Pequeños fuegos por todas partes

Desde el vamos tengo que señalar que el estilo de Ng es muy lindo y aplaudo la forma en que nos cuenta esta historia. Empieza con todo y por lo alto, el incendio que le da título a esta novela. Acá conocemos a la familia protagonista, los Richardson, y nos va introduciendo pequeños comentarios sobre qué puede haber llevado a Izzy, la menor de los Richardson, a prenderle fuego a la casa. Pero eso no lo sabremos a ciencia cierta hasta el final, porque esta es una novela que se toma su buen tiempo en desarrollar a los personajes y va avanzando de a poco en la trama hasta llegar al incendio en cuestión.
Luego vamos unos meses atrás donde quizás todo empezó, cuando Mia y su hija Pearl se mudan a uno de los departamentos que alquila la señora Richardson. Esta novedad en Shaker Heights despierta el interés de su hijo menor al escuchar que Pearl tiene su edad. Así, Moody decide llegarse hasta la casita que su madre alquila y así termina haciéndose muy amigo de Pearl. Con el tiempo la termina introduciendo en su casa y Pearl queda completamente fascinada con los Richardson y todo lo que representan. Lo que a Mia, la madre de Pearl no le termina de convencer, pero luego aprovecha una oportunidad para estar cerca y acepta el trabajo como asistenta en la casa de los Richardson.

Así vamos conociendo con el correr de las páginas a este pequeño universo de personajes que nos presenta la autora. Y en el centro de todo se encuentran los Richardson y las Warren (Mia y Pearl). Conoceremos cómo se va forjando la relación de amistad entre Moody y Pearl, cómo Pearl se hace amiga de Lexie y cómo avanza su crush con Trip. Así nos queda Izzy, la menor de los Richardson, la oveja negra de la familia, la freaky que vive haciendo cosas que no tienen explicación. Izzy es uno de los personajes más interesantes de esta historia y lamentablemente la que menos conocemos en profundidad, pero aún así nos podemos hacer una clara idea sobre su personalidad y sus ideas.

También conoceremos a fondo a las estrellas indiscutidas de esta historia, Elena Richardson y Mia Warren. Elena es el modelo de todo lo que la comunidad planificada en la que viven representa, madre, trabajadora, pilar de la comunidad. La mujer que planificó su vida a la perfección y consiguió todo lo que quería. Y Mia es quizás todo lo opuesto a ella, una madre soltera, artista, que vive con lo puesto y su única motivación en la vida es el arte y su hija. Pero Mia es un gran misterio que iremos conociendo de a poco y nos depara varias sorpresas. No sé si terminé de congeniar con ella, pero sí puedo decir que admiro mucho la mente de Mia para el arte. También le reconozco que es una persona amorosa y que no juzga a las personas por quienes son o lo que hacen o hicieron... algo en lo que falla un poco Elena a pesar de hablar constantemente sobre la aceptación y las oportunidades. Sin embargo Elena fue mi personaje favorito en esta historia, no pude evitar admirar sus ideas y su forma de ser. Es una mujer decidida que consigue lo que quiere, es una madre devota aunque a veces no esté al tanto de lo que hacen sus hijos y al final me emocioné por la evolución que presenciamos en la relación tan tensa que tiene con Izzy. Y volvemos a Izzy... porque Izzy es un personaje vital, porque es una especie de justiciera, aunque Izzy solo ve blanco y negro, el bien y el mal, y decide actuar impulsivamente en contra de las injusticias sin pensar mucho en las consecuencias, pero quién puede culparla a sus 15 años?

A pesar de meternos de lleno en la dinámica de estas dos familias, habrá historias paralelas que nos harán reflexionar largo y tendido sobre temas que están siempre vigentes en nuestra sociedad. El tema central de esta historia, aunque no lo crean, es la maternidad y tendremos diferentes ejemplos sobre el tema para analizar, cuestionar y reflexionar. No solo sobre el significado de la maternidad sino también los deseos y los miedos que conlleva, y el trabajo de la autora sobre esto es impecable. También se tocan otros temas relacionados a la raza, no tanto desde una perspectiva de discriminación sino más bien de estereotipamiento, una falsa igualdad y negación de la raza.
Por último cabe señalar que el contexto en el que sucede la historia es vital, una ciudad donde todo parece perfecto, donde hay reglas para todo y la gente parece feliz. Pero qué pasa realmente tras las puertas de estas casas perfectas? Son esas familias tan perfectas como aparentan? La lupa que nos pone la autora sobre algunas de estas familias nos muestran las grietas en esas paredes pintadas a la perfección, la hipocresía y las mentiras, a la vez que nos plantea el interrogante sobre qué es más importante para una familia.

