Vivir como si ya hubieras muerto

El arquitecto Alberto Carraira quiere divorciarse de su esposa pero su suegro, un peligroso empresario corrupto, no le va a poner las cosas fáciles. Asustado, y por consejo de su abogado, contrata los servicios de un bufete especializado en tratar temas delicados. Verónica Solí, la nueva abogada de Carraira, fue víctima de un crimen que lleva más de veinte años sin resolver, y es el deseo de venganza lo que la mantiene con vida.

La novela está narrada en tercera persona y ambientada en Madrid en el año 2013. Tenemos un buen número de personajes, pero están bien descritos y es fácil saber quién es quien. Y además todos tienen su importancia y su razón de ser. No os voy a hablar de todos porque sería muy largo y desvelaría demasiado.

Alberto Carraira lleva varios años casado con una mujer más joven que, además, es hija del empresario de la construcción para el que trabaja. El arquitecto quiere utilizar la información que tiene de todos los chanchullos para salir bien parado del divorcio y que su suegro deje de interponerse. Este personaje tiene sus luces y sus sombras, parece un buen hombre pero también tienen sus cosas.

Julián de la Villa-Garay es propietario de un bufete de abogados del que también son socios su hijo Gonzalo y Verónica Solí. Están considerados como los mejores abogados de Madrid y su nuevo cliente aportará datos suficientes para destapar una gran trama de corrupción inmobiliaria.

En un principio es Verónica la que se encarga del caso, aunque luego terminará en manos de los tres socios y la investigadora del bufete. Es una excelente abogada con una vida social limitada debido a un terrible suceso del pasado. Veintiún años antes, mientras preparaba las oposiciones para juez, fue asaltada en su domicilio y dada por muerta por el agresor. Tras varios años de operaciones y tratamientos consigue salir adelante pero con una salud delicada. Es una mujer fuerte que consigue superar lo que le ha ocurrido, aunque no ha perdido la necesidad de vengarse. La autora nos presenta muy bien al personaje y hace que se sienta real.

El bufete cuenta con los servicios de un gabinete de detectives privados, muy sofisticado y con muchos recursos. al mando está Marlen Bastida Hernández de Mena, más conocida como Mena, una investigadora con muchos años de oficio a sus espaldas y un excelente equipo de ayudantes a su servicio.

Tras muchos años de colaborar surge una gran confianza y amistad entre los abogados y la detective. Eso hará que todos se vuelquen en el nuevo caso que surge al tratar el del arquitecto.

Eusebio Ripoll ha conseguido mantenerse fuera de la cárcel excepto por un delito que lo tuvo una semana en una celda. Aunque se libró de los cargos, le dio trabajo a un hombre que conoció allí como guardaespaldas y solucionador de problemas.

Verónica reconoce la voz de su agresor en las grabaciones que realiza Mena y su sed de venganza se dispara. La autora nos presenta a ese personaje poco a poco, nos muestra sus crímenes y las razones que le llevan a ello. Está muy bien descrito, y a pesar de su crueldad no puedes evitar estar pendiente de él, quieres saber más de su vida y de sus crímenes.

Como podéis imagina ambas tramas se terminan unificando y nos mantienen en vilo. El libro engancha desde el principio y son sus personajes los que nos obligan a seguir leyendo.

La investigación está bien, es entretenida y adictiva, aunque algo peliculera en algunas partes, tanto en argumento como en personajes. Pero eso tampoco es malo, después de todo es ficción y no es muy exagerado.

Es de esas novelas en las que todos los personajes tienen su papel en la obra y no son meros figurantes, así que hay que leer prestando atención.

La lectura es ágil, los sucesos están bien explicados, los personajes bien definidos y las tramas son sencillas de seguir. La autora cierra todos los frentes que abre y no nos deja cabos sueltos.

Ha resultado ser una novela entretenida y adictiva, con partes bastante duras pero necesarias, que me ha mantenido atrapada durante dos días.

No conocía la novela ni a su autora, pero me llamaron la atención el argumento y el título en el listado de la #masacriticababelio y lo pedí. Agradezco que me lo enviaran porque creo que no lo habría descubierto por mi misma, y habría sido una pena.

Vivir como si ya hubieras muerto es una novela que he podido leer gracias a Masa Crítica y Babelio. No conocía a la autora y confieso que elegí la novela por el título, me llamó la atención y ha sido un acierto. Me ha gustado mucho como la autora cuenta la historia, la forma de narrar lo sucedido, de forma sencilla y con unos personajes bien perfilados. Conoceremos de ellos su vida personal y sus circunstancias a medida que se va desarrollando la trama. Además, el que la autora sea licenciada en derecho, diplomada en criminología y en investigación privada le añade un punto más a su favor, hace que sea más atractiva y más real, nos descubre los métodos y medios de investigación con los que se pueden contar. Se lee muy bien, es una lectura amena, rápida, y muy interesante.


