(...) pero la amabilidad debería engendrar amabilidad incluso en un territorio como este. |
(...) pero la amabilidad debería engendrar amabilidad incluso en un territorio como este. |
Recuerda quién eras, aunque el espejo lo haya olvidado.
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Era más fácil esconderse en la oscuridad que bajo los focos.
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—Cállate. —… y tú crece de una vez… Resonó la risa y las sombras sonrieron. —Nunca. |
Nunca te inmutes. Nunca temas. Y nunca, nunca lo olvides.
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Tienes el aspecto de una chica que no es ajena a la página. Puedo decir. Tienes palabras en tu alma.
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Demasiados libros. Muy pocos siglos.
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(...) podía hacer maravillas con una ceja enarcada. Expresar enojo. Curiosidad. Algo similar al entretenimiento.
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—¿Cómo lo haces para no desorientarte aquí dentro? —preguntó. La mujer pasó un dedo por las tallas en espiral de las paredes. —Naev lee. Mia tocó la piedra helada. —¿Esto son palabras? —Más que eso. Son un poema. Una canción. —¿De qué trata? —De encontrar el camino en la oscuridad. —Yo me conformo con encontrar la biblioteca. Mis ojos están a punto de irse a la cama sin mí. |
—En este sitio hay secretos dentro de los secretos.
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¿Qué criaturas mágicas podemos encontrar en Gringotts, el banco de magos?