El imperio del vampiro

Dale a alguien el poder de hacer lo que quiera y lo hará.

Coge mi mano, pues ya no estás solo. Camina conmigo en el infierno.

Astrid era una erudita tan feroz como yo un espadachín. Una chica que empuñaba libros como espadas.

Solo un minuto. Eso es lo que tarda tu mundo en torcerse, ¿sabes? Una distracción de un segundo. Un único momento que te perseguirá durante todos los momentos del resto de tu día.

Una vida sin libros es una vida no vivida.

Nunca había pensado que encontraría semejante paz en la lectura. Las palabras eran una especie de magya que me llevaba de la mano a tierras inexploradas, a tiempos que nadie recordaba ya, a pensamientos inimaginados.
[…]
Una vida sin libros es una vida no vivida.

La renuncia no lleva a nada, salvo a la certeza de que lo dejaste sin acabar. […] Los vencedores son aquellos a los que la derrota nunca satisfizo. Lo único peor que acabar el último es no haber empezado siquiera. ¡Y que le den a acabar el último!

No quieras ser un héroe. Los héroes tienen unas muertes horribles, lejos del calor del hogar.

Lo único que se interponía entre nosotros eran dos palabras. Qué extraño que en una cosa tan pequeña resida tanto poder, tanto peligro y esperanza.

Pues ese es el problema, héroe. Que los malotes nunca se dan cuenta de que los monstruos son ellos.