Definitivamente me saco el sombrero ante la autora con este Slice of life que nos deja en Little fires everywhere. No se esperen misterios vuela pelucas ni dramas devastadores, esta historia es un espejo de esta pequeña sociedad perfecta. Y como buen espejo nos muestra a las personas tal y como son, con sus virtudes y defectos, con sus errores y aciertos y, por supuesto, con toda esa hermosa gama de grises que llevamos todos. Así que prepárense para conocer a estos personajes tan humanos con los que de seguro empatizaremos más de una vez y que nos harán cuestionar nuestras posturas sobre una serie de temas sumamente complejos que, la verdad sea dicha, no tienen una solución perfecta ni justa y lo menos que podemos hacer en esos casos es intentar ponernos en los zapatos de los demás, y si esto no se puede al menos dar el beneficio de la duda en lugar de juzgar sin conocer la foto completa.

Me gustó mucho este libro. Me encantó la manera en que se desarrolla la historia y como pudimos tener un vistazo del final al comienzo del libro.
Personaje favorito: Pearl, seguida muy de cerca por Izzy.
Personaje que no me gustó: Elena Richardson por arruinarlo todo, especialmente la relación de Pearl y Trip; hubiera sido agradable ver hacia donde iba esa relación. Aunque debo decir que Mia estuvo a punto de terminar en esta categoría porque su estilo de vida trastorna demasiado la vida de Pearl.
Lo que más me gustó: Los últimos capítulos, simplemente seguí leyendo hasta que acabé.
Lo que no me gustó: Hubo al menos un par de capítulos en la parte media que me parecieron un poco lentos.
Me pregunto si Mia tuvo algo que ver con el plan de Bebe para robarse a May Ling.

Si bien la novela debut de Celeste Ng no me terminó de convencer nunca, esta novela fue increíble, y me alegro de haberle dado otra chance a Ng porque este libro tuvo todo lo que esperaba de esta autora. Celeste Ng tiene una forma de narrar tan única que me deja estupefacta. Su estilo de escritura es extremadamente descriptivo, y si bien no es lo que típicamente suelo leer, hay algo en las historias de Ng que me hace imposible dejar de leerlas. La mayor diferencia con su novela debut, es que en este libro me encantaron los personajes. Me pude conectar con los personajes, y apreciar sus complejidades y sus defectos. Amé como todo toma sentido hacia el final del libro y cómo al final, todo está relacionado con todo en esta historia. Ng es increíble al crear familias que aparentemente son perfectas pero luego es capaz de diseccionar cada uno de sus miembros y exponer todo lo bueno y malo que tienen.

Pequeños fuegos por todas partes narra la historia de dos familias completamente diferentes: por un lado están los Richardson, una familia suburbana aparentemente perfecta, con dos padres trabajadores y tres hijos, y por el otro lado, los Warren, una familia compuesta por una madre soltera y su hija adolescente, quienes han vivido y viajado por todo el país. La novela se enfoca más en los personajes y en el desarrollo de los mismos con un fuerte énfasis puesto en las dinámicas familiares. La historia además abre la discusión sobre una diversa cantidad de temas importantes y controversiales como el aborto, la adopción, y la maternidad, y presenta distintos puntos de vista sobre esos mismos temas.

La única razón por la cual no le doy 5 estrellas es por el final. Creo que el final me dejó algo insatisfecha por cómo se resolvió todo de una manera demasiado rápida, ya que realmente me habría gustado saber qué fue lo que pasó con uno de los personajes, pero en general, esta historia y sus personajes van a resonar en mí durante un largo tiempo.

