Yerma

“Las higueras, ¡cuánto duran! Las casas, ¡cuánto duran!, y sólo nosotras, las endemoniadas mujeres, nos hacemos polvo por cualquier cosa”. ~ Yerma de Federico García Lorca.

Breve obra de teatro en la que Federico García Lorca nos pone en la piel de Yerma, una mujer desesperada por ser madre sin conseguirlo.

Es increíble como este autor comunica los sentimientos de Yerma pero también su visión de denuncia de cómo se ha minusvalorado el papel de la mujer en la historia, sobre la que han recaído todos los perjuicios, las culpas y la “honra”.

Os recomiendo la lectura de este drama que no os va a llevar más de una tarde y lo vais a disfrutar tanto como yo lo he disfrutado.

Hay algo en la poesía de Lorca que me fascina, y eso que no soy muy de ese género porque en la mayoría de ocasiones no entiendo los poemas. Pero la de Lorca no hace falta comprenderla para que llegue y emocione. Debe ser la belleza con la que utilizaba el lenguaje, la pasión en la que empapaba cada verso.

Con su teatro me pasa lo mismo. Tras 'Bodas de sangre' y 'La casa de Bernarda Alba' tenía pendiente recalar en 'Yerma', otro drama lleno de esa intensidad que Lorca imprimía en sus obras.

Así se llama su protagonista, Yerma, una palabra que, en lo relativo al terreno, significa "que no tiene vegetación y no está cultivado o no se puede cultivar". Y así se siente: seca, marchita, yerma, como la tierra infértil, que por mucho que se moje nunca va a dar fruto. Así se siente por no quedarse embarazada.

Casada con un marido que se le impuso, los años pasan sin que su cuerpo dé el fruto esperado. Ese tiempo convierte la preocupación en una obsesión que la inunda y que rebosa mojando lo que hay a su alrededor, y que hace que Yerma se agarre a lo que sea con tal de estar encinta. Sí, era otra época. Pero también hay alguna voz cabal en la obra que intenta hacerle ver que tampoco pasa nada por no tener hijos, mientras ella siente una envidia inevitable cuando vecinas del pueblo tienen a sus bebés.

Un drama que avanza con toda su intensidad como un remolino que se encuentra con la honra, el qué dirán, el deseo oculto que late bajo la piel en un pulso imperceptible para el resto y la desesperación, y que se detiene en un final que no me esperaba. Y que reafirma mi admiración por un autor al que la sinrazón nos arrebató. A Lorca hay que recomendarlo siempre. Su obra es imprescindible.
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Yerma es una obra teatral de Federico García Lorca. Y a pesar de su brillantez, pienso que tiene muy poco reconocimiento. al menos no se ve tanto como algunas de sus otras obras teatrales, como La casa de Bernarda Alba o Bodas de sangre. Estas dos últimas, más Yerma, conforman la llamada Trilogía lorquiana. le pongo cuatro estrellas. La trama me parece muy buena y la simbología excelente, para mí, es la más trágica de las tres. Te transmite la angustia que vive el personaje, y haces la tragedia tuya. Es una obra compleja, y, a mi parecer, para lectores ya experimentados en la pluma de Lorca.

"Mi marido es otra cosa. Me lo dio mi padre y yo lo acepté. Con alegría. Esta es la pura verdad. Pues el primer día que me puse de novia con él ya pensé... en los hijos... Y me miraba en sus