Aprendí a no creerme todo lo que la gente dice. Mis únicas pasiones sin reservas siempre han sido los libros y la música. Y, tal vez como lógica consecuencia de todo ello, me fui convirtiendo en una persona solitaria
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Aprendí a no creerme todo lo que la gente dice. Mis únicas pasiones sin reservas siempre han sido los libros y la música. Y, tal vez como lógica consecuencia de todo ello, me fui convirtiendo en una persona solitaria
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A partir de aquel momento, y en su fuero interno, Su-mire empezó a llamar a Myú «Sputnik, mi amor». Sumire amaba la resonancia de esa palabra. Le traía a la memoria la perra Laika. El satélite artificial atravesando en silencio la oscuridad del espacio. Las dos negras y brillantes pupilas de la perra atisbando por el pequeño ojo de buey. ¿Qué debía de mirar en aquella soledad infinita del cosmos? |
Hace tiempo, cuando se estrenó Grupo salvaje, de Sam Peckinpah, en la rueda de prensa una periodista alzó la mano y preguntó en tono inquisitivo: “¿Qué necesidad creen que hay de mostrar tanta sangre?”. Ernest Borgnine, uno de los actores, respondió con aire perplejo: “Pero, señora, cuando te disparan, sangras”. La película se filmó en plena época de la guerra del Vietnam. Me gusta esta frase. Posiblemente sea uno de los principios básicos de la realidad. Aceptar las cosas difíciles de desentrañar como cosas difíciles de desentrañar, aceptar el hecho de sangrar. Disparar y sangrar. Es que, cuando te disparan, sangras. |
En la vida de las personas hay un cosa especial que solo puede tenerse en una época especial. Es como una pequeña llama. Las personas precavidas y con suerte la preservan con todo cuidado, la hacen crecer, la llevan como una antorcha que ilumine sus vidas. Pero una vez se pierde, esa llama no puede volver a recuperarse jámas.
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"He visto a innumerables veces cómo personas sensibles herían sin más los sentimientos ajenos. He visto a personas francas y sinceras esgrimir sin darse cuenta las excusas que más le convenían. He visto cómo personas que le leían el pensamiento a la gente eran engañadas por los halagos más burdos. Todo ello me lleva a pensar: ¿Qué sabemos, en realidad, de nosotros mismos?"
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Cerré los ojos, agucé el oído y pensé en los descendientes del Sputnik que cruzaban el firmamento teniendo como único vínculo la gravedad de la tierra. Unos solitarios pedazos de metal en la negrura del espacio infinito que de repente se encontraban, se cruzaban y se separaban para siempre. Sin una palabras, sin una promesa.
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Todas las cosas deben ser contadas cuando llega el momento. Si no, uno sigue eternamente encadenado a su secreto.
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Entonces lo pensé. Que, en este mundo, lo que ven nuestros ojos no tiene por qué ser verdad.
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I felt as if I'd swallowed an overcast sky.
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There are some pretty remarkable scenes in the things you've written so far. Say you were writing about the seashore in May. You can hear the sound of the wind in your ears and smell the salt air. You can feel the soft warmth of the sun on your arms. If you wrote about a small room filled with tobacco smoke, you can bet the reader would start to feel like he can't breathe. And his eyes would sting. Prose like that is beyond most writers. Your writing has the living, breathing force of something natural flowing through it.
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Es un retelling de...