Otra vida por vivir

De pronto, estando en medio de un grupo de gente a la que conocía y estimaba, se apoderaba de mí una peculiar necesidad de huir. Quizá finalmente ese sea el precio de vivir en un país extranjero. No es sólo que vives una vida distinta de la que dejaste atrás. Es que la vida en el extranjero te vuelve extraño

A mis veinticinco años, cuando me pregunté cómo viviría mi vida, la respuesta fue "yéndome". A los sesenta y siete la pregunta volvió. ¿Cómo viviría la vida que me quedaba?. Y la respuesta era, cada vez con más frecuencia, "volviendo".

Yo quería que todo siguiera siendo como antes. Ese es uno de los dramas del expatriado. Sueña con volver a lo que dejó. Pero eso ya no existe más que en su empañada memoria (…). No se puede volver

Esa era la hora de la poesía. El alba. El amanecer. El resto del día era para los prosistas. 

El olvido es parte de la vida.

Una palabra puede hacer más daño que el cuchillo más filoso. Decir algo es hacer algo.

Todos los días lo mismo y lo mismo.
-Te has vuelto como Sífico…
Le conté que Sísifo había recibido de Zeus el castigo de empujar una piedra hasta lo alto de la colina, pero en cuanto llegaba, la piedra se le escapaba y rodaba cuesta abajo, y vuelta a empezar desde el principio.

Quien pueda dejar de escribir, debe hacerlo

Mi primera lengua es palpitación. La segunda cavilación. La primera brotaba de las entrañas, la segunda de mi cerebro.

"La conclusión es muy simple.
Cuando sabes lo que quieres decir, puedes decirlo en todas las lenguas que conoces.
También puedes guardar silencio en todas las lenguas que conoces.
Pero cuando no tienes nada que decir, lo dices mejor en tu lengua materna." (Pág.154).