Todo empieza cuando el arquitecto Alberto Carraira acude al prestigioso bufete de abogados de don Julián de la Villa - Garay con la intención de que le ayuden con la demanda del divorcio. Se casó hace años con Alejandra Ripoll, bastante más joven que él, y es la caprichosa y consentida hija del rico constructor mafioso, Eusebio Ripoll, del que tiene grabaciones que le implicarían en negocios fraudulentos y corruptos. Son frecuentes sus apariciones en la prensa rosa, y ni ella ni su padre están de acuerdo con la separación. Su amigo, David Fontfría, le ha recomendado que recurra a ellos por ser uno de los mejores bufetes de abogados del país. Es amigo personal de Gonzalo, también abogado, el hijo de don Julián, el fundador del bufete, y de la Verónica Solí, que en principio se hace cargo del caso. Pronto se darán cuenta de los métodos del suegro de su cliente, que los hace seguir por dos de sus matones, el Viti, el chófer de Eusebio Ripoll, y un conocido suyo de la cárcel, el Jonás.
Es un caso mucho más complicado de lo que parece, no es un simple divorcio. En él tendrán que implicarse todos y necesitaran la ayuda de Marlen Bastida Hernández de Mena, a la que todos llaman Mena, y que está considerada como una de las mejores detectives, tanto por sus colegas como por la policía. Cuenta con un buen equipo de profesionales a sus órdenes. Para mí es un personaje importante y me ha encantado su seriedad, su profesionalidad y su fuerza. Para Verónica es algo más, es su ángel de la guarda desde hace años.

Enseguida se darán cuenta de que han dado con una pista muy valiosa para solucionar un caso abierto de hace veinte años y en el que una de las víctimas fue Verónica Solí, la protagonista. Conoceremos lo ocurrido cuando preparaba oposiciones para juez, es un personaje muy creíble, y resulta imposible no sentir empatía y ponerse en su piel, sentir su miedo y entender su deseo de justicia. O tal vez de venganza. La entenderemos a ella y también el porqué del título del libro.
Me gusta la forma que tiene la autora de tratar la violencia, los malos tratos, los abusos, la maldad, también la denuncia social y la crítica a algunos temas, como la corrupción empresarial y política, y por supuesto la venganza y el deseo de justicia. Aunque sabremos quien es el culpable muy pronto, eso no quita intriga y suspense. Es muy interesante ver como investigan para poder atraparle y probar los crímenes. La novela que me ha gustado bastante, se lee rápido, es entretenida y tiene suspense, con una trama que incluye un caso antiguo por resolver, y con muchos personajes interesantes. Destacaría, además de las dos mencionadas, la detective Mena y la abogada Verónica Solí, al típico constructor corrupto, como Eusebio Ripoll, y sus guardaespaldas. Confieso que Jonás me ha dado pena.
No me importaría volver a encontrarme con otro caso de Mena, y del despacho de abogados de la Villa - Garay.

Vivir como si ya hubieras muerto me ha parecido una novela muy interesante y que te atrapa desde el principio y más teniendo en cuenta que es la primera que ha escrito la autora.



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Lo primero quiero dar las gracias a Babelio y a su Masa Crítica por permitirme leer a esta autora y disfrutar con su novela.

Esta novela está ambientada en Madrid y transcurre durante 3 días de Septiembre de 2013, Alberto Carreira quiere divorciarse de su mujer, Alejandra, una drogadicta e hija rica y mimada de un conocido empresario español dedicado a la construcción, aconsejado por su amigo abogado David de Fontfría, consulta con la abogada Veronica Solís, también amiga del abogado, ya que su bufete se dedica a tratar casos complicados y delicados, ya que Alberto Carreira quiere negociar su divorcio con su suegro Eusebio Ripoll, a cambio de no entregar pruebas de que es un empresario corrupto.

El bufete se pone a investigar y descubren una vinculación con un asesinato de 20 años atrás, un caso que aún está sin resolver, "El crimen de la calle Doctor Olariz"....

Me ha gustado mucho la novela con una narración sencilla y aunque no tiene un ritmo trepidadente, poco a poco te va intrigando según va avanzando la novela, con personajes muy bien perfilados, también me ha gustado como la autora nos cuenta la vida de los personajes principales, mediante recuerdos de los mismos, sin que la novela pierda un ápice de interés.

En resumen, un thriller que se lee de forma ágil y que sobre todo trata de asesinatos, corrupción y venganza.

Un prestigioso bufete de abogados recibe la visita de un nuevo cliente para que le ayuden en un farragoso divorcio, complicado con los negocios sucios de su familia política. Pero este caso sin pretenderlo lleva a la resolución de un caso antiguo que toca muy de cerca a uno de los abogados.

Está escrito de forma que alterna puntos de vista: desde los abogados hasta el divorciado, pasando por varios personajes secundarios.

Un libro que va de menos a más. al principio con tanto cambio de escenario y de narrador, resultaba un poco lioso y no conseguía centrarme en la lectura, pero a medida que avanza y conocemos el trágico pasado de la protagonista, me he sentido implicada en su historia, consiguiendo que me emocionara (y entendiendo de donde viene el título).

Adentrarse en los tejemanejes y chanchullos del mundo empresarial a través de la lectura de este libro ha sido una forma interesante de despertar mi interés en descubrir más acerca de cómo mucha gente poderosa hace lo que quiere sin temor a represalias de ningún tipo.
Más allá de esta temática, el libro también enlaza ese caso de abuso de poder y corrupción con otros sucesos acontecidos en el pasado y en el que casualmente coinciden el mismo elenco de personajes, siendo mucho más adictivo para el lector el desenlace de éste que no el caso principal.
En general el libro es adictivo, los personajes están bien elaborados y de todos ellos se nos descubren detalles de su pasado para saber más de ellos. En cambio, por forma de narrar de la autora a veces se me hacía difícil saber qué personaje estaba hablando o si se trataba de un comentario de uno de ellos o era parte de la narración de la propia escritora. Tampoco me ha convencido al 100% la separación de capítulos, hubiera preferido dividirlos más ya que muchas veces cambiaba la acción de un personaje a otro en cada párrafo y era confuso.
En resumen, un libro bien hecho y del que no me desagradaria leer algún spinoff con el personaje de Mena, para mí el que más juego da.