Las personas que te apoyan incondicionalmente, esas que son capaces de no pensar en sus deseos para que tú puedas llevar a cabo los tuyos, son las que de verdad te quieren y te aceptan tal y como eres
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Las personas que te apoyan incondicionalmente, esas que son capaces de no pensar en sus deseos para que tú puedas llevar a cabo los tuyos, son las que de verdad te quieren y te aceptan tal y como eres
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Se titulaba El Quijote y era jodidamente gordo, como si el tío que lo escribió se hubiese propuesto haber un arma letal y encuadernarla
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Tiempo después comprendí que estar enamorada no tenía nada que ver con la adrenalina que despierta lo prohibido
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¿Resultaría tan atrayente el cielo si la galaxia no guardase secretos?
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Probablemente eran nuestras diferencias lo primero que llamaba la atención, pero, en el fondo, se encontraban en la punta del iceberg. Y abajo, a mucha más profundidad, estaba aquello que nos conectaba. La atracción, el deseo, el amor. En apariencia, éramos dos trozos de hielo separados por varios metros, pero en realidad estábamos a punto de colisionar.
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Al fin y al cabo, solo tememos lo que desconocemos. Como la muerte, por ejemplo. Si supiésemos exactamente qué ocurre cuando la palmamos, dejaría de importarnos tanto.
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Así que éramos como dos coches de choque en medio de la pista, da igual cuánto intentásemos evitarlo, siempre acabábamos colisionando.
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«¿Hasta cuándo?». Me había hecho muchas veces esa pregunta durante el último año y esta es la respuesta: hasta esa noche, cuando me di cuenta de que el mundo era un lugar lleno de belleza. No podía dejarme engullir por la oscuridad con toda esa luz ahí fuera esperándome. |
Si lo piensas bien, podría decirse que la vida es eso que ocurre entre el primer y el último latido.
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Los pequeños gestos pueden ser revolucionarios. Es importante recordar que una montaña de arena se forma grano a grano.
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Manolito ...