Un mundo feliz

Cuando uno es diferente la soledad resulta fatal

No cabe civilización alguna sin estabilidad social. Y no hay estabilidad social sin estabilidad individual.

Éste es el secreto de la felicidad y la virtud: amar lo que uno tiene que hacer. Todo condicionamiento se dirige a lograr que la gente ame su inevitable destino social.

"No sabía aún distinguir la línea de separación, importnate pero a menudo muy tenue, que separa la obsenidad de la ciencia pura"

Actualmente el mundo es estable. La gente es feliz; tiene lo que desea y nunca desea lo que no puede obtener. Está a gusto; a salvo; nunca está enferma; no teme la muerte; ignora la pasión y la vejez; no hay padres ni madres que estorben; no hay esposas ni hijos ni amores excesivamente fuertes.

El cambio realmente revolucionario deberá lograrse, no en el mundo externo, sino en el interior de los seres humanos.

- Pero, Bernard, dices unas cosas horribles.

– ¿Es que tú no deseas ser libre, Lenina?

– No sé qué quieres decir. Yo soy libre, libre de divertirme cuanto quiera. Hoy día todo el mundo es feliz.

Bernard rió.

– Sí, “hoy en día todo el mundo es feliz”. Eso es lo que ya les decimos a los niños a los cinco años. Pero, ¿no te gustaría tener la libertad de ser feliz… de otra manera? A tu modo, por ejemplo; no a la manera de todos.

Un gramo a tiempo, te pone contento.

Prefiero ser yo mismo, yo y desdichado, antes que cualquier otro y alegre.

Es idiota escribir cuando no hay nada que decir