La ladrona de libros

Un libro que merece dedicarle tiempo para disfrutar de la historia de esa ladrona de libros, de esa creadora de mundos en un mundo desolador. A pesar de haber tantos libros sobre la II guerra mundial, este es un libro diferente, en el que vamos a encontrarnos unos protagonistas que han de enfrentarse al día a día, pero a quienes la guerra va a tratar de ponerles muchos obstáculos. La narración en tercera persona nos va a hacer verlo como una película, permitiéndonos sentir a cada uno de los personajes, sobre todo a Liesel y Rudy como propios.

Me da muchísima pena poner tan poca puntuación a este libro... llevo gran parte de mi vida escuchando recomendaciones de esta historia, viéndolo en listas de libros que leer antes de morir, encontrándolo entre los favoritos de mucha gente, etc. y tenía mil ganas de leerlo. Sin embargo, me he llevado una gran decepción con él, y ya no se si ha sido cosa del libro o mía.

Empecé el libro bastante entusiasmada, pero a medida que avanzaba mis ganas iban disminuyendo, e incluso he llegado a entrar en un pequeño bloqueo lector. La cosa es que la historia me parece bonita, pero no la he terminado de entender, y sobre todo, no me ha terminado de atrapar, para mi ha ido muy lenta y sin una gran trama.

A pesar de todo ello, en los ratitos que la leía la disfrutaba y me emocioné muchísimo con la última parte, por lo que creo que aunque no haya sido para mí, si que es un libro que recomendaría leer, pues si ha gustado tanto durante tantos años, por algo será.

Excelente libro, diferente y original por la manera en cómo se cuenta y desarrolla toda la trama.

Novela de impacto directo sobre corazones y conciencias, triste y a la vez bella, incapaz de dejar indiferente a nadie.

Sin duda muy recomendable para todo tipo de lectores.

Maravilloso.

No sé como he tardado tantos años en leer esta novela, me da hasta vergüenza reconocer que nunca la había puesto en mis prioridades hasta que la encontré en una tienda de segunda mano a un precio irrisorio, y es que me encantan los libros basados en la IIGM, puede que sea una de mis épocas literarias favoritas, no por la guerra si no por todas esas historias emotivas y de superación aunque luego tengo una sensación de culpabilidad por disfrutar de estas historias basadas en tiempos tan horribles y dolorosos… ¿Os pasa?

La ladrona de libros es la historia de Liesel, una niña alemana de 9 años desde que es dada en adopción por su madre hasta el final de la guerra. Su nueva familia, sencilla y nada adepta al nazismo junto con un joven judío, le enseñan a leer y encuentra en los libros la distracción para escapar del horror de la guerra.

¿Cuántos libros conoces donde el narrador sea la muerte? Me ha encantado esta novela, sus relaciones (con su padre, con Max), la inocencia, su ridiculización al fascismo, la importancia de la lectura y el valor que tienen las palabras.

Escrita de una manera elegante, sencilla, diría que incluso adictiva y filosófica, ha sido una de las mejores lecturas que tuve este verano. Fue muy emotiva pero siempre con una sonrisa porque este novela desprende calor, cariño y esperanza como pocas… ¿de qué estamos hechos los humanos para en estas situaciones seguir siempre adelante?

En fin, que supongo que ya la habréis leído todos pero si no es así: a qué estáis esperando? Corred insensatos!

Mi nota, obvio, es un 5 y como último consejo: NO veáis la película! Yo lo hice con toda mi ilusión tras finalizar el libro y es de las peores adaptaciones que he visto, hay múltiples cambios pero lo peor es que la esencia e historia principal del libro no están por ninguna parte

Mi libro favorito.

Es increíble cómo esta historia te puede hacer sentir tantas emociones de maneras tan diferentes y aun así, entre tantas subidas y bajadas, consigue dejarte un sabor de boca que disfrutas y no puedes olvidar jamás.

Es una delicia de novela desde el inicio hasta el final: desde la voz del original narrador, pasando por la situación mundial en la que toma lugar todo, hasta los personajes. Los personajes. Qué gran punto de esta novela y cómo puedes encariñarte de todos sin ser reales, porque sientes que los vas conociendo.

No puedo nada más que escribir buenas palabras. Hace ya casi once años desde mi primera lectura (con dos relecturas entre medias y mil recomendaciones a personajes cercanas con sus correspondientes comentarios) y nada nunca lo supera.

Hoy, un libro que llevaba en mis estanterías desde que salió (sí, soy este tipo de gente) y no me dio por leerlo hasta hace relativamente poco, con una lectura conjunta que organicé en instagram.

Bien, ya la ambientación es de las que me gana sin haber empezado: Segunda Guerra Mundial. Siempre es un periodo que me resulta interesante y del que me gusta leer –aunque normalmente son siempre dramones que me dejan con una mezcla de mosqueo, tristeza e indignación-, así que entre esto y el título, conmigo fue pescar en un barril.

