Mañana tendremos otros nombres

No me siento cómoda reconociendo públicamente que un libro no me ha gustado nada. Pero la realidad es que no me ha gustado, que me ha costado mucho esfuerzo terminarlo y no dejarlo a medias.

Ni Él ni Ella han conseguido engancharme. Ni ellos, ni su historia. Ni los amigos de ambos ni ninguna de las historias que en el libro se cuentan de la supuesta "generación Tinder". Tampoco me ha gustado la forma de escribir del autor. Muchos muchos parrafos me han parecido enrevesados y prepotentes en sus formas.

Este libro no ha sido para mi y es una pena porque había leído críticas buenas y le tenía ganas.

Pron disecciona una ruptura amorosa tras cinco años de convivencia, cual entomólogo con sus insectos. Un narrador omnisciente se acercará alternativamente a cada uno de los dos sujetos. Reflejará el estado anímico de ambos como consecuencia de la separación. Los dos, rememorarán escenas pasadas en busca de posibles causas del rompimiento sentimental. Pron seguirá indagando en su comportamiento a medida que el tiempo va transcurriendo. Sus vínculos con su entorno, trabajo, amistades y otras posibles relaciones sentimentales. La idea es arriesgada. El autor, en alguna entrevista concedida, afirmaba que se informó entre sus amistades de las rupturas sentimentales que habían tenido y cómo afectaron a sus conductas. El estilo de Pron es innegable. Narra muy bien. El problema que yo veo es el exceso de información que transmite. A su vez, se produce una frialdad en el acercamiento a los dos personajes, que provoca un distanciamiento en el lector. Como apuesta es interesante, pero en cierto modo irregular.

Él y Ella han terminado después de cinco años juntos. Ahora, Él está solo en el apartamento que compartían, habitando un espacio que parece inmenso ante el vacío de sus cosas, de su presencia, de su voz. En medio de su dolor, y casi en un acto de locura, se ha dedicado durante dos días a arrancar una de cada dos páginas de los libros que Ella le había regalado, como si de esa forma pudieran hacer un reparto justo, un reparto al que le seguirían el resto de las cosas materiales comunes. Porque, aunque no era eso lo que quería, aunque lo que de verdad deseaba era que Ella estuviese allí, todo había acabado. Ella le ha dicho que hay otro, y él está paralizado, aterrado ante el abismo de un futuro incierto, tanto que no sabe ni cómo seguir adelante.

Con un desgarro que es imposible no sentir ante la desolación de nuestro protagonista y la fuerza narrativa de Pron comienza una novela de personajes que carecen de nombres, quizá porque cualquiera de nosotros podríamos ser los protagonistas de esta historia. Él es escritor, ella es arquitecto. Juntos soñaron en construir algo, pero el tiempo nos va modulando y cinco años después, a pesar de haber hecho el camino juntos, sus vidas tienen diferentes metas.

A menudo, cuando una novela te toca demasiado, es necesario dejarla reposar un poco, para tener una perspectiva más serena, más real. Me ha parecido magnífica la forma en que Pron lo cuenta: con sencillez, de manera ágil, pero con garra. Su pluma está cargada de sentimientos y tiene una capacidad impresionante para emocionar, para traspasar el papel, calar en el lector e involucrarle con los personajes, manteniendo bien el pulso narrativo en una novela en la que, a pesar de no suceder demasiadas cosas, sí que quedan bien explorados un amplio abanico de sentimientos.

Mañana tendremos otros nombres es una novela intimista que disecciona de manera excepcional los afectos de cada uno de los protagonistas tras esa separación y las etapas que habrán de superar: el dolor, el vacío, el cansancio, el reparto incluso de las amistades, el miedo, los días y la vida que pasan a su alrededor sin tener casi conciencia de lo ocurrido y la nueva realidad que se abre ante cada uno de ellos. Una realidad tan diferente a la vivida, dominada por unas tecnologías tan intrusivas que dan al traste con cualquier tipo de privacidad, donde el sentir parece estar pasado de moda, donde elegir implica renunciar a oportunidades tentadoras, y lo importante es aparentar una felicidad impostada ante una foto que exhibir a infinidad de personas ajenas y a las que importas poco más que nada.

Dos son los protagonistas principales de una novela de cronología lineal, en la que se intercalan algunos capítulos relativos al pasado de cada uno de ellos que nos permiten ir montando las piezas de la historia, se divide en siete bloques relacionados con la fecha de la ruptura y abarca un marco temporal de siete meses. Conoceremos a Él y Ella, y a D, A o M algunas de sus amistades.

Mañana tendremos otros nombres es una novela realmente conmovedora en la que además del mapa del duelo de una pareja tras su separación, Pron realiza una feroz crítica social a la realidad que nos rodea, a ese mundo artificioso e irreal donde parecer es más importante que ser, un lugar donde la libertad parece estar reñida con el amor y con nuestra capacidad para mostrar afecto. Sin duda, una novela que invita a la reflexión. Os la recomiendo sin reservas.

