Yo, Julia

"La inacción política es, en ocasiones, una falta tan imperdonable que puede equipararse a la del político que quebranta la ley a sabiendas de que lo está haciendo".

¿Qué define a una persona además de su carácter y sus humores? Sus amigos, aquellos a quienes uno considera merecedores de ser depositarios de su confianza. A la luz de las amistades de las que alguien se rodea a lo largo de su vida se puede entrever con claridad qué tipo de persona es la que está en el centro de ese núcleo.

Hay ciertos asuntos donde la clemencia es debilidad y la debilidad, estupidez.

Y no te molestes en venir a mi habitación esta madrugada. Ni mañana ni en muchos días. Busca alguna de tus esclavas, más dóciles, más sumisas y más estúpidas, con la que satisfacer tus ansias de hombre

¿Qué define a una persona además de su carácter y sus humores? Sus amigos, aquellos a quienes uno considera merecedores de ser depositarios de su confianza. A la luz de las amistades de las que alguien se rodea a lo largo de su vida se puede entrever con claridad qué tipo de persona es la que está en el centro de ese núcleo.

Y ella no estaba loca. Pensaba por sí misma y llegaba a sus propias conclusiones sobre todo. Eso muchos hombres lo confundían con imprudencia, cuando no con pura locura.

[...] "lo que piensa una mujer nunca es sencillo y, con frecuencia, es su misterio; eso sí, un misterio hermoso."

-No luchamos por un imperio, esposo mío. Luchamos por una dinastía. Y no porque nuestra familia entronque con la dinastía que empezó con Nerva y Trajano y luego siguió con los divinos Antonino y Marco Aurelio, por mucho que hayamos llamado a nuestro hijo mayor Antonino. No, solo por eso no merece la pena todo este esfuerzo, todas estas guerras, toda esta lucha. Mi objetivo... -se corrigió de inmediato-, nuestro objetivo es el de instaurar una nueva dinastía imperial, nuestra dinastía.

-Todo este ridículo -dijo Sulpiciano interrumpiendo las reflexiones de Dion- por culpa de un senador corrupto y un grupo de gobernadores con ambición sin fin. ¿Habrá algún día en que esto no sea así?
-Cuando cambie la naturaleza humana, amigo mío -respondió Dion-. Si es que cambia alguna vez. Si no, te garantizo que en dos mil años, todo seguirá igual.

La emperatriz se levantó entonces despacio, interpretando correctamente el silencio de su marido, comprendiendo que la conversación no hacía nada ya salvo alejarlos más y más el uno del otro.