En esta ocasión, tenemos a la ladrona de libros, que manga el primero de ellos de una de las famosas piras que organizaban estos bárbaros… aunque no sabe leer. Es su padre de acogida el que la enseña, con paciencia infinita. Y es que Liesel es una joven a la que refugian los Hubermann después de quedarse sola y ver morir a su hermano pequeño.

Con una narradora nada habitual y casi en forma de cuento, no van contando la historia de Liesel, cómo va avanzando en su día a día, entre pesadillas y analfabetismo, mientras su madre le dice palabras amables -¡ja!- y su padre –el “amigo de los judíos”- toca el acordeón.

La historia no nos lleva a campos de concentración, aunque se nombra Dachau, nos deja en esa pobre gente que sobrevive sufriendo las consecuencias de la guerra en una pequeña población alemana. También nos deja una convivencia peculiar en casa de los Hubermann, tanto por los padres como con ciertas cositas que suceden en la trama y alimentan la tensión; somos partícipes de cómo la ladrona de libros aprende a leer y cómo hace honor al nombre de la novela, entre juegos y pequeños hurtos con los chavales del barrio… que también nos dejan ver pinceladas de esas Juventudes Hitlerianas que tanto dieron que hablar.

Con un dramón brutal de trasfondo, el autor construye una novela con momentos súper tiernos, con una forma de narrar que o bien te deja indiferente, como te puede encantar. Yo soy del segundo grupo, creo que le viene muy bien. Incluso cuando el propio libro se autospoilea y te deja con cara de “¿perdooona?”.

Una novela súper disfrutable, que se lee tremendamente rápido, con personajes muy distintos entre sí y todos ellos bien perfilados, aún los que no tienen demasiado protagonismo.

El autor nos deja momentos con ciertos toques de humor, sobre todo entre los chavales, lo que le viene fenomenal a la historia, con ese maravilloso personaje que es el padre adoptivo y que me ha encantado, mi favorito, junto con esa narradora poco común y que nos da dejando anotaciones de vez en cuando de cosas a tener en cuenta.

Y luego viene ese final demoledor, que te golpea como un bofetón seco y contundente. Y te quedas KO.

Me ha encantado.
Enlace: https://locaporincordiar.blo..

"Un pequeño detalle: morirás" es una de las primeras frases con las que arranca esta novela juvenil-adulta situada en la Alemania ocupada por los nazis, concretamente en un pueblo ficticio denominado Molching, y con ellas establece tanto el tono de la historia como uno de los temas principales que aborda La ladrona de libros. Teniendo en cuenta el periodo histórico, la muerte está muy presente en todo momento y afecta a la personalidad de los personajes, así como a la trama en su conjunto. Por un lado, el autor trata de reflejar la inevitabilidad de la misma y la necesidad de aceptar un rasgo tan propio de los seres vivos. Nos explica la manera en la que cada persona ve este hecho, ya sea con miedo, respeto o confusión, y el impacto que ejerce en aquellas que han perdido a alguien cercano o han presenciado una muerte. También plantea el significado que cobra en tiempos de guerra en los que se sesga una cantidad ingente de vidas y cualquiera puede caer en las manos de la Parca. En este sentido, nos habla del injustificado y delirante protagonismo de la muerte a través de las atrocidades que tuvieron lugar en los campos de concentración y de los cuerpos inertes que podían encontrarse tras el bombardeo de ciudades. En esta misma línea, Zusak analiza las consecuencias de un conflicto de tamaña envergadura para los habitantes que residían en una zona ocupada por los nazis y que se encontraron ante la tesitura de obedecer las órdenes, estuvieran de acuerdo o no, bajo pena de ser castigados. Con esto presenciamos el día a día de estos ciudadanos que respiraban la tensión en la que estaba sumergido el país, las penurias de la clase trabajadora cuyos recursos iban menguando y que debían hacer malabarismos para poder alimentarse y el temor que todos ellos experimentaban cuando un familiar era llamado al frente o cada vez que sonaba la alarma de un posible bombardeo. Aun así, tenían que seguir con su rutina y cumplir sus obligaciones para con el régimen.

El otro gran efecto que se puntualiza es el de la culpa del superviviente, dejando bien claro el trauma que sufren los que han sobrevivido y el dolor que sienten al tener que enfrentarse a los recuerdos y superar el horror experimentado. Por descontado, se tratan temas claves como el racismo, la segregación, la separación de clases y el sufrimiento al mismo tiempo que se subrayan aspectos como el amor hacia las personas que te rodean, el esfuerzo constante, el valor, la determinación y la justicia.

