** Y ella, piensa, se había empeñado en traducirlo, en llevarlo a su terreno. Qué absurda pretensión, se dice. Si no fuese ridículo, sería hasta divertido. **Todo ha ocurrido en muy poco tiempo. Tan poco que se asombra cuando lo piensa. Estrenó un tubo de pasta de dientes cuando llegó a La Escapa, un tubo que ha estado usando dos o tres veces diarias y, aun así, todavía no lo ha terminado de gastar, aún queda como un tercio. Es increíble, se dice: moverse por dentro por completo, sacudirse, darse la vuelta y volvérsela a dar, en menos de lo que se tarda en gastar 125 mililitros de dentífrico. **Como el dinero, se dice, también el capital erótico se va escurriendo sin que uno se dé cuenta, solo se toma conciencia de él cuando desaparece, y se escudriña en el espejo con una mirada desprovista de piedad, evaluando las partes de su cuerpo o de su cara donde puede radicar el error. **Su memoria se ha encogido. Su memoria, ahora, es tan pequeña que le cabe en un puño. Las reliquias sentimentales, se dice, no merecen la eternidad. ** Que cansado es escuchar cuando no se tiene nada que añadir, piensa borrosamente. **Quizá se había dejado llevar por el egoísmo de agarrar más cosas de las que le pertenecían. Quizá era verdad que era una ingrata. Había tocado a Dios y, aún así, le había resultado insuficiente. + Leer más |