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Las mejores frases de El lobo estepario (85)

joseluispoetry
joseluispoetry 29 September 2019
Érase una vez un individuo, de nombre Harry, llamado el lobo estepario. Andaba en dos pies, llevaba vestidos y era un hombre, pero en el fondo era, en verdad, un lobo estepario. Había aprendido mucho de lo que las personas con buen entendimiento pueden aprender, y era un hombre bastante inteligente. Pero lo que no había aprendido era una cosa: a estar satisfecho de sí mismo.
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joseluispoetry
joseluispoetry 23 September 2019
¡Ah, es difícil encontrar esa huella de Dios en medio de esta vida que llevamos, en medio de este siglo tan contentadizo, tan burgués, tan falta de espiritualidad, a la vista de estas arquitecturas, de estos negocios, de esta política, de estos hombres!
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joseluispoetry
joseluispoetry 23 September 2019
Me complace respirar en la escalera este olor de quietud, orden, limpieza, decencia y domesticidad, que a pesar de mi odio a la burguesía tiene siempre algo emotivo para mí y me complace luego atravesar la puerta de mi cuarto, donde todo termina, donde entre los montones de libros me encuentro las colillas de los cigarros y las botellas de vino, donde todo es desorden, abandono e incuria, y donde todo, libros, manuscritos, ideas, está sellado e impregnado de la miseria del solitario, por la problemática de la naturaleza humana, por el vehemente afán de dotar de un nuevo sentido a la vida del hombre que ha perdido el que lo sostenía.
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joseluispoetry
joseluispoetry 22 September 2019
Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria, que al dormecino dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa. Entonces se inflama en mi interior un fiero afán de sensaciones, de impresiones fuertes, una rabia de esta vida degradada, superficial, esterilizada y sujeta a normas, un deseo frenético de hacer polvo alguna cosa, por ejemplo, unos grandes almacenes o una catedral o a mí mismo, de cometer temerarias idioteces, de arrancar la peluca a un par de ídolos generalmente respetados, de equipar a un par de muchachos rebeldes con el soñado billete para Hamburgo, de seducir a una jovencita o retorcer el pescuezo a varios representantes del orden social burgués.
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joseluispoetry
joseluispoetry 22 September 2019
Pues la enfermedad psíquica de Haller es -hoy lo sé- la enfermedad del siglo mismo, la neurosis de aquella generación a la que Haller pertenece, enfermedad de la cual no son atacadas sólo las personas débiles e inferiores, sino precisamente las fuertes, las espirituales, las de más talento.
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joseluispoetry
joseluispoetry 22 September 2019
Me daba cuenta de que aquel hombre estaba enfermo, de algún modo, del espíritu, del ánimo o del carácter. Y me defendía contra él con el instinto del hombre sano. Esta repulsa fue sustituida en el transcurso del tiempo por simpatía, que tenía como base una gran compasión hacia este grave y perpetuo paciente, de cuyo aislamiento y de cuya muerte interna era yo testigo presencial. En este periodo fui teniendo conciencia cada vez más clara de que la enfermedad de este hombre no dependía de defectos de su naturaleza, sino por el contrario, únicamente de la gran abundancia de dotes y facultades disarmónicas. Pude comprobar que Haller era un genio del sufrimiento, que él, en el sentido de muchos aforismos de Nietszche, se había forjado dentro de sí una capacidad de sufrimiento ilimitada, genial, terrible. Al mismo tiempo comprendí que la base de su pesimismo no era desprecio del mundo, sino desprecio de sí propio, pues si bien hablaba sin miramientos y con un sentido demoledor de instituciones y de personas, nunca se excluía a sí, siempre era él el primero contra quien dirigía sus flechas, era él mismo el primero a quien odiaba y negaba.
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daniel_taborda
daniel_taborda 03 September 2019
[...] sólo ya en aquella época también, pero lleno de profunda complacencia y de versos, que después en mi alcoba escribía a la luz de la vela y sentado sobre el borde de la cama. Ahora ya esto había pasado, este cáliz había sido apurado, y ya no me lo volverían a llenar. ¿Había que lamentarlo? No, no había que lamentar nada de lo pasado. Era de lamentar lo de ahora, lo de hoy, todas estas horas y días que yo iba perdiendo, que yo en mi soledad iba sufriendo.
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Elherrera
Elherrera 01 August 2019
La mayor parte de los hombres no quieren nadar antes de saber. ¿No es esto espiritual? ¡No quieren nadar, naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua. Y, naturalmente, no “quieren pensar: como que han sido creados para la vida. ¡no para pensar! Claro, y el que piensa, el que hace del pensar lo principal, ese podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero ese precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará.
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solreading1
solreading1 04 July 2019
Los suicidas se nos aparecen como seres aquejados por una sensación de culpa causada por la individuación, como almas cuya meta vital ya no es completarse y formarse a sí mismas, sino deshacerse, volver hacia la madre, hacia Dios, hacia el universo.
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solreading1
solreading1 03 July 2019
"Sería posible, por ejemplo, que esta persona hubiera sido indomable y salvaje y desordenada durante su infancia, que sus educadores hubiesen intentado matar a la bestia que había en él y que, justo así, generaran en él el convencimiento por una fina capa de educación y humanidad".
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