Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y su único ojo refulgente, estaba agazapada la odiosa bestia cuya astucia me había inducido al crimen y cuya voz delatora me había traicionado entregándome al verdugo.
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Sobre su cabeza, con las rojas fauces dilatadas y su único ojo refulgente, estaba agazapada la odiosa bestia cuya astucia me había inducido al crimen y cuya voz delatora me había traicionado entregándome al verdugo.
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¿Quién no se ha sorprendido cientos de veces realizando una acción vil o vulgar sin otra razón que la de saber que no debería realizarla?
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Hay algo en el cariño desinteresado y abnegado de un animal que llega directo al corazón de quien ha tenido ocasión frecuente de poner a prueba la mezquina amistad y la endeble fidelidad del simple hombre.
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lo ahorqué porque recordaba que me había querido y porque estaba seguro de que no me había dado motivo para matarlo; lo ahorqué porque sabía que, al hacerlo, cometía un pecado, un pecado mortal que comprometería mi alma hasta llevarla -si ello fuera posible- más allá del alcance de la infinita misericordia del Dios más misericordioso y más terrible
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Hay algo en el generoso y abnegado amor de un animal que llega directamente al corazón de aquel que con frecuencia ha probado la falsa amistad y la frágil fidelidad del hombre
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(…) Me acerqué y vi, a modo de un bajorrelieve esculpido sobre la blanca superficie, la figura de un gigantesco gato. La imagen estaba copiada con una exactitud realmente maravillosa. Rodeaba el cuello del animal una cuerda. Apenas hube visto esta aparición— porque yo no podía considerar aquello más que como una aparición—, mi asombro y mi terror fueron extraordinarios. (…) |
Sin embargo, no estoy loco; tampoco estoy soñando.
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No espero que nadie crea el pequeño y simple relato que voy a escribir, mañana voy a morir y quiero de algún modo aliviar mi alma.
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no puedo borra la sombra de ese horrible ser
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En el futuro quiza aparezca alguienque reduzca mis fantasmas a lugares comunes
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Es un cuerpo creado a partir de la unión de distintas partes de cadáveres diseccionados, escrito por Mary Shelley a partir del reto literario de Lord Byron.