Chocolat

"Mi abuela fue denunciada por el púlpito local por atreverse a enviar a su hijo a una escuela secular en vez de a un colegio católico" Estas palabras las tomé del postfacio del libro. En esta sencilla frase puedo basar mi reseña.
Las vivencias de la autora con una deliciosa abuela (yo tuve una de esas, alegre y hermosa) que creía en la magia (en la bonita, la de las señales que nos ofrece el mundo), que cocinaba manjares y rechazaba el conformismo y tenía un "descaro entusiasmo hacia la vida", han sido las causas de este maravilloso libro.
Todo gira alrededor de una chocolatería que regenta Vivianne, una mujer muy singular que vive con su hija pequeña. Esta tienda de chocolate la abrió en un pueblo triste, gobernado y regido por las reglas de un párroco que ve en todo maldad y pecado, y vive instruyendo a su gente en base a ello (pobre gente).
El chocolate es el "símbolo" que utiliza la autora como algo delicioso, que a todos gusta. Es el símbolo para atraer a esos pobre feligreses a entender que no hay pecado alguno en vivir, en amar, en compartir, en sentir, en disfrutar, la maldad es otra cosa, no "el chocolate"(llámese chocolate a las tantas cosas absurdas que en muchas religiones utilizan como psicología para someter).

Harris dota a esta sencilla mujer de una sensibilidad preciosa, a ella se une la señora más vieja del pueblo, que por vieja es sabia y sabe que el triste párroco no es más que un solitario, aburrido, amargado personaje que trasmite en su sermón el miedo a las cosas lindas de la vida. Ejemplo: Incitaba a su pueblo a echar a los gitanos del río porque "no eran gente de Dios" y ahí está lo triste de las religiones: "sino eres como yo, estoy contra ti" y entonces adiós bondad, adiós Dios, y adiós humanidad. Increíble pero cierto (es en la totalidad, la clasificación que los aleja del verdadero amor al prójimo)

Toda la historia es la lucha de contrarios, el pobre párroco intentando echar a esta mujer del pueblo, de "su" pueblo fiel, que por su culpa quieren comer chocolate y sonreír. Rivalidades y envidias (¿entre los creyentes? No te asombres, ¡claro! son gente de carne y hueso llenas de imperfección, el resto es mentira) y las trágicas consecuencias cuando alguien se atreve a cambiar algo en un pequeño grupo.

Vianne fue muy paciente, logró cambiar muchas vidas de una manera hermosa. Muchos lograron abrir sus ojos y ver el mundo con nueva mirada, más limpia en realidad. Comenzó el pueblo a ser menos gris, más alegre. Hay escenas tan, tan hermosas, que las leería una y otra vez. Ver la gente que se ha odiado o separado por creencias absurdas, reconocer que no hay Dios más lindo que ese que hace que ames a los tuyos, llámese amigos, vecinos o familia, sin "clasificación" y sin etiqueta, cada quien como es. Siendo el amor el canal, no la diferencia.
Es realmente hermoso como maneja el conflicto entre la indulgencia y la culpa.

Habla de la magia, no de la absurda magia de hacer aparecer las cosas, sino la magia de las cosas cotidianas que esta pobre gente desconocía. En esta magia el pobre párroco veía lo siniestro, se negaba a aceptar que no había nada sobrenatural sino una calidad humana superior. Y así, pasó el tiempo y como se desarrolla la historia es algo que tienes que leer.

Existe la película con Juliette Binoche y Johnny Deep, una delicia, un poco cambiada la historia del libro, pero el tema central es el mismo: un párroco que demoniza el placer y enseña a tener miedo de lo que sentimos y una Vianne tolerante, humana y hermosa.

"El ejercicio de juzgar a la gente hasta convertirse en algo destructivo no nos hace mejores seres humanos"

Hazte el favor y lee este libro. Es lindo, es el baño detrás de un día ajetreado, es el café de la mañana, es ver el sol salir y ponerse cada día. Ojalá lo leyera esa gente que ha aprendido a juzgar, a señalar. Ojalá lo leyera gente dominada por creencias absurdas (que ni saben que son absurdas) y les diera un poquito de "verdadera paz". Ojalá lo leyera gente que anda enojada, amargada, triste, separada y pone la religión como estandarte de su conducta. No hay diferencia entre esta gente y aquellos que siglos atrás hacían sacrificios por el dios del trueno. Es la misma historia, contada y amasada ahora por la modernidad. Hay nuevas formas de control, más sofisticadas, pero el discurso es el mismo: me bebo quien eres en nombre del dios del trueno (o la lluvia, tú elige. Hay para todos)
Para quien quiere tener un dios hermoso (porque necesitamos respuesta a las interrogantes de la vida) les aconsejo leer al Dios de Spinoza. Es hermoso. Te dejo la liga.
(https://www.cobas.cat/wp-content/uploads/2017/06/Einstein-DIOS-de-SPINOZA.pdf)

Gracias Joanne Harris por tan precioso libro. Conozco gente que se ama, separada y enojada, que se dañan, y dicen que aman a un Dios. ¡Interpreta!

