En su corazón ella anhelaba a este hombre, soñaba con una vida que nunca podría ser.
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En su corazón ella anhelaba a este hombre, soñaba con una vida que nunca podría ser.
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Sophie no lo vio cuando entró en el salón, pero percibió magia en el aire, y cuando él apareció ante ella, como un príncipe encantado de un cuento de niños, sin saber cómo, tuvo la clara sensación de que él era el motivo de que ella se hubiera introducido furtivamente en el baile.
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Una de las cosas que más me gustan -continuó- es que te conoces. Sabes quién eres y lo que vales. Tienes principios, Sophie, y te atienes a ellos. Se llevó una mano a los labios para besarla. Eso es muy excepcional.
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Las personas ven lo que esperan ver. Y ciertamente Benedict Bridgerton no esperaba ver a una elegante dama de la sociedad bajo el disfraz de una humilde criada.
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Las personas ven lo que esperan ver. Y ciertamente Benedict Bridgerton no esperaba ver a una elegante dama de la sociedad bajo el disfraz de una humilde criada.
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Cada vez que él la trataba como a una persona real (y sabía por experiencia que la mayoría de los aristócratas no tratan a sus criados como a nada parecido ni remotamente a una persona real) la hacía recordar el baile de máscaras, cuando por una noche perfecta ella fue una dama elegante, el tipo de mujer que tenía el derecho a soñar con un futuro con Benedict Bridgerton.
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Dicen que una persona inteligente aprende de sus errores. Pero una persona verdaderamente inteligente es aquella que aprende de los errores de los demás.
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La amaba. No sabía cómo había ocurrido, solo sabía que era cierto.
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¿De qué color era el vestido que Sophie llevaba en la fiesta?