Tierra

A veces entre tanto humano,es complicado encontrar humanidad.

Y se abalanzó sobre mí para darme un abrazo de los de verdad, de los que se dan hasta con los huesos.

-Y llega el día en que uno se da cuenta de que podemos hacer con la gente lo que queramos, que tenemos a rebaños de personas sentadas en el sofá dispuestas a tragarse cualquier idea que les queramos meter en el cerebro. No a todos, evi- dentemente, aún hay alguno que pretiere leer un libro o salir a jugar con sus hijos... Pero son pocos, muy pocos...

Cuando uno ha resuelto un misterio se da cuenta de que tenía mucha más emoción intentar resolverlo que conocer la solución.

Uno de los principales defectos del ser humano es que no es capaz de pensar a largo plazo; solo nos preocupamos de lo que pasará en un rato, mañana o al día siguiente, pero no más allá. No nos preocupamos de los efectos hasta que no hay marcha atrás. Entonces sí, entonces nos arrepentimos de todo. El problema es que ese momento siempre llega tarde.

La muerte no solo se lleva a la persona; con ella también desaparece la posibilidad de nuevos recuerdos.

Es curioso el destino, pues ahora, en la muerte, sus huesos iban a estar más cerca de lo que nunca estuvieron sus corazones.

Porque el poder te hace olvidar lo justo, lo correcto... el poder solo te quiere ver crecer a ti.

Es cierto que tú y yo hemos estado tan lejos como el invierno del verano, pero quién sabe, quizás podríamos habernos encontrado un día de otoño, o vivir aunque fuera un instante en primavera.

Nos escandalizamos cuando salen noticias de padres que maltratan a sus hijos, de hijos que maltratan a sus padres... pero al fin y al cabo nosotros estamos haciendo lo mismo con el planeta: estamos matando a quien nos da la vida, y en cambio a nadie parece preocuparle.