La renuncia no lleva a nada, salvo a la certeza de que lo dejaste sin acabar. […] Los vencedores son aquellos a los que la derrota nunca satisfizo. Lo único peor que acabar el último es no haber empezado siquiera. ¡Y que le den a acabar el último!
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La renuncia no lleva a nada, salvo a la certeza de que lo dejaste sin acabar. […] Los vencedores son aquellos a los que la derrota nunca satisfizo. Lo único peor que acabar el último es no haber empezado siquiera. ¡Y que le den a acabar el último!
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Y, ante los ojos de Dios y de sus Siete Mártires, juro. Que la oscuridad sepa mi nombre y se desespere. Si arde, seré la llama. Si sangra, seré la espada. Si peca, será el santo. Y la plata. |
Si la muerte es tan gloriosa como dices, ¿cómo es que le sale tan barata a los hombres más viles?
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No hay pena más profunda que aquella a la que nos enfrentamos en soledad. Ni noche más oscura que la que pasamos a solas. Pero uno puede aprender a vivir con cualquier peso. Las cicatrices se engrosan, se convierten en armadura.
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Cuando no tienes nada, no tienes nada que perder.
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¿Cuántos años tiene Evelyn cuando se casa por primera vez?