Acababa de provocar un infarto de miocardio a una docena de corazones.
|
Acababa de provocar un infarto de miocardio a una docena de corazones.
|
―Ya eres bastante mayorcito para cuidarte solo ―se mofó. ―¿Lo dices por el ataque que sufriste la otra noche? ―le cuestionó su hermano con cierta severidad. ―Fue simple casualidad, ya lo sabes ―le respondió, aunque a decir verdad no hacía falta. |
Y unidos desatarían el Apocalipsis…
|
En los albores del tiempo, las Fuerzas del Bien y el Mal se pronunciaban sobre el destino de la Humanidad.
|
Lo sé, pero a veces, todo es cuestión de tiempo, y como ya te dije, yo tengo todo el del mundo.
|
Kyra quedó prisionera de esa mirada que sentenciaba su destino, de ese hombre que se marchaba, pero que jamás desaparecería de su vida. Algo en su interior le gritaba que estaba unida a él, irremediablemente y para siempre.
|
Creo que la novela se define sola con ese reencuentro entre ellos, cuando cierto mecánico descubre que su doctora lo recuerda; y cuando vecen todos los obstáculos de inseguridades y verdades para luchar por ese amor que los une como una unidad contra ese inminente juicio final de la humanidad.
|
No existen las causas perdidas, sino personas que se rinden con facilidad
|
Tomó el rostro masculino entre sus manos. ¿Eran lágrimas eso que brillaba en su azul glacial? Lo vio cerrar los ojos con fuerza, y hasta ella llegó una ola de vulnerabilidad que jamás esperó de ese hombre.
|
No obstante, cuando alcanzaba la puerta, aquel desconocido que había entrado en su vida como un vendaval para salir de ella de igual modo, se giró a observarla, y en sus ojos leyó un tormento, una lucha interna que la dejó paralizada; era como si le costara un esfuerzo sobrehumano alejarse de ella, como si perdiera la mitad de su existencia al irse de allí.
|
Gregorio Samsa es un ...