Todos somos villanos

Todos somos villanos aspiraba a ser un librazo de los que te duran un solo día entre las manos de lo adictivo que se planteaba en un principio. Pero pronto nos damos cuenta de que se queda en algo poco más que aspiracional.

Inicialmente, el libro, a mi parecer, comienza de una muy buena manera, algo lento, pero sin duda capta la atención del lector en seguida. Gracias al dinamismo de la historia y el contexto de los personajes y ellos mismos, no podremos dejar de leer hasta que desvelemos el misterio al completo. El problema de esto, es que no hay que estar muy avispado para desentrañar dicho enigma con demasiada rapidez, lo que hace que el resto de la historia se haga demasiado larga y prácticamente inútil porque ya sabemos qué es lo que ha pasado y por supuesto, lo que pasará. Este sin duda es lo que más le resta al libro, la linealidad, la falta de giros dramáticos y la previsibilidad.

Por otro lado, creo que la presencia de Shakespeare durante toda la trama es igual de original y novedosa, como repetitiva y cansina, por lo me parece totalmente prescindible.

Me da mucha pena porque el libro pintaba muy pero que muy bien, pero no me ha acabado convenciendo... aunque como lectura entretenida sin mucha profundidad no está mal.

Empezando por lo positivo:

✅ La ambientación dark academia es realmente increíble.
✅ La historia de los siete personajes principales, con personalidades distintas, pero muy enlazados a los papeles que interpretan. Engancha sin duda, es muy intensa, si bien gira especialmente alrededor de una situación que tiene lugar (el antes y el después).
✅ Es tu historia si te gusta el teatro, el drama y el misterio

Y continuando con lo negativo:

❌ El inicio es -para mi gusto- demasiado lento, y en general la historia tiene un ritmo pausado.
❌ No he conseguido empatizar con ninguno de los personajes, ninguno ha sido de mi agrado al 100%.
❌ Para mi gusto se abusa en ocasiones de las citas y monólogos de obras teatrales, es cierto que la historia va de unos chicos y chicas que estudian en un academia de artes escénicas, pero lo dicho, en ocasiones me ha parecido excesivo.

En definitiva, me ha dejado en una zona gris.

Se nota que la autora ha hecho teatro, nos sumerge por completo en el mundillo y es capaz de ambientar la trama con convicción. Me han encantado las escenas de interpretación, aunque quizá había demasiadas.

Aunque los giros del final y el ambiente me han parecido interesantes y originales, no me he enganchado. Me ha parecido que faltaba desarrollar un poco las relaciones entre personajes para que me importaran lo suficiente. Opino que se podría haber agilizado el ritmo.

Aún así, me parece un buen fichaje para el catálogo general de Dark Academia.

En el conservatorio shakespeariano de Dellecher conviven siete ambiciosos estudiantes. Oliver, Meredith, Alexander, Wren, Richard, James y Philippa están acostumbrados a interpretar los mismos papeles una y otra vez, sin embargo, la noche del estreno ocurre una tragedia y deberán convencer a la policía de que ellos no son culpables del delito cometido.

Voy a empezar diciendo los aspectos positivos de la obra, que son las tres cosas que me llevaron a leerla: un grupo de personajes variopintos, un asesinato y una ambientación Dark Academia. Me gustan mucho los libros en los que hay varios narradores, sin embargo, en este solo Oliver será el encargado de narrar todos los sucesos, por lo que se echa de menos algo más de profundidad en el resto del elenco. La estética está bien lograda por todas las descripciones que aporta la autora, las cuales me han trasladado a una residencia de estudiantes en mitad del campo pleno otoño.

¿Cuál ha sido para mí el problema principal? El abuso de los diálogos shakespearianos. En el primer acto los personajes prácticamente contestaban a todas las preguntas con un diálogo extraído de una de las obras que tenían que interpretar. Entiendo que el objetivo de esta novela sea rendir homenaje a Shakespeare pero creo que este recurso se utiliza tanto que hace que al lector le sea mucho más complicado (o pesado) seguir el hilo.

A partir del segundo y en tercer acto la cosa mejora, ya que se introduce el misterio, pero, a mí parecer, este no llega a estar bien enfocado del todo, ya que Oliver y compañía, en vez de investigar que es lo que pasó aquella noche, se ven más interesados por ver cuáles serán sus papeles en la nueva producción teatral. Me sentía muy frustrada ante el poco interés que tenían en descubrir quién era el asesino, así que empecé a hacer mis propias teorías y.... acerté. Tampoco es que sea tan complicado descubrir lo que pasó, ya que apenas se dan motivos para sospechar de más de dos alumnos.

