La hoguera de las vanidades

Primera novela de Tom Wolfe , quien antes había destacado por su trabajo periodístico, y curiosamente la última que he leído. Es una de esas primeras obras que eclipsan todo el trabajo posterior de su autor, ya que Wolfe no ha logrado superar en ninguna de sus otras novelas el nivel que alcanzó en esta.

Una trama absorbente, personajes muy bien construidos, diálogos hilarantes, es el reflejo fiel de una sociedad y de una época, el Nueva York de finales de los ochenta.

Fue llevada al cine con gran éxito y con Tom Hanks como protagonista. Si bien la película es en términos generales fiel adaptación de la novela, difiere bastante, no digo más para no estropearle a nadie la película o el libro. Solo decir que se pone de manifiesto la diferencia entre el lenguaje cinematográfico, mucho más necesitado de no dejar cabos sueltos, y el lenguaje literario.

Y una anécdota personal, la escena de la llamada de teléfono desde la cabina fue protagonizada tal cual por un familiar en aquella ya lejana época en la que no existían los teléfonos móviles. Cada vez que lo pienso no puedo evitar reirme, además de que se demuestra una vez más que la realidad supera a la ficción.

La hoguera de las. Vanidades retrae a aquella creada por Savonarola monje florentino, aqui igual que entonces, debe ser quemado todo aquello superfluo, lujoso, excesivo, y que incite avaricia, y posesion excesiva, tal le sucede al protagonista que tras cometer un error de juicio, se ve obligado a dejar atras toda la vida de lujo y abundancia, en aras de una investigacion criminal en su contra, , contada con un acido sentido del humor, donde Wolfe se burla de las altas esferas Neoyorkinas y su forma de vida, asi como llama la atencion acerca de la riqueza aparente e inexistente fisicamente, que causa esa sensacion de poder e imbatibilidad en estas esferas, ridiculo risible, encantador el fragmento inicial, donde el protagonista obliga al perro a salir a pasear , para justificar su ausencia, ...

Recuerdo que lo leí hace muchos años y me divirtió mucho. Tom Wolfe es un maestro de la sátira y aún recuerdo capítulos que me hacían soltar carcajadas. Sin embargo, la adaptación cinematográfica no me gustó, aunque decir esto no es ninguna novedad.

Magistral crítica a una sociedad como la estadounidense, en todas sus capas, y sobre todo al capitalismo. Con un humor muy ácido y un dominio del lenguaje sublime, Wolfe se mueve por sus personajes y sus mundos a la perfección.