La ladrona de libros

No puedes quedarte ahí sentado esperando que el nuevo mundo se adapte a ti, eres tú el que tiene que adaptarse...A pesar de los errores pasados.

He odiado las palabras y las he amado, y espero haber estado a su altura.

Las palabras, pronunciadas con un suave susurro, resbalaron de la cama y se esparcieron por el suelo como si fueran polvo.

Quinientas almas. Me las lleve en las manos, como si fueran maletas. O me las eché al hombro. Sólo llevé en brazos a los niños.

Los niños...a veces son mucho más astutos que los atontados y pesados adultos.

En lo particular me parece una novela muy buena, donde nos hace reflexionar lo duro que fue esa vida para tantas pernas también entendí el por que la emigración de tantos alemanes alemanes a México.

Una persona vale lo que vale su palabra

He odiado las palabras y las he amado, y espero haber estado a su altura.

No le hagas caso al cosquilleo de los pies.
No gastes las suelas.
Y no te muevas demasido.
Déjalo todo como está, cueste lo que cueste. Puede que pronto llegue la hora de partir. La luz es como una pistola. Un explosivo para los ojos. Podría ser la hora de partir. Podría ser la hora, así que despierta. ¡Despierta de una vez, maldita sea! Despierta.

A veces llego demasiado pronto, me adelanto. Y hay gente que se aferra a la vida más de lo esperado.