En conclusión, "Todos somos villanos" puede ser una lectura muy interesante para los amantes de los clásicos de Shakespeare, pero si esperáis una trama profunda, enrevesada y personajes complejos, puede que os pase lo mismo que a mí y os decepcione un poco. Aún así, si os llama la atención, que mi reseña no os eche para atrás, es cuestión de descubrir la historia por vosotr@s mismos y forjados una opinión propia.

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Recuerdo que cuando la editorial publicó esta historia hace unos años, me llamó bastante la atención. Aprovechando esta reedición no deje pasar la oportunidad de poder leerlo esta vez.

"Todos somos villanos" es un libro cuya premisa no podría ser más intrigante. Una serie de alumnos del conservatorio Dellecher, dedicado esencialmente a la actuación, no se imaginaban que fuesen a ser los personajes protagonistas de su propia tragedia.

Después de haber interpretado y festejado la buena acogida de su última interpretación, todo se sorprenderán al ver que, a la mañana siguiente, uno de los siete miembros de su grupo de cuarto año había sido encontrado muerto en el estanque que había al lado de su residencia. Diez años después, Oliver el alumno que fue condenado admite no ser el verdadero culpable. Es el momento de que nuestro protagonista nos cuente lo que realmente ocurrió, demostrando que más de uno de sus compañeros interpretó el papel de su vida durante la investigación.

Con esta premisa, como no va a estar una intrigada. En mi cabeza no podía más que preguntarme ¿qué pasó realmente y por qué Oliver se dejó condenar cuando él era inocente? Todo eran incógnitas así que empecé el libro con unas ganas tremendas.

La autora quiere dedicar esta historia al famoso dramaturgo Shakespeare y esto se nota en cada esquina. Empezando por la estructura que tiene el libro. La novela se divide en cinco actos y, dentro de estos, nos encontramos con un prólogo donde la historia se narrara en un presente, donde un Oliver, que acaba de salir de la cárcel, nos cuenta que es lo que ocurrió realmente. A continuación, aparecerán diversas escenas que harán el papel de capítulos del libro. Estas escenas se situarán hace 10 años contándonos como ocurrió todo y por qué Oliver acabó en la cárcel.

Algo peculiar de las narraciones del libro es que en algunas escenas se presentará todo como si fuese un guión. Haciendo un símil, como si estuviéramos leyendo una obra de teatro real. Otros capítulos tendrán una narración normal. Todo dependerá de cada escena y de la situación que se esté contando en ese momento.

Creo que nunca me había encontrado con nada parecido. Es una estructura muy original ya que te hace pensar que los protagonistas, actores shakespearianos, son los mismos personajes de su propia tragedia. Y en este caso, cada uno tiene su papel el villano, el héroe, el tirano, la ingenua, la seductora...

Se nota mucho que la autora ha querido introducirnos de lleno al mundo del arte de la actuación, a través de las obras de Shakespeare. Se hacen muchas referencias de sus libros además de mencionarse pequeñas curiosidades y anécdotas que te acercan más a este autor.

El único problema que he tenido es que a pesar de que la ambientación me ha parecido una auténtica genialidad, la trama del libro no me ha terminado de encantar tanto como esperaba.

Nos encontramos ante un misterioso asesinato, en un grupo cerrado de siete compañeros de cuarto año. Lo normal, en estos casos, sería sospechar de los demás, querer saber qué ocurrió realmente con su compañero. Pero, en el caso de nuestros personajes, su reacción es irreal. Ellos siguen viviendo su día a día. Tienen en mente lo que ha ocurrido pero no tienen interés. Esto ha hecho que los personajes se me hicieran planos.

La parte del thriller, el drama, el salseo y el suspense pasa a un segundo plano dejando todo el peso de la trama en los personajes. A mi parecer esto hace que todo se tuerza. Estos personajes no tienen fuerza para llevar la trama al nivel que plantea la sinopsis. Tampoco hay giros ni plow twist que den una chispa. Todo es lineal.

Quería que se contara más sobre el asesinato o porque Oliver acababa en la cárcel. En vez de eso, los personajes solo hablaban del teatro. Incluso a veces se contestaban con fragmentos de sus propios papeles.

La lectura no es pesada, pero avanzas por avanzar. Y al llegar al final, todo se ha resuelto demasiado rápido, para mi gusto.