Enlace: https://bookeandoconmangeles..

Para mi gusto es difícil de leer y seguir el ritmo, en lo personal no me gusta que vayan contando la historia desde dos perspectivas, se llega a perder el hilo. Me parecieron cuentos cortos relacionados que una historia completa.

Ningún personaje tiene nombre, sólo sus iniciales y en el caso de los protagonistas “Él y Ella”, para mi esta situación me dificultó conectar con los personajes.

Empieza con una narrativa interesante pero no se logra concretar; no me explicaba el porqué del título, hasta las últimas hojas. Y el final no me pareció el indicado.

Mañana tendremos otros nombres (2019) es un libro que oscila entre el ensayo (con bastantes reflexiones) y la novela sin diálogos, con un texto tipo flujo de consciencia. Es más bien una obra de Sociología contemporánea que una obra literaria.

La lectura me pareció interesante, con una escritura de calidad, bastante masculina, seca, como cortada con bisturí. A pesar de todas estas calidades, la lectura globalmente no me gustó pero me interesó, provocándome una curiosidad de entomóloga. Me produjo desagrado que llamara Él y Ella a sus dos personajes principales, como si con ese toque de lejanía les daba más universalidad, más credibilidad; a Ella y a Él les encontré una argamasa de robots, de prototipos, más que de personajes de carne y hueso. A los personajes secundarios el autor los llama sólo con una mayúscula; y con tanta mayúscula tuve por momentos la impresión de leer un abecedario con cierta dificultad para atribuir la letra a alguien preciso.

La novela/ensayo es la historia de una pareja de cuarentones: Ella y Él, que conviven desde hace 5 años en una relativa armonía, pero se conocen mal e ignoran los sentimientos que los unen porque comunican poco. Ella es arquitecta y Él es escritor de ensayos. Un día, un pájaro se estrella y muere en el salón del apartamento y será el chasquido que provoca la partida de Ella, sin explicaciones, sin vacilar, con mi hipótesis que la discrepancia de la pareja venga, entre otras cosas, del deseo de maternidad de Ella no compartido por Él.

Él queda bastante mal, se cuestiona y la añora a menudo, la busca, pero Ella, durante casi un año, lo evita, aunque piensa en él a menudo.

Ahora abordamos, a mi gusto, la parte interesante del libro : porque refleja a las parejas de la generación Tinder que han frecuentado plataformas del Net para emparejarse. En el libro tenemos a una pareja de cuarentones en un Madrid post pandemia, post desastre económico, en decadencia, con un ambiente político corrupto y un mundo laboral inseguro. Un mundo que se degrada por todos los lados.

Y por encima de todo este caos, la omnipresencia de la era numérica y de las redes sociales que se han inmiscuido en todo, hasta en lo indebido, y dónde las clases sociales circulan y se regodean, con la falsa impresión que no navegan solos, en condiciones que es todo lo contrario porque la calidad de la comunicación es infra humana, con el propósito de intoxicar y después manipular a las mentes y hacerlos aún más vulnerables.

La situación no es típica de la sociedad madrileña, o española en general , sino que concierne Europa Occidental en gran fase de decadencia acelerada y con problemas societales garrafales; por ejemplo se lee en el libro el caso de una chica treintañera que vuelve a la casa de los padres por problemas de solvencia económica, o las presiones que Ella debe soportar en el trabajo cuando anuncia su embarazo.

Al cabo de un año de sufrimientos, vacilaciones, dudas, resquemores, errancias, la pareja se reencontrará (y de ahí emana el título del libro) y empezará una nueva convivencia, con Ella embarazada (no se sabe muy bien de quién, y al parecer poco importa). Pareciera in fine que Él y Ella han estado enamorados sin darse cuenta y sobre todo, sin saber reconocerlo, sumidos en una incomunicación generalizada.

Novela sobre el amor new style, en una sociedad globalizada adicta a las redes sociales, la nueva religión.
Enlace: https://pasiondelalectura.wo..

Al leerlo recordaba el inicio del clásico de Tolstói y lo transformaba: "todas las relaciones felices se parecen unas a otras, pero cada relación infeliz lo es a su manera".
Para contarnos esta historia Pron decide que no necesitamos saber los nombres de los protagonistas, conocerles como Él y Ella es más que suficiente. Porque lo que nos interesa es intentar comprender el antes y el después de una ruptura, cómo cada individuo madura en una relación, cómo se enfrentan al duelo del final y cómo intentan reconstruir sus vidas.
Pasarán los días, las semanas, los años. Y lo que parece un obstáculo insalvable al final también quedará atrás.