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Esto no va a ser una crítica al libro, sino más bien una explicación de por qué lo he tenido que abandonar y quizá una advertencia a los futuros lectores. Vaya por delante mi enhorabuena y admiración a los que lo hayan podido leer y disfrutar. Cuando vi el título del libro me llamó la atención por mi ascendencia gallega, y pensé que sería una buena lectura para descubrir historias de esa tierra que me es tan apreciada. Lo que no pude anticipar era que me iba a hacer sentir que no sabía leer el castellano :) No era consciente de la fecha en que se escribió, y la verdad es que el idioma ha evolucionado y mucho desde entonces. El principio de la lectura se me hizo complicado, exigente, con necesidad de acudir al diccionario para entender palabras que no había leído o escuchado nunca. La prosa me ha parecido muy poco fluida, con frases larguísimas, llenas de subordinadas, explicativas y muchísimas comas. Incluyo un extracto de un par de párrafos a modo de ejemplo: "La célebre patrona, objeto de fervorosa devoción para los aldeanos de aquellos contornos, era un "cuerpo santo", traído de Roma por cierto industrioso gallego, especie de Gil Blas, que, habiendo llegado, por azares de la fortuna a servidor de un cardenal romano, no pidió otra recompensa, al terminar, por muerte de su amo, diez años de buenos y leales servicios, que la urna y efigie que adornaban el oratorio del cardenal." "La víctima propiciatoria, la que expiaba todos los sinsabores y desengaños de Pepona, era..., ¿quién había de ser? Siempre había tratado Pepona a Minia con hostil indiferencia; ahora, con odio sañudo de impía madrastra. Para Minia los harapos; para Melia los refajos de grana; para Minia la cama en el duro suelo; para Melia un leito igual al de sus padres; a Minia se le arrojaba la corteza de pan de borona enmohecido, mientras el resto de la familia despachaba el caldo calentito y el compango de cerdo." Habrá quien lea esto y le parezca maravilloso; a mi se me atraganta. Hace ya tiempo que me di cuenta de que mi tiempo es finito, que hay montones de libros por descubrir y mi lista de pendientes solo se hace más grande con el paso del tiempo, no más pequeña, y que por lo tanto si no disfruto con una lectura es mejor abandonarla y pasar a otra sin sentirme mal por ello. Suerte a los valientes. + Leer más |
Presentación del libro Lo que quede (Continta MeTienes, 2024). Con Irantzu Varela, autora, e Irene Montero
Queda lo escrito, todo lo demás no queda, escribió Emilia Pardo Bazán, e Irantzu Varela, comunicadora vasca, feminista, bollera y activista gorda, retoma estas palabras y las trasforma en una invitación a adentrarnos en estas memorias autopornográficas en las que nos cuenta cómo ha llegado a ser quien es hoy.
La escritora y monologuista compone esta biografía a través de relatos cerrados que, potentes como disparos, en ocasiones nos queman la piel, nos llenan de rabia y nos dan ganas de quemar cosas. Sin embargo, en sus palabras siempre hay una puerta abierta, el apoyo de las suyas, la ternura con la que habla de sus raíces y por supuesto la intención deliberada de convertir los dolores y violencias propias en movimientos y acciones colectivas.
Varela no se presenta sola, sino que a lo largo del libro convoca un akelarre de mujeres artistas, a través de cuyas citas y referencias podemos aproximarnos al universo más personal y político de la autora. A falta de reparación, o a la espera de ella, ojalá Lo que quede sirva como alivio de lo vivido.