Sin duda, esta no ha sido una lectura para mí. Ni me ha gustado ni me ha dejado de gustar. Mi sensación es más bien de indiferencia. Es uno de estos libros que no consiguen dejar huella y que olvidas con el tiempo.

En conclusión, "Todos somos villanos" es un libro que recomiendo si eres fan de Shakespeare y de su obra. Su ambientación te encantará. Pero si lo que busca es un thriller lleno de una tensión que te explote la cabeza, este libro no es para ti. En un principio esta lectura tenía un potencial tremendo pero este se va perdiendo según avanzas. A la trama le falta complejidad, intriga y giros. La historia y los personajes son planos y esto es lo que hace que en su conjunto el libro acabe siendo un poco predecible.
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El libro "dark academia" por excelencia. Oliver, un preso condenado de asesinato, empieza a contar la verdadera historia del caso por el que fue encarcelado. Habla de sus amigos, compañeros en una prestigiosa escuela de arte en la cual estudiaban teatro. No obstante, a veces los papeles que interpretan pueden convertirse en reales, no llegando a discernir la realidad de la ficción, y los malos ambientes y la competitividad pueden llegar a ser mortales.

Me encantó la estética del libro y la ambientación; los personajes son buenos, aunque quizás al estar narrado en primera persona sentí que no estaban del todo desarrollados, que le faltaban algunas páginas más para entender, simpatizar u odiar algunos personajes y sus relaciones. La idea es buenísima y muy sólida, me encantaron los giros en la trama y ese final digno de una obra dramática.

El final queda abierto y da entender que James está vivo, lo que a ver, me hace mucha ilusión, pero no tiene mucho sentido, ¿Por qué haría eso? ¿Por qué le causaría más dolor a sus amigos, en especial a Filippa?, eso no me gustó, si soy sincera hubiera preferido quedarme sufriendo por su muerte. Además te quedaba la sensación de que Oliver, a pesar de todo no podía evitar el destino trágico de su amor

Este libro es tan inquietante, tan atmosférico, tan apasionante y tan perfecto. Recomendado para amantes de El secreto de Donna Tartt. Además, esta es una gran carta de amor a Shakespeare y todo su trabajo, así que si aprecias eso, creo que también te enamorarás perdidamente de esta historia.
Sinceramente, no estoy segura de lo que esperaba de Todos somos villanos, pero ahora es uno de mis libros favoritos de todos los tiempos.

Esta historia sigue a siete estudiantes de teatro muy pretenciosos que van a una universidad privada muy prestigiosa. Una noche, su vida cambia por completo cuando todos se unen en una decisión que altera su destino.

Es tan gris y está tan lleno de brumas que ni siquiera soy capaz de desentrañar mi opinión. Empezó siendo una lectura... normalita, no sé, no me desagradaba, pero tampoco terminaba de entusiasmarme, había escenas que se me hacían pesadas y, aunque no puedo decir que los personajes me disgustaran, pensaba que no lograría diferenciarlos entre tantos nombres. Luego todo cambió, hay un punto de inflexión en el que, hablando de forma directa, todo se va a la mierda y, joder, cómo empieza a atrapar, porque todo es un completo caos distinguido en una amplia gama de grises y los personajes están tan jodidos que es imposible encontrar la capa base que los forma debajo de las cientas de capas e historias que tienen encima.

Son siete personajes. Siete protagonistas, por qué no, todos ellos son muy importantes, todos ellos tienen un papel, en ocasiones sobre el escenario, cada uno tomando el papel que siempre les corresponde, aunque sea en obras distintas, tomando el suyo propio dentro de sus variopintas relaciones de amistad, otras veces son solo un mero recuerdo, una quimera en el fondo de la memoria. Y son tóxicos. Muy tóxicos. Se envuelven en una manta de toxicidad, son amigos, pero en ellos existen los celos, la envidia, el dolor, la superioridad, la competencia, el amor que envenena, el hacer propio algo que es de uno mismo.

Y una vez todo explota, se convierten en piezas perdidas y confusas. Hay lazos que los unen, conexiones íntimas o superficiales, personas que gritan en silencio que necesitan ayuda, mientras que la organización del campus sigue empujando, instando, haciéndoles competir y avivando la llama de la toxicidad. Unos se entienden, otros se desagradan, otros se ayudan y otros dan el empujón definitivo que uno necesitaba.