Cuando era niña vi la película y me gustó mucho, pero no fue hasta hace unos años cuando decidí comprar el libro y entonces descubrí que Chocolat forma parte de una trilogía. Para mi sorpresa, resulta que tengo el primer y tercer libro, el segundo no lo he encontrado por ninguna parte. de hecho, esta editorial ni se ha molestado en publicar el que falta, aunque tampoco parecen preocupados por ello.

Sumergirme en este libro ha sido una experiencia muy relajante, como quitarse los incómodos zapatos después de un día de trabajo. La magia que encierra la historia lograba calmarme y arrullarme en un momento de estrés en mi vida. A pesar de ser la primera vez que la leo, resulta muy agradable la cercanía de los personajes y la familiaridad que trasmiten, quizá esto se deba a que he visto la película varias veces.

Vianne es encantadora, agradable y risueña, ¡me recordó a una Mary Poppins chocolatera! Pero no por ello ingenua porque no tiene ni un pelo de tonta. Es una mujer que se propone hacer la vida un poco más agradable a sus vecinos de Lansquenet (que buena falta les hace), pero tiene cierto complejo de abandono que arrastra desde la niñez que acaba siendo molesto y algo cargante.
En contraposición tenemos al cura Reynaud, un hombre muy seco y estricto a pesar de su juventud. Está convencido de que la alegría de Vianne es una mala influencia para la comunidad. Llegó a ponerme de mal humor con tanto sermón y tanto “consejo” gratuito. Se mete en los asuntos de los demás y da su opinión cuando nadie lo ha pedido. Es un comportamiento muy común en los pueblos y en este libro se refleja perfectamente.

Es una gozada que los capítulos sean tan cortos. Cuando llego pronto a clase o a trabajar, y tengo 10 o 15 minutos libres, me da tiempo a leer algún capítulo. Es uno de esos libros que no quieres dejar y estas deseando tener un hueco para continuar con la lectura. La mayoría de los capítulos se cuentan desde el punto de vista de Vianne, pero algunos los protagoniza Reynaud, hablando de sus miedos, deseos y secretos.

La autora utiliza en numerosas ocasiones palabras o expresiones que me eran desconocidas, lo que me ha servido para aprender mucho. Sin embargo, no nos libramos de algunas erratas tontas como, por ejemplo, palabras escritas con R donde debería haber una T (consecuencia de usar el teclado muy rápido), que bien se podrían haber evitado con una lectura más atenta; en general estoy bastante descontenta con esta editorial.

Mágico y delicioso, Chocolat es un libro emocionante. Aunque lo han catalogado como romántico, lo cierto es que sólo hay una simple escena "erótica" (por llamarlo de alguna manera). En realidad, este libro trata de la tolerancia y el respeto, de aceptar la pérdida de un ser querido y de encontrar la felicidad en los pequeños placeres de la vida.

Ahora bien, ¿me quedo con el libro o la película? Hay cosas que me gustan más en una y otras más en el otro. Ambos cuentan dos versiones diferentes, con ciertos puntos en común, de una misma historia, y tras mucho pensarlo creo que prefiero el punto de vista de la película.

Saludos ;)

El viento de Carnaval lleva a Vianne a un pueblecito de Francia. Con ropa de color, la melena sin recoger y una vivacidad que contrasta con el recogimiento de los habitantes de Lansquenet decide abrir una chocolatería en pleno período de constricción y penitencia por la Cuaresma que despierta la curiosidad y el recelo de la población a partes iguales.
Narrado en primera persona, Chocolat intercala capítulos explicados por Vianne y capítulos protagonizados por el cura del pueblo, un hombre negro y estricto que condena desde un primer momento el atrevimiento de Vianne y llega hasta puntos insospechados para evitar que su parroquia peque.
Un contraste entre el bien y el mal, entre la luz y la oscuridad que desprende un toque de magia tanto en el sentido más puro de la palabra como por la sensación que deja; hablando de maternidades, de las opciones de las mujeres, de las elecciones de vida, de las apariencias, de la pérdida, del destino, y del inevitable temor a lo desconocido.
Nunca me había llamado y esta Cuaresma sentí la necesidad de leerlo. Lo acabé en un par de días, completamente enganchada, con una sensación entre la ternura y la melancolía, y con unas ganas enormes de teletransportarme a uno de los taburetes de la Praline para poder probarlo absolutamente todo.
Es un libro muy especial.

Al estilo de como agua para chocolate, e incluso el perfume, trae a los sentidos para desmenuzarlos y asociarlos con la literatura, con los estados de animo, personalidades, actitudes, preferencias de los personajes,
Aunque la novela es mucho más que eso, trata el segregacionismo, el rechazo social a lo diferente, toca un punto de soberbia, es endulzado con este maravilloso dulce, y presentado con la amargura que puede brotar de el.
Un libro mas de intolerancia ....soslayada?....no tanto
Rico y recomendable,
La película, mas apegada a los estándares visuales es también rica y disfrutable,
Tentación y pecado, ...pues
He sido tentado y soy un pecador....
De México para el mundo....
El chocolate por supuesto....