Cuando no tienes nada, te hacen creer que eso es lo que mereces, y no es cierto. Y yo se lo había gritado al mundo de todas las formas posibles.
|
Cuando no tienes nada, te hacen creer que eso es lo que mereces, y no es cierto. Y yo se lo había gritado al mundo de todas las formas posibles.
|
Somos del lugar al que vamos cuando cerramos los ojos.
|
El tiempo, la distancia y las experiencias nos moldean y nos cambian. Y no pasa nada, aunque toca pasar el trago de aceptar que lo que amaste un día quizá ya no exista.
|
Porque cambiamos. Por mucho que nos empeñemos en creerlo, nunca somos los mismos.
|
Y es que siempre existe un «pero» capaz de joderlo todo, aunque sea el más bonito de tu vida.
|
Siempre he creído que una colección de tres monedas valiosas es mejor que una de cien que no valen nada.
|
Por fin era consciente: yo creía en las raíces. Las defendía. Eran lo más fuerte y consistente de mi vida. Yo creía en aquello que tiraba de tu cuerpo para mantenerte los pies anclados en el suelo. Pero Vi no. Vi no tenía raíces. Vi tenía alas. Unas inmensas que jamás la dejarían asentarse en tierra firme. Vi era un pájaro y yo vivía felizmente en mi jaula.
|
Somos lo que damos a los demás, sin darnos cuenta de que, si se marchan, te llevan consigo.
|
Hay puertas que, por mucho que quieras, cuestan un mundo que se cierren.
|
Somos un puñado de decisiones. Somos los pasos que damos y las elecciones que hacemos. Somos los caminos, las personas, los lugares que dejamos atrás y también a los que nos dirigimos.
|
Manolito ...