Todo aderezado con Shakespeare. Dramatismo. Tragedia. Locura. Creo que hubiese disfrutado mucho más de las referencias si hubiese leído las obras que se mencionan, hacen de los personajes un grupo excéntrico y extravagante que se comunica a través de frases de las obras que representan, en ocasiones tomando el papel que representan, convirtiéndose en cuerpos vacíos que necesitan algo para llenarse y ser.

Aún no estoy segura de si lo que he leído me ha parecido una jodida maravilla o una completa locura

M. L. Rio es una autora americana nacida en Miami y criada en el Norte de Carolina. Es lectora, escritora, actriz y melómana. A pesar de haber trabajado en diversas librerías y teatros durante años, la escritura siempre ha sido su pasión y su especialidad. Tiene un Máster en estudios sobre Shakespeare, otorgado por el King's College (Londres).

Su debut en el mercado literario ha sido If We Were Villains, publicada en 2017 por la editorial Flatiron Books. Es un thriller de misterio contemporáneo y adulto en el que la amistad y el amor juegan un papel fundamental. Tiene representación LGBT.

Es un drama basado en las obras de Shakespeare que sigue los pasos de Oliver, Meredith, James, Filippa, Richard, Alexander y Wren a través de su cuarto y último año en un conservatorio clásico.

SINOPSIS

Oliver Marks acaba de cumplir diez años de condena en la cárcel, por un asesinato que puede haber cometido o no. El día que lo liberan, lo recibe el mismo hombre que lo puso en prisión: el detective Colborne, quien lleva una década queriendo saber qué fue lo que realmente pasó aquella noche.

Oliver forma parte de un grupo de siete jóvenes actores que estudian a Shakespeare en la academia de élite Dellecher. Sus amigos y él interpretan los mismos papeles dentro y fuera del escenario: héroe, villano, tirano, seductor, ingenuo, extra. Pero cuando cambia el reparto y los personajes secundarios usurpan a las estrellas, las obras cobran vida peligrosamente y uno de ellos es encontrado muerto. El resto enfrenta su mayor desafío actoral hasta el momento: convencer a la policía y a ellos mismos de que son inocentes.

¿Qué ocurrió aquella noche en la que uno de ellos murió? ¿Qué pasará cuando Oliver se reencuentre con sus antiguos compañeros de escenario? ¿Qué ha sido de ellos?

¿Cuánto estarías dispuesto a sacrificar por amor?

*

Este standalone está repleto de referencias al dramaturgo inglés, incluyendo diálogos enteros de sus obras, ensayadas y representadas por los alumnos de Dellecher.

Está dividido en cinco partes, llamadas Actos. Cada parte tiene alrededor de poco más de diez capítulos, llamados Escenas. Cada Acto comienza con un Prólogo, situado en el presente, mientras que las Escenas están narradas desde el pasado. La obra finaliza con un Epílogo.

Presenta un estilo nítido, elegante y dramático, y hay un equilibrio perfecto entre el lenguaje casual y directo y el dramático. El estilo dramático era propio de Shakespeare, por ejemplo en su tragedia Romeo y Julieta.

El público al que va dirigido es a personas a partir de 18 años, principalmente entre esta edad y los 30. Esta novela entra en los géneros Adult y New Adult.

Los capítulos son cortos, es decir, no pasan en su mayoría de las diez páginas. El léxico es simple, pero sofisticado. Prevalecen los diálogos y la narración es fácil de entender, careciendo de incoherencias o plot holes. La trama engancha desde el minuto uno y es muy fácil encariñarte con algunos personajes. Puede tener ciertos cambios y giros inesperados...

La historia es sólida y está narrada desde un solo punto de vista: el de Oliver. El ambiente es dinámico, es decir, el personaje principal va moviéndose según avanzan los hechos, cambiando los escenarios e incluso el tiempo de la acción.

Contiene temas como las adicciones, las relaciones abusivas y tóxicas, la salud mental, la amistad y el amor, entre otros.

La obra termina con un final desgarrador, crudo e inesperado. La autora teje la historia de tal manera que, al finalizar, no haya hilos sueltos o huecos de trama. El desenlace de If We Were Villains es de esos que te dejan con la boca abierta, la garganta seca y los ojos llenos de lágrimas.

Es un libro que recomiendo todo el tiempo. Fue, sin duda, una de mis mejores lecturas del 2020. Es una de esas historias que te llegan al corazón y al alma, esas que no puedes olvidar, da igual el tiempo que pase.