No obstante lo anteriormente dicho, el foco de atención de esta novela recae en la importancia de las palabras y la enorme influencia que pueden llegar a ejercer en cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Leídas, escritas y habladas, el libro las presenta como una fuente ilimitada de poder que sirve para manipular o liberar al ser humano. de esta manera, vemos la capacidad que tienen para someter a toda una nación y mantenerla bajo el control férreo de una única figura que emplea las palabras para convencer a una multitud de que siga un patrón establecido. En contraposición a esto, el autor se encarga de enfatizar que también son un mecanismo de lucha contra la tiranía y que simbolizan la libertad en todos sus niveles, proporcionando al individuo identidad propia y conocimiento.

La encargada de ponerle voz a los temas comentados y explicar la historia de principio a fin es la Muerte. Se trata de una narradora omnisciente que emplea un lenguaje directo y, en ocasiones, seco para relatar los acontecimientos, sentimientos y pensamientos relacionados con los personajes que tan bien conoce y adelantar información sobre el desenlace. Además de esta peculiaridad, en el libro se intercalan capítulos centrados en la trama principal emplazada en Molching con otros en los que la Muerte comenta sus propias experiencias y su visión del mundo y la humanidad. Dada esta mezcla, nos encontramos con una pluma sencilla, fluida y accesible con ciertos toques más profundos que invitan a la reflexión.

Tengo que reconocer que las 200 primeras páginas no terminaron de convencerme. No logré adentrarme mucho en la historia y conectar con los personajes porque se me hacía todo muy plano y carente de una adecuada ambientación. Tampoco veía que el periodo histórico estuviese ensamblado con la trama, es decir, que no resaltaban las características que distinguen esa terrible época del resto de conflictos. Una vez pasado ese primer tramo, la novela empezó a cobrar un mayor sentido y sus matices fueron saliendo a flote capítulo tras capítulo, haciéndola más interesante y llevadera. Además, me pareció un libro original en cuanto a la elección del narrador y al hecho de contar las experiencias de aquellas personas que debían apoyar la ideología nazi. Dicho todo esto, sí que me gustó y fue una lectura entretenida que me llegó a emocionar en ciertos momentos, pero no me encantó. Dentro de las novelas que hablan sobre la Segunda Guerra Mundial, no me quedo con la sensación de haber leído una imprescindible.

"Primero los colores. Luego los humanos. Así es como acostumbro a ver las cosas. O, al menos, así intento verlas."

Existen varias aproximaciones literarias a la cruel época del nazismo y el holocausto, de ensayo y rigor histórico, caracterizadas con un tono pausado, y aquellas suficientemente neutras, en tono de novela, que intentan llegar así a la mayor cantidad de público posible. Ambas coexisten y conviven, se exponen en sus respectivos campos y se disfrutan según lo que busque cada lector.

La ladrona de libros al fin y al cabo es una ficción que puede permitirse lo que quiera dentro de los parámetros establecidos (recuerdo El niño con el pijama de rayas y los cientos de libros con Auschwitz en su título). Una historia amable para los que creen en la bondad humana en tiempos oscuros. Funciona en todo su relato pese a ciertos altibajos narrativos, una trama cargada de buenas intenciones con la pequeña Liesel como epicentro de una galería de personajes que no vamos a recordar pero con algunas situaciones conmovedoras.

El miedo y la represión nazi, los bombardeos aliados, la miseria de un mundo en guerra. Es un tema que da mucho juego. La ladrona de libros es otra historia más dentro de este marco histórico incomparable (por su crueldad ya casi mitificada) que sus momentos críticos los recordamos más por el hilo de los libros unidos a Liesel Meminger que por la empatía con los personajes. Una buena novela contada desde la perspectiva de la población civil alemana que padeció todos los males, pero no impecable.

Tardó en ser tu momento, pero sin duda acertaste con el regalo.

Adoro este libro, he sentido y sufrido con él. Odiado y sonreído.

No diría que es un mal libro, pero tampoco es el mejor. Sólo es... pasable. Bueno para iniciarse en la lectura, pero regular si ya se han leído otras cosas más interesantes.

No hablaré de la historia, porque creo que ya casi todos la conocen, pero sí me gustaría decir que, a nivel narrativo, este libro se apoya excesivamente, por no decir que abusa, de dos recursos narratológicos muy curiosos y, que de hecho, se conectan: La prolépsis (que es la anticipación de sucesos futuros), y el "cliffhanger", o suspense, inundan de manera abismal este libro. Este recurso se usa de tal manera, que da la sensación de que de no ser por él, la novela sería, cuanto menos, aburrida. Y no es broma, a mitad del libro destripan el final, y uno como lector busca saber como es que los personajes llegarán al desenlace revelado, empero, el resto de la novela es mero relleno que no aporta nada a eso, ni siquiera ayuda a encariñarte con los personajes porque estos son muy planos.

Al final, es un bestseller del montón que cuya vida sólo durará, exageradamente, un lustro más.