El hilo conductor de esta antología es la atmósfera opresiva de los meses de verano en los pueblos del interior. Una atmósfera que conduce al desvelo, a quedarse puertas afuera observando lo que hacen los vecinos, a coquetear con los peligros de ríos y mares, a dar rienda suelta a deseos prohibidos y a concurrir a eventos que normalmente no suscitarían tanto interés. Los 13 cuentos son muy breves, de no más de diez páginas, y constituyen viñetas “a la Carver”, donde se presentan situaciones extremas con una distancia quirúrgica que las hace aún más perturbadoras. Mi reacción inicial a la lectura fue pensar que no estaba a la altura de las novelas del autor, y que esperaba más. Pero a medida que fueron pasando los días (me gusta dejar que las lecturas se decanten un poco antes de reseñar) comencé a percibir la sutileza y la ironía de Kohan para narrar estos relatos, que no son los 13 igual de buenos, pero tienen algunas joyitas: 🪟ENFRENTE: Las tardes de verano en las sierras empujan al narrador al jardín, donde sus vecinos desenfrenados se pasean desnudos y no ocultan su frenética actividad sexual. Todo cambia cuando percibe que hay una niña con ellos. ¿Qué hacer? 🎣 EL AHOGADO: Una excursión de pesca y un hallazgo macabro que deviene obsesión. 😳 LA DESVELADA: Florencia no logra dormir y Osvaldo, que no puede convivir con ella, aceptaría cualquier cosa con tal de que pueda volver a conciliar el sueño. Cualquier cosa. 🌊 ALGAS: Marta, cansada de fracasar en todo lo que emprende, se adentra en el mar. ¿Logrará que esto sí le salga bien? + Leer más |