El problema es que, si no dejas que nadie pase al otro lado del muro por miedo a que resulte un enemigo, también terminas por dejar fuera a los amigos.
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El problema es que, si no dejas que nadie pase al otro lado del muro por miedo a que resulte un enemigo, también terminas por dejar fuera a los amigos.
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¿O, por el contrario, sería más acertado ponerse esas bragas enormes y horrendas con sujeción para la tripa y el trasero, que incrementarían considerablemente las posibilidades de que Patrik y ella acabasen en la cama?”
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¿Debía elegir su precioso tanga de encaje, por si se presentaba la remota ocasión de que ella y Patrik acabasen en la cama?
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Lo de ver qué pasaba estaba bien cuando se era adolescente, pero con los años, el corazón se volvía menos elástico. Uno se implicaba más en las relaciones y las secuelas afectaban cada vez más a la autoestima.
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Miró sus manos. ¡Cómo las odiaba! Estaban impregnadas de belleza y de muerte, en una combinación imposible de conjugar pero con la que se veía obligado a vivir.
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El problema es que, si no dejas que nadie pase al otro lado del muro por miedo a que resulte un enemigo, también terminas por dejar fuera a los amigos.
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Pero hay cosas que deben seguir siendo privadas. Y eso fue lo que le dije. No se si me hizo caso, espero que si. De lo contrario, lo único que conseguí, fue, la infección de vejiga que me lleve de su casa helada
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Eilert parecia un pájaro extraviado entre tanta magnificencia de pacotilla
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Habían pasado tantos años, y se habían destruido tantas vidas, que nadie saldría ganando con destruir una más
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Ahora ya desaparecía de verdad. Gentes extrañas la tocarían y trastearían en su cuerpo. Ninguno de ellos sería capaz de ver su belleza como él lo hacía. Para ellos sólo sería un trozo de carne. Un número en un documento, sin vida, sin fuego.
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10 negritos