Me gustó mucho "Todo lo que no conté" de esta autora, y este no se queda atrás... Muchos personajes, cada uno con su historia, que sin querer van a ir entremezclando. Los dos grandes personajes son Elena y Mía, dos madres para que sus hijos son lo primero, pero cada una con una forma de ver la vida muy distinta a la otra.Un pueblo idílico que verá como su tranquila vida no lo era tanto.3'5

Una novela “de trama” ideal para momentos en que uno desee sumergirse en una historia con cierto trasfondo. Es un libro que abraza muchos temas, pero el más importante para mi es la maternidad, aunque no diría que se trate de manera crítica: la autora expone, presenta personajes con ideologías y formas de actuar ante la vida diferentes, siempre en función de las condiciones y oportunidades que se han ido encontrando en la vida. Si hacia algo se rebela la escritora es, a mi modo de ver, hacia el determinismo social…
Los personajes principales son todos femeninos, están muy desarrollados y los vamos conociendo a medida que nos adentramos en la historia presente y pasada.
La imagen de los “pequeños incendios por todas partes” ha resultado muy evocadora, sobre todo cuando se tiene en cuenta qué hacemos para evitarlos…
La lectura, excepto por algunos pasajes que no sé si requerían tanta profusión, es fluida y ágil. La estructura juega con el tiempo pasado y presente (de hecho la novela se inicia con una escena del final prácticamente), lo cual genera una expectación que no se mantiene en el punto álgido en todo momento pero que funciona. Es una escritora a la que me gustaría volver a leer… en ciertas circunstancias.
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No esperaba menos de Celeste Ng los personajes muy bien desarrollados , bien hiladas y entrelazadas sus historias personales que confluyen entre sí de forma muy fluida, sin forzarlo. Me encanta el mensaje que deja Mia en cada uno de los protagonistas, una enseñanza de vida que siempre podríamos aplicar cada uno, a nosotros mismos.

No sé si ha sido cosa de las expectativas, pero creía que este libro me iba a gustar muchísimo más.
Para mi gusto, le ha costado mucho arrancar o, por lo menos, conseguirme despertar el interés a mí.
No ha sido hasta llegar a la segunda mitad del libro que he empezado a sentir esas ganas de seguir leyendo.

En el libro se tocan temas que de alguna manera pueden resultar controvertidos, la gran parte relacionados con la maternidad, pero me quedo con la sensación de que no se profundiza realmente en ellos. Y que el tema del juicio está muy mal integrado en la trama, es como si hubieran cogido otra historia y la hubieran insertado ahí de cualquier manera.

Los personajes principales me parece que han sido perfilados de formas muy tópicas y que se podría haber ahondado mejor en ellos, aún así tienen su atractivo.

Aún así, le daré una oportunidad a otra de sus novelas, Todo lo que no te conté, que me parece que tiene mejor pinta.

Mia Warren, una artista que ha llevado una vida itinerante en los últimos años, decide asentarse con su hija Pearl en Shaker Heights: una comunidad ‘bien' donde comenzar de nuevo. Allí conocerán a Elena Richardson, propietaria de la casa que alquilan, madre de cuatro hijos y miembro reputado de su comunidad.
Poco a poco, la postal de la familia perfecta irá dejando paso a las vergüenzas y desgracias de todos aquellos que creen vivir en el lado correcto de la vida: la falsa caridad, la envidia, la apropiación del mismo mundo, simplemente, por haber nacido en el lado privilegiado de la balanza… A través de la mirada de Mia estos temas se tratarán sin ningún tapujo y con total naturalidad, criticando esta aparente “postal perfecta” y sirviendo como objeto de arte.

Es difícil no caer en esta novela con el arranque en el que nos encontramos a la citada señora Richardson delante de su casa en llamas. Y aunque su hija pequeña parece la principal sospechosa, la novela no trata de este incendio, sino de los pequeños fuegos que se extienden a lo largo de la comunidad de Shaker Heights y que, conforme avanzamos en la lectura, vamos descubriendo.

Ya llevaba tiempo detrás de leerme esta novela porque hace dos años había leído “Todo lo que no te conté” de esta misma autora y me había gustado mucho su estilo. Pero si hay algo que me ha gustado especialmente de “Pequeños fuegos por todas partes” ha sido la aproximación a la maternidad. Celeste Ng nos presenta, a lo largo de la lectura, diferentes tipos de ‘maternidades' y las madres que existen. Sean mejores o peores desde nuestro punto de vista, compartamos más o menos su forma de actuar, hay algo que todas tienen en común: la capacidad de romperse por un hijo. ⠀
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Little Fires Everywhere comienza con un misterio: la casa de los Richardon se está quemando. Ese es precisamente el punto de partida, el hecho que da origen al libro, ya que se centra en lo que hay detrás de ese hecho. Todo lo que parece insondable a lo largo del libro empieza a recuperar el sentido, respondiendo a la pregunta inicial.

Lo que me ha encantado de este libro es la escritura de Celeste Ng, un estilo muy cuidado, muy descriptivo y que se centra mucho en los personajes. Todos están bien establecidos, dándonos la impresión de ser un espectador invisible que lo sabe todo y que tiene la capacidad de predecir cosas según el desarrollo de la historia. Además, tengo que añadir que a pesar de que previamente sabemos mucho y de que nuestro conocimiento parece ir por delante de los demás personajes, también descubrimos muchas cosas con ellos, cosas cubiertas de polvo del pasado, de ese que por mucho que se limpie, siempre permanece.

Otra cosa que destacaría y que es increíble también, es el desarrollo principal de la historia, todo por flashbacks, un procedimiento muy televisivo (ahora puedo adivinar por qué hay una serie de tv del libro). Además, es un libro que habla de diferencias sociales, de crecer, de arte, de encontrar tu camino, de familia, de amor también... hay de todo. Recomiendo encarecidamente este libro si os gustan ese tipo de cosas, siempre aderezadas con un poco de flashbacks.

En Shaker Heights todo es perfecto. Sus habitantes viven felices en acomodadas casas, mientras disfrutan de una vida de lujo y tranquiliadad. Shaker Heights es la ciudad de las oportunidades, el lugar donde vivir con la seguridad y la certeza de estar en el sitio correcto, donde solo las mejores familias pueden permanecer y hallar un hogar. Pero siempre hay reglas que mantener, nada se puede salir del tiesto, o esa amabilidad que todos los vecinos parecen tener hacia los demás, puede transformarse rápidamente. La familia Richardson (madre, padre y cuatro hijos), es el ejemplo perfecto de lo que debe ser una familia perfecta en Shaker Heights. al menos, en apariencia, claro. La llegada de Mia y Pearl, una madre y una hija, a este apacible lugar, lo dinamitará todo.

Si os digo la verdad con semejante premisa, esperaba encontrarme otra cosa totalmente diferente. He disfrutado la trama y se me ha hecho super adictiva y ágil de leer, pero mi mente había imaginado algo de suspense y un poco más de "violencia". Algo más cañero, en definitiva. Quizás me hice las ideas equivocadas de antemano y eso ha conseguido que, pese a que me parece una buena historia, se me haya quedado a medio camino. Siento que acaba justo cuando era más interesante seguir analizando a sus personajes.

El gran punto fuerte de la novela es como muestra la hipocresía de la mayoría de los personajes, principalmente de los que llevan viviendo toda su vida en Shaker Heights. Elena Richardson es uno de los personajes más repulsivos que me he encontrado últmamente. Ese típico personaje hipócrita que trata de aparentar bondad y caridad por los demás, pero apenas algo no sale como quiere se vuelve una villana de la peor categoría. Su marido y tres de sus hijos tampoco se salvan de ese ambiente hipócrita donde toman todo lo que quieren, pero se sienten muy solidarios por ser simpáticos con alguien que consideran inferior. Sin embargo, Izzy, la pequeña, es diferente. No encaja en ese mundo donde todo es aparentar, y por ello la tildan de loca por sus acciones, cuando es, precisamente, la única que actúa coherentemente para mí. Personajazo que me hubiera gustado seguir conociendo.

Además de la crítica a este tipo de lugares residenciales perfectos, donde la hipocresía es la norma, "Pequeños fuegos por todas partes" abre debates interesantes como el de la maternidad y nos presenta relaciones imperfectas entre madres e hijas. Madres e hijas se equivocan constantemente a la hora de relacionarse entre ellas, provocando confusiones imperdonables, o bien con intención de proteger o bien buscando protegerse a sí mismas. Es una pena que al acabarlo me haya dejado esa sensanción de "¿Esto es todo? ¿Ahora que empieza lo bueno acaba?", porque realmente lo estaba disfrutando y me gustaban sus personajes. le seguiré la pista a Celeste Ng, porque me resulta una autora bastante interesante.