolores Reyes es una escritora valiente que no quiere normalizar que las mujeres desaparezcan, que las familias busquen a sus seres queridos hasta la extenuación.
                Una lectura para leer reflexionando sobre muchos puntos, los tratados arriba, y otros importantísimos, la violencia obstétrica, las expresiones humillantes junto con las palabras sexistas, el uso de la fuerza física. Y por último, tras la pandemia, el mundo entró en crisis, no salimos mejor, salimos más frustrados, con más ira y agresividad que se tradujo en más violencia de género, aprendamos a canalizar, gestionar toda esa rabia en algo más positivo.
Una historia que da para mucha charla. Mil gracias Dolores por la mañana tan fabulosa.
 
«… a lo mejor las cosas que crees que te faltan son las que más te sobran»
En nada os traigo la primera parte con la que Dolores Reyes conquistó a miles de lectores.
 
 

Continuación de su primera novela, “Cometiera”. La protagonista trata de huir de su don. Se muda a otro barrio con su hermano y su cuñada. Y trata de huir de su vida anterior… Pero la realidad es demasiado dura, hay demasiadas mujeres desaparecidas, demasiado dolor a su alrededor. Finalmente va a claudicar ante la insistencia de su cuñada que ve en la actividad de Cometiera una fuente de ingresos. Y vuelve a sentir, a sufrir y a ayudar a cerrar heridas ajenas haciéndolas suyas.

Esta vuelve a ser una historia de mujeres, de sororidad, de relaciones familiares, de amor y dolor. Muchas cosas contadas en muy pocas palabras. Una historia intensa, que me ha atrapado, no solo por la realidad que presenta sino también por sus personajes, hacia los que ya siento cariño. Quiero saber como sigue su historia. ¿sobreviven a su realidad? ¿sobrevive Cometierra a su don?

Antes de empezar con mi opinión sobre esta historia tengo que decir que es la segunda parte de un libro que yo no he leído. "Cometierra" fue la primera novela de Dolores Reyes y, por lo que tengo entendido, tuvo mucho éxito. Yo había oído hablar de ella pero pensé que "Miseria", a pesar de tener personajes en común, era independiente. Y no es así. Si bien se puede seguir la historia sin conocer la anterior, cosa que yo he hecho, lo cierto es que es una continuación y recomendaría leer antes la primera.

A pesar de todo esto Miseria me ha gustado bastante. Toca un tema muy duro pero tristemente real: desapariciones de mujeres en un entorno lleno de violencia, pobreza y miseria ante la inacción del gobierno, que no hace nada por solucionar el grave problema, y la desesperación de familiares que no tienen ninguna ayuda para recuperar o, al menos, llegar a saber algo acerca de su dolorosa pérdida.

A través del característico estilo del realismo mágico latinoamericano nos adentramos en la nueva vida de Cometierra, una chica con el don de encontrar a personas desaparecidas mediante la ingesta de tierra. Aunque se había propuesto no hacerlo más, porque es algo que le afecta en varios sentidos, decide volver a ayudar a encontrar, y en ese proceso la conocemos a ella, a su familia más cercana, a algunos conocidos y al ambiente que los rodea a todos. En un precario barrio argentino las dificultades los acorralan y ellos las enfrentan como pueden.
Además del tema principal, creo que proyecta muy acertadamente otros que envuelven a toda la historia. Los lazos familiares, la amistad, la maternidad en un entorno hostil, la explotación laboral, el autoconocimiento... de forma fluida y sin forzar se percibe todo eso a través de las dos voces protagonistas y sus vivencias.

Me ha gustado el estilo y la forma pero, como he dicho al principio, al no conocer la primera parte me he sentido algo descolgada en algunos momentos y, aunque he podido seguir la historia, me faltaba información para poder percibir todos los matices. Quiero leer el primero y seguiré de cerca a la autora, porque todo indica que habrá tercera parte.

Vengo cerrando el 2023 y creo que no hay mejor forma de hacerlo que habiendo leído Miseria.
Siendo la continuación de Cometierra, la primer obra de Dolores, en esta segunda parte seguimos la vida de Cometierra, Miseria y el Walter en Buenos Aires.
En Miseria de explora el embarazo, el desarraigo, la familia, el comenzar de cero, el tener la fuerza de animarse a preguntar "¿quien soy?" y llegar hasta el otro lado con las respuestas.
Los personajes se ven vivos. Narran desde su punto de vista, dicen claro lo que piensan y sienten.
A su vez la historia tiene realismo mágico, expone la violencia obstetrica e institucional, le agrega toques de policial y además es bien de barrio.

Disfruté muchísimo de esta lectura.