El sutil arte de j*derlo todo

Luz es simplemente un desastre con patas, y como bien dice ella misma, tiene el arte de j*derlo todo. Tiene una vida en Madrid que siendo sinceros no le gusta nada, no soporta su trabajo, pero es lo que tiene para llegar a final de mes, ¿su familia? Mejor pasemos la palabra, ¿pareja? Sí, seguimos pasando palabra. ¿Lo único bueno? Sus amigos, pero acordémonos de que nuestra prota tiene un arte para j*oderlo todo.
En vistas de la que tiene montada en Madrid no le queda otra que desaparecer una temporada. Y qué mejor opción que ocultarse en el pueblo de su padre, en una aldea gallega donde este regenta una posada. Luz pasará sus días rodeada de los octogenarios del pueblo, donde se enterará de todos los cotilleos mientras les sirve trinaranjus. Pero oye que todo no iba a ser malo, porque resulta que hace un tiempo se trasladó al pueblo un guiri por el que suspiran todas las mujeres.
Con cada novela que publica Bella más rio, esta mujer es increíble al escribir escenas inverosímiles, así como protagonistas muy pero que muy locas. Tengo que decir que si este libro no lo hubiéramos leído como LC en “las locas de Isabella” me habría durado dos tardes, pero he sido buena y he respetado los tramos. Solo os puedo decir que cada uno de los personajes de esta novela es una pasada y el grupo de yayos son geniales y que las risas las tenéis más que aseguradas. Os contaría muchas más cosas, pero es mejor que os sumerjaís en la loca vida de Luz y descubrís su historia, ya que merece mucho la pena.

Sabía que siendo un libro de Isabella, no me iba a defraudar. Esa capacidad de relatar con tanto sentido del humor y naturalidad, una historia que parece todo humor y bromas y que en el fondo esconde una ida basada en la frustración por no conseguir lo que había planeado desde niña, me maravilla.
Luz siempre se habia sentido inferior en su familia, estaba convencida de que con su preparación iba a llegar a ese puesto importante anhelado siempre y que sería tremendamente feliz.
Lo mejor que le podía pasar, fue meter la pata tantas veces y tan seguidas para encontrarse sola y tener que buscarse en el lugar al que me os le apetecía volver.
El destino es caprichoso, y lo que me os imaginaba es que esa ansiada felicidad y esa sensación de plenitud y de sentir que todo es como debe, las iba a encontrar allí.
Aún así no podía quedarse contenta hasta "joderla" de nuevo. Hay que reconocer que gracias a ello recupero todo lo que había perdido antes, pero tuvo que reconocer que ese futuro que había perseguido toda la vida, no era el que la llenaba.
Por suerte siempre hay una última oportunidad.
Me he reído muchísimo con los vecinos del pueblo, me ha encantado el golpe en la mesa de Isabel y esa tendencia a caer en el riachuelo sólo puede ser de Luz, pero sobre todo me ha enamorado Tyler y esa capacidad de cambiar su forma de ver la vida.
Una de las mejores lecturas desde hace tiempo.