Mujeres que no perdonan

Durante mucho tiempo el abuso había formado parte del juego, pero ahora las reglas estaban cambiando.

Las casas de los alrededores, con estrellas de Adviento en las ventanas, parecían tranquilas. Todo indicaba que en su interior vivían personas normales y honestas. Sin embargo, había por lo menos una mujer que odiaba a su marido hasta el punto de querer matarlo. Probablemente más de una.

«Certament estava a punt d’assassinar un home, però a la vegada alliberaria una dona. El resultat de les seves accions seria, doncs, positiu.»

No mataría a un hombre, sino que liberaría a una mujer.

...antes de perder el conocimiento, se había preguntado cuántas mujeres a lo largo de la historia habrían acabado su vida con esa misma imagen delante: la cara del hombre con el que se habían casado, con los rasgos desfigurados por la ira, asesinándolas.

Lo único que le pedía a la vida era el amor de las personas que más quería en el mundo.

Haz daño a una mujer y sabrás lo que te va a pasar

...mi marido me maltrata siempre que le apetece. Me pega donde no se ve, y yo acabo pensando que, si no se ve, no ha pasado nada.

Todo estaba preparado. Ella ya había hecho su parte y lo que pasara a partir de ese momento estaba fuera de su control. No podía hacer nada.