Mi primera lengua es palpitación. La segunda cavilación. La primera brotaba de las entrañas, la segunda de mi cerebro.
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Mi primera lengua es palpitación. La segunda cavilación. La primera brotaba de las entrañas, la segunda de mi cerebro.
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El olvido es parte de la vida.
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Una palabra puede hacer más daño que el cuchillo más filoso. Decir algo es hacer algo.
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Todos los días lo mismo y lo mismo. -Te has vuelto como Sífico… Le conté que Sísifo había recibido de Zeus el castigo de empujar una piedra hasta lo alto de la colina, pero en cuanto llegaba, la piedra se le escapaba y rodaba cuesta abajo, y vuelta a empezar desde el principio. |
Me acordé del ave migratoria que había visto en el cielo solitario de Gotland. Había perdido a su bandada, pero no la dirección. El mismo problema tenía yo. Había perdido a mi bandada. La dirección que debía tomar, sin embargo, me la habían dado aquellos muchachos, su maestra, Olimpía Lampusi, y las palabras de Esquilo. Y este libro, el primero que escribo directamente en griego después de cincuenta años, es mi agradecimiento tardío para ellos, que me devolvieron a mi lengua, la única patria que todavía me queda y la única que no me heriría. |
Me fui no sólo porque no encontraba trabajo o porque la presión política era severa, sino porque el hombre que se va, que quema las naves, es alguien muy común. Como aquel que vuelve o aquel que no olvida.
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De pronto, estando en medio de un grupo de gente a la que conocía y estimaba, se apoderaba de mí una peculiar necesidad de huir. Quizá finalmente ese sea el precio de vivir en un país extranjero. No es sólo que vives una vida distinta de la que dejaste atrás. Es que la vida en el extranjero te vuelve extraño
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"La emigración es una especie de suicidio parcial. No mueres, pero muchas cosas mueren dentro de ti. Entre otras, tu lengua. Por eso me siento más orgulloso de no haber perdido mi griego después de haber vivido cincuenta y cinco años en Suecia, que de haber aprendido el sueco tan bien como lo he aprendido. Lo segundo fue obra de la necesidad, pero lo primero es un acto de amor. Una victoria contra el olvido y la indiferencia." (Pág.73). |
Como artista, eres lo que eres mientras eres. Luego no eres nada.
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Pero mi problema no era sólo con la escritura, era también con la sociedad que me rodeaba. No soportaba ver a Suecia dejar de ser un país de justicia social y solidaridad, para enredarse en los tentáculos del comercio. La educación se privatizaba, la salud y la asistencia médica también. Los maestros y los médicos se convertían en empresarios, los alumnos y los enfermos, en clientes. Esos dramáticos cambios acontecían con tanta celeridad que ni siquiera llegaban a volverse historia. No quedaban registrados en ningún lado. Yo no tenía tiempo de adaptarme. Envejecía en un mundo que me parecía cada vez más ajeno. La nueva realidad moral me ofendía personalmente. Todo se compraba y todo se vendía. Ah, no. Esa vulgaridad no me representaba.
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¿Qué objetousaron como traslador en el Mundial de Quidditch?