No tengo el kiwi pa macedonias

En este primer libro conoceremos a Lilia, la mayor de las trillizas. Ella será quien vaya contando su historia y presentando a sus hermanas y al resto de personajes.
Por ella conoceremos también a Gus, la otra parte de esta historia. Ese que la abandonó unos años atrás y que ha vuelto al pueblo, dispuesto a todo. Si consigue o no su objetivo, mejor lo leéis. Sólo diré que mientras lo intenta, nos regalan muy buenos momentos, algunos muy bonitos.

Como es la primera en contarnos su historia, ella es la que nos muestra un poco de sus hermanas y de la relación que tienen. Es tan especial. Son maravillosas juntas las tres.

Es una historia corta, sencilla, ágil y divertida. Y que se lee en un suspiro. Una historia de segundas oportunidades, de amor duradero, de familia, de amistad.
Una historia que te dejará con una sonrisa en la boca y con las ganas de continuar con la siguiente hermana.

Si quieres una lectura rápida, amena, de las que te tienen con una sonrisa permanente, en un pueblo que defiende la autoproducción y el campo, con protas y secundarios geniales y que te deje con ganas de seguir conociendo a las hermanas... este es tu libro porque leer a Elisa es siempre una buena decisión.😊

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Una historia ágil, fresca, divertida y cortita que nos regala Elisa para pasar una buena tarde, porque eso es lo que me ha durado.
Personajes reales, cercanos y que te atrapan. Sí que es cierto que me ha faltado un poco de Gus, demasiado bien estoy acostumbrada de tener las dos partes; pero la parte de las trillizas me ha encantado y deseando estoy de conocer el resto de historias.