El psicoanalista

Se encontró absorto en la muerte, pensando en sus consecuencias permanentes para los que quedan. Cuando alguien muere aprendemos más sobre la vida de lo que sabemos sobre el fallecido.

El mejor juego es aquel en el que no te das cuenta de que estás jugando.

Pero tal vez fuera más difícil de lo que creía desprenderse del lugar que uno ha ocupado en la vida. Llevamos nuestras señas de identidad tanto interior como exteriormente.

Hasta esa noche no había sabido lo fácil que es ser odiado en este mundo.

Que algo te incomode no significa que debas ignorarlo.

Nadie pide disculpas realmente, siempre lo dicen pero nunca es de verdad.

Nadie dice en realidad lo que quiere decir, eso te lo enseña la vida, pero todo sería mejor si más personas lo aprendieran.

Lo que fui no es lo que soy ahora, y lo que soy ahora no es todavía lo que puedo llegar a ser.

La venganza nos sirve para limpiar tanto el corazón como el alma.

Todos tememos que nos maten, sin saber que es mucho peor que nos destruyan.