Después de un alto en el camino con
Aquitania,
Eva García Sáenz de Urturi nos vuelve a traer al inspector Kraken, Unai López de Ayala, con otro de sus casos policiales de secuestros y asesinatos.
Una extraña llamada anunciando que su madre está secuestrada altera la vida del ya exinspector de la Ertzaintza (policía autonómica vasca). Un hecho que ya sería bastante preocupante por sí solo, pero que se agrava porque la progenitora de Unai lleva cuarenta años muerta y enterrada junto a su padre, en el cementerio de Villaverde.
Aquí da comienzo una historia con sus pros y sus contras. En mi opinión, a su favor cuenta con una extraordinaria documentación acerca del mundo de la bibliofilia. Algo no muy común y de lo que pocos conocen sus entresijos, precisamente por ser un mundo muy endogámico.
Es interesantísimo conocer la jerga utilizada por los amantes de estos ejemplares únicos y raros publicados en otros siglos, y ese ambiente en el que se mueven estos cazadores de tesoros literarios; un ambiente no exento de cierto oscurantismo.
Así mismo, se adentra en el ámbito de los facsímiles y de las copias ilegales.
Como digo, nos enseña un universo apasionante y bastante desconocido donde un libro en especial,
El libro Negro de las Horas, es el detonante de esa extraña llamada y de una investigación que remueve y resquebraja todos los pilares que sustentaban el pasado de Kraken.
Por otro lado, tengo que confesar que me ha costado, entre tanta especialización, seguir bien desde el principio la trama central de la novela. A ratos, incluso me ha resultado poco creíble, pero no deja de ser una novela no muy larga, interesante por todo lo que he comentado anteriormente, y con dos historias paralelas, dos hilos temporales, narrados de forma muy diferente y que encajan como un mimbre bien armado para terminar un cesto.
En este sentido, resalto que me ha gustado mucho más la parte que habla del pasado, donde el narrador se dirige a la protagonista en segunda persona, algo que hace que la lectura resulte especial y que, además, la historia sea más consistente.
En este volumen se deja de lado la relación sentimental de Kraken y Alba, no sé si es por el poco feeling mostrado por dos muy buenos actores, Belén Rueda y Javier Rey, durante el metraje de la película
El silencio de la ciudad blanca, para de esta forma, si se llega a rodar esta otra parte, no tengan que interactuar, o simplemente se ha querido dar más empuje y brillo a otra relación sentimental que sí se refleja en el libro.
En esta nueva entrega,
Eva García Sáenz de Urturi nos recrea y familiariza con nuevos lugares emblemáticos de la ciudad de Vitoria-Gasteiz y, en esta ocasión, también lo hace con la ciudad de Madrid, mostrando al lector algunos edificios y barrios, como el de Las Letras.
Mi puntuación es de cuatro estrellas, porque creo que sí que gustará a los seguidores de la saga y entretendrá a miles de lectores, aunque por determinados detalles no me haya resultado una historia del todo redonda.