Pues que antes de venir al mundo lo sabíamos todo, pero que al encarnarnos lo olvidamos, cuando creemos que estamos aprendiendo algo, en realidad lo estamos recordando.
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Pues que antes de venir al mundo lo sabíamos todo, pero que al encarnarnos lo olvidamos, cuando creemos que estamos aprendiendo algo, en realidad lo estamos recordando.
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¿Presumes a estas alturas de conocer la diferencia entre el cuento y la vida?
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Tal vez las cosas no eran lo que eran, aunque hubiera que vivir como si lo fueran para no estar en guerra constate con el mundo.
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Me gusta pensar en la existencia como en una gran carretera de circunvalación con señales que indican el destino de cada uno. Algunos nos pasamos la vida dando vueltas sin saber cuál es nuestra salida
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Cómo averiguar, se dijo, si he abandonado la realidad para entrar en un cuento o he abandonado un cuento para entrar en la realidad.
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Me gusta pensar en la existencia como en una gran carretera de circunvalación con señales que indican el destino de cada uno. Algunos nos pasamos la vida dando vueltas sin saber cuál es nuestra salida.
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Y mientras lo hacía le pareció que la habitación se iluminaba, como se iluminan las páginas de un libro en el momento en el que alguien lo abre para entrar en él. Así entró en Amelia, igual que el que entra en una novela.
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- ¿Sabes al menos por qué me abandonaste a mí? - Porque me daba miedo amarte. |
Las casualidades forman a veces tejidos sospechosamente perfectos.
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Pero un cuento no puede resolver todos los cabos sueltos. Tampoco en la vida se resuelven y la suya era un ejemplo de ello: de muchos cabos sueltos. En el relato faltaban cosas y, sin embargo, estaba extrañamente completo
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Gregorio Samsa es un ...