El mapa de los anhelos

Una se da cuenta con el paso de los años de que la normalidad no existe, todos somos maravillosamente raros.

¿Existe una soledad más grande que la de sentir-se profundamente incompreendida?

Quizás el problema sea que intentes “entender” la vida. No es un rompecabezas, Grace. Créeme, le he dado muchas vueltas. He pensado a menudo en ella como si fuese un juego, pero es un asco porque no hay manual de instrucciones ni táctica que valga y tan solo consiste en lanzar un dado a ver qué números salen.

Todos merecemos ser especiales para alguien, poder brillar un poquito.

Siento que he conseguido dar con algunas piezas del puzle de mi vida y, aunque aún no las haya encajado, estoy más cerca de hacerlo.

Sería liberador saber cuál es la dirección correcta y tomarla sin volver nunca más la vista atrás.

Quizá sea cierto eso de que todos guardamos secretos.

¿Y si soy una intrusa de mi propia vida?

¿Y existe una soledad más grande que la de sentirse profundamente incomprendida?

Si no haces ruido, si aprendes a caminar de puntillas, llega un momento en el que te vuelves invisible incluso cuando te miras al espejo.