La oración del tomate

Sé que todavía nos queda la historia de Dalia pero... Mucho me tengo que desconocer a mí misma para no poder asegurar que, de las tres hermanas, Azalea va a ser mi favorita forever and ever.
No sé si es por su falta de filtro, por su incapacidad para morderse la lengua, porque le falta un tornillo o porque todas las opciones son correctas, pero soy muy fan de esta mujer.
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Azalea es un alma libre, no necesita a nadie, salvo a su familia, claro está.
Pero su burbuja empieza a desinflarse con la inminente emancipación de Lilia.
Y por si no tuviera suficiente con lidiar con eso aparece Bruno. Un tipo tatuado, de mirada intensa, con aires de canalla y pinta de «expresidiario» que no le gusta un pelo, por muy buenorro que esté el muchacho, que lo está, obviamente.
Esquivar a Bruno se convierte en el principal objetivo de Azalea, pero como ya imaginaréis se lo encuentra hasta en la sopa. La misma sopa en la mojaría pan si pudiera.
Efevtivamete: se masca la tragedia.
¿O debería decir que aquí hay tomate?
Escoged lo que más os guste.
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Elisa lo ha vuelto hacer y nos regala una historia divertida, fresca, cortita y ágil, que tenéis disponible en Amazon por menos de lo que cuesta un café.

Este segundo libro, nos cuenta la historia de Azalea, la segunda de las hermanas.
Azalea es la más lanzada de las tres, la que siempre dice lo que piensa, la más intensa. Sin embargo, es más sensible de lo que parece y de lo que demuestra (o a mí me lo ha parecido). Detrás de toda esa intensidad, esconde sus secretos, sus miedos. Y, por supuesto, saldrán cuando menos lo espere.
Ella nos presenta a Bruno, el leñador kamikaze (palabras de Aza), el chico con pinta de macarra que hará que se replantee ciertas opiniones, el que puede hacer que cambie su visión del amor.

La relación entre las hermanas sigue siendo una maravilla.

Una historia divertida, corta, sencilla, que tiene un punto más emotivo (cuando Aza cuenta a sus hermanas lo que lleva ocultando unos años) y que, como la anterior, se lee tan rápido que ni te das cuenta
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Una historia que habla de amor, ayuda desinteresada, confianza, amistad, familia y que te deja con ganas de seguir y no parar.

Qué novela más fresca e ideal. Se ha pasado en un suspiro y es que la pluma de Elisa siempre consigue ese efecto, que todo se te haga corto y agradable. Volvemos a esas trillizas que nos dan tanto, porque a pesar de que la novela se centre en la relación amorosa, creo que gran parte de la magia para que te enamores de estas páginas es la relación de las hermanas. Te entran ganas de conocerlas si o si.
Lo único que me ha faltado es tener la visión de Bruno, siempre soy más fan cuando hay las dos partes.

Así que, sí, hazlo, léelo, pero ¡espera!, lee primero el de Lilia (No tengo el kiwi pa macedonias 🥝), no te pierdas las historias de estas hermanas tan geniales porque te van a tener con una sonrisa permanente y ya, al final, una de esas que hasta te duele la cara y querrás irte a vivir al pueblo de las Hilinger de cabeza. Además ahora ya las tienes a las tres juntas o por separado y yo ya estoy enfrascada con Dalia.😍

Reseña completa en Instagram
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