The Host

No nos perderemos el uno al otro, porque siempre volveré a encontrarte.

No te preocupes, Mel. Los milagros no funcionan así. Nunca te perderé. Nunca dejaré que te separen de mí.

No lo sabes. Nunca sabrás cuánto tiempo nos queda en realidad. No sabes si lo vamos a contar en meses, en días o en horas.

Éste no es el mundo en el que querría traer a mis hijos.

Fue un milagro, más que un milagro en realidad, cuando te encontré, Melanie. Y si ahora mismo alguien me diera la opción entre recuperar nuestro mundo o tenerte a ti..., no podría abandonarte, ni siquiera para salvar las vidas de cinco mil millones de personas.

Si tuviera que escoger a alguien, a cualquiera, para quedarme abandonada en un planeta desértico, sólo te escogería a ti.

Sólo que le amaba. Apreté los dientes antes de humillarme aún más. Me mordería la lengua antes de estropear más las cosas.

La piel me quemaba donde rozaba la suya. Eso me hacía sentirme mejor que bien, pero también provocaba un extraño dolor en mi pecho.

¡Lo van a matar! ¡Quieren que deje de existir! ¡Yo no quiero a otro, quiero a Jared no a un extraño dentro de su cuerpo! El cuerpo no significa nada sin él.

¿Cómo podría la gente sobrevivir en este mundo con esos cuerpos cuyos recuerdos no se quedaban en el pasado como era su obligación?