Extraños en un tren

La premisa es bastante curiosa: dos extraños completamente diferentes se encuentran en un tren, donde uno de ellos, Bruno, le propone al otro acabar con la vida de su ex mujer si él acaba con la de su padre. Es decir, cada uno mataría por el otro.

Es una novela muy psicológica, la autora consigue meternos en la mente de ambos como pocos autores consiguen: Bruno, que es un joven psicópata, alcohólico y misógino con un odio desmesurado hacia su padre, y en la de Guy, que es todo lo contrario: un joven recto, formal, responsable, con una relación estable. El desasosiego y la culpabilidad que consigue transmitir la autora hacen que pase de ser un mero thriller psicológico a una obra maestra.

Me ha llamado la atención el racismo entre estados que describe la autora, mostrando a los ciudadanos sureños de incultos, borrachos y simples. de hecho, la autora fue acusada de racista por otros escritos.

Hay una adaptación al cine dirigida por Hitchcock que dicen que supera el libro. Imaginad si será buen libro, que el director compró los derechos sólo una semana después de que saliera.

En conclusión, si os gustan los libros que te dejan mal cuerpo ( en el buen sentido) incluso días después de terminarlo, tenéis que leerlo.

Como parte de uno de mis retos de este año, he decidido leer un clásico al mes. Mi objetivo es bajar los pendientes en físico que tengo de mi madre. Si vais a nuestro Instagram, tenéis un video de mi cuaderno de lecturas en el que enseño dicho reto.

Ahora sí, vayamos al meollo del asunto. El argumento de este libro es tan conocido que no solamente se ha llevado a las típicas series de policías que ponen por la tarde en la tele, sino que además muchas personas han intentado cometer el “asesinato perfecto” que nos promete esta historia. Por si alguien todavía no lo sabe, dos desconocidos se encuentran en un tren y se intercambian los asesinatos.

Seguimos a Guy, un arquitecto que se ha separado de su mujer y está esperando que esta firme el divorcio para poder casarse con su novia. A todo esto, la mujer está teniendo un lío con otro hombre (también casado) del que está embarazada. El segundo sujeto del caso, Bruno, es el típico niño de mamá, rico y malcriado, que odia con todas sus fuerzas a su padre.

¿La idea? Yo mato a tu mujer y tu matas a mi padre.

¿Resultado? Una historia envuelta en suspense y tensión. Lo interesante/bueno de este libro no es la trama de los asesinatos, de si se llegan a cometer o no ni tampoco si la policía les pilla en el caso de que sí. Aquí lo que me ha gustado es esa tensión que se nos plantea una vez que se da lugar a dicha conversación: igual que no se nos olvida, a Guy tampoco. le atormenta.

Y ese tormento le vuelve loco, le llena la cabeza de dudas, toma decisiones con miedo a lo que pueda pasar. Y eso es básicamente todo el libro. Tiene por su puesto otras escenas con más acción (buenísimas también te digo).

Pero eso es todo lo que tiene este libro: tensión. Si os interesa quedaros en vela hasta el final, este es vuestro libro. Aunque tengo que decir que para mi gusto se alargó demasiado, se me hizo pesado hacia el final y aunque seguía queriendo saber qué pasaba me quedé sin ganas de leerlo a conciencia. Eso sí, los protagonistas son unos personajes asombrosos. La complejidad, especialmente de Bruno que es quien lo plantea y quien no está muy católico que digamos, es apabullante. No me llego a creer que sean reales, como me pasó con Evelyn o Daisy Jones, pero desde luego que me puedo creer que alguien así podría tener esta idea. No me extrañaría con lo perturbado que está.

Lo dicho, una lectura perfecta para leer en el tren y que un joven borracho y rico te proponga matar a quien más odias a cambio, por supuesto, de que tú también lo hagas. Es lento, eso sí y hay momentos que se me hizo pesado, pero merece la pena solo por explorar los dilemas que se plantean en la mente de Guy.

–Ele

Quizás por lo excelente de la película de Hitchcock que la novela me resultó alg decepcionante. Eso sí es innegable la capacidad de la autora de transmitir el perfil psicológico de los protagonistas, en especial el de Charles Bruno.
Mi decepción no pasa por la forma de escribir de ella, es más porque creo que hay un exceso de profundización en el afán de trasmitir lo perturbado que está a lo menos uno de los protagonistas, el hecho también de que es casi un secreto a voces que uno se siente atraído por el otro, pero nunca se dice, es algo latente, pero ya imposible no darse cuenta. Quizás fue por la época que no fue más clara, aunque más claro imposible
Al ir leyendo el lector se pierde en las elucubraciones de ambos , que sientes que la historia no avanza y no pasa nada.
Igual los personajes secundarios casi no aportan, con algunas pequeñas excepciones, pero están demasiado bajo las sombras de los principales. Creo que ahí hay un desequilibrio muy notorio.
El haber visto previamente la película igual hizo que los primeros capítulos se me hicieran eternos. Igual la capacidad de la autora para trasmitir las emociones, perturbaciones, cambios de humor y todo de los protagonistas es notable.
De los dos Bruno resulta un ser perturbado, un hombre adulto que sigue viviendo una eterna adolescencia y que culpa de todos sus males a un padre que odia y al cual quiere ver muerto.
Guy es en apariencia víctima de las manipulaciones y presiones de Bruno. Si es así lo puede determinar cada lector.

Después de haber leído un thriller desde la perspectiva de las víctimas, decidí leer un thriller o desde la perspectiva del detective, o desde la perspectiva del perpetrador, no sabia a lo que me metía.
Leer extraños en un tren es interesante, más que interesante, es agobiante por momentos, opresivo en algunos párrafos, casi liberador al final. Definitivamente es un libro que juega con la presión que puedes aguantar y es que meterte en las mentes de un par de hombres con personalidades oscuras; un loco de atar con ansias de figura paterna y amor, y un pasivo agresivo con problemas para expresarse, no es tarea fácil, y Highsmith logra no solo meterte en sus mentes sino también en la tuya, presionándote día a día con la idea de lo inevitable, lo peor o lo mejor según como se vea es el ritmo de la novela, es tan lenta en algunas partes que te junta el suspenso con la desesperación y luego estas deseando que pase lo inevitable, para librarte, esta chica te convence de que no hay otra solución aunque tu seas la persona mas cuerda que conozcas (como en mi caso).
Al final, las 100 ultimas paginas me resultan las peores, no solo por las sensaciones que me despiertan, sino por lo que le pasa a los personajes. ¿Por qué? Es la pregunta que mas viene a mi mente, luego viene la resignación y al final, no sé que venga al final, aun lo estoy procesando.
Definitivamente un buen thriller, uno que merece su categoría de clásico; no puedo aseverar que vaya a releerlo pero si puedo asegurar que se va a quedar largo tiempo en mi mente; Bruno y Guy en un tren junto con los planos del Palmyra club y el puente de Alberta (creo que la mezcla de arquitectura con la trama suma de todas las formas posibles, la creación y la destrucción, huele a que alguien estaba jugando a ser dios y no lo sabía, o si?)

Una historia que nos hace reflexionar sobre la doble moralidad, el hecho de que exista un crimen, de hecho se deja un poco de lado y ahonda más en el hecho de que es lo más justo y apropiado en ciertos casos, cuestión ésta que hace inclinar la balanza y decantarnos en favor de lo que está fuera de ley, de lo ético y moral

Un gran dilema está muy presente en todo momento, dejando claro que cualquier persona puede convertirse en un asesino y así lo expresa la autora
"Cualquier persona es capaz de asesinar. Es puramente cuestión de circunstancias, sin que tenga absolutamente nada que ver con el temperamento."

queda claro que hay que tener mucho cuidado con quien se nos sienta al lado, en un tren

En realidad la puntuación estaría entre el tres y cuatro.
Este libro me ha parecido muy adictivo aunque no me ha parecido tan buena como la película, y es muy distinta entre ellas.
Dos hombres se encuentran por casualidad en un tren y a uno de ellos se le ocurre la forma perfecta de matar sin ser inculpado, ya que uno odia a su padre y el otro su mujer le esta haciendo la vida imposible. Todo se va a ir complicando, mejor dicho ellos solitos se lo van a ir complicando.
Los personajes principales son ciertamente bastante desagradables con los que no estas agusto, y aunque Bruno es el que esta peor de la cabeza de los dos, es Guy quien me parece despreciable.
El libro te incita a seguir leyendo para ver hasta donde pueden llegar y como van a terminar. Y ahi esta uno de mis mayores problemas llegando al final se vuelve muy soso, y ya solo quieres que termine y cuando termina es mas soso aun. El final es muy poco épico digamos.
Si tenéis curiosidad os recomendaría mejor la película, aunque cambia bastante, pero aun así no esta nada mal el libro si lo que queréis es pasar un rato entretenido.

Charles Bruno –un alcohólico con complejo de Edipo y tendencias homosexuales– y Guy Haines –un ambicioso arquitecto– son dos perfectos desconocidos que coinciden en un viaje en tren. Empiezan a conversar y Bruno fuerza al otro a hablar, hasta descubrir su punto débil, la única grieta en su ordenada existencia: Guy quisiera verse libre de su mujer, Miriam, que le traicionó, y ahora le pide el divorcio, obstaculizando su prometedor futuro. A su vez, Bruno le habla de su padre, a quien odia fervientemente. La retorcida mente de Bruno propone un diabólico plan que desembocará en el crimen perfecto: él matará a Miriam y Guy, al padre de Bruno. Guy inmediatamente rechaza el plan y lo olvida, pero Bruno está decidido a cumplir su parte y a hacer que Guy que cumpla con la suya.
Me encanta cómo Highsmith crea una atmósfera llena de tensión y suspense. Me gusta particularmente cómo el autor construye la relación entre ambos personajes, reflejando la toxicidad y la obsesión entre ellos. Mientras que Guy navega a través de la idea de lo bueno y lo malo, Bruno actúa sin pensar en las consecuencias. Este libro trata sobre la moralidad y el sufrimiento psicológico. Definitivamente lo recomiendo.
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Considero a Patricia Highsmith una magnífica retratista psicológica. En concreto en esta novela los personajes me parecen lo más interesante, por encima incluso de la trama, tan original como descabellada en un principio. ¿Por qué iba matar alguien a una persona que ni siquiera conoce? Alguien supuestamente normal, se entiende. Pero, de pronto, entra en juego la manipulación, ese mecanismo que utilizan ciertas personas para conseguir sus propósitos. Y ya de nada sirve resistirse. van a por todas hasta lograr el objetivo que tienen en mente, desde un capricho sin trascendencia hasta la muerte de otro ser humano, como es el caso que nos presenta la Hisgsmith en esta novela. El lector sufre con la vulnerabilidad de Guy Haines, el personaje a quien un desconocido le propone un crimen pefecto, quizá porque la percibe en cierto modo como propia. ¿Sería uno mismo capaz de asesinar?
Me gustan las historias que nos hacen preguntarnos sobre nosotros mismos y conocernos mejor.

Highsmith poniendo a prueba nuestra moralidad en un thriller de los que te ponen nervioso. Charles Bruno y Guy Haines se encuentran en un viaje de tren a Santa Fe y lo que empieza con una conversación sobre Platón, acaba sobre la posibilidad de intercambiar asesinatos. Como si fuesen dos personajes de Fight Club, Bruno y Guy parecen dos caras de la misma moneda. Una moneda que no para de girar y no sabemos de qué lado va a caer.

Leído en la sala "Libro de Cine" de Telegram perteneciente al Club literario Atreyu.

He tenido sentimientos encontrados con mi primer acercamiento a la obra de Patricia Highsmith.

Me suelen gustar novelas con más ritmo, pero creo que precisamente lo que más he disfrutado del libro ha sido esa evolución pausada de los acontecimientos y el cómo iba aumentando la presión poco a poco como si estuviéramos en un espacio cerrado y nos fuéramos quedando sin aire. A todo eso hay que añadir una narrativa brillante "hacia adentro" mediante la cual, la autora nos hace unas completísimas visitas guiadas por las mentes de los personajes.

¿Por qué se me caen un par de estrellas de las cinco que por todo lo anterior merecería? Porque todo el peso de la trama recala en los hombros de sus dos protagonistas… y no empaticé ni con el mal en mayúsculas de uno ni con la gestión de la culpa del otro. Pese a que no entendí muchas de sus decisiones, creo que son grandísimos personajes y que la autora hizo un muy buen trabajo con ellos.

"Pero el amor y el odio, pensaba ahora, el bien y el mal, vivían juntos en el corazón humano; en vez de hallarse distribuidos desproporcionalmente en los hombres, formaban una especie de bloques monolíticos, uno bueno y otro malo".

El bloque monolítico de todo lo bueno que tiene la novela (que es mucho) creo que supera con creces a las pegas que en ella pudiéramos encontrar. ¡Ha sido una gran LC! 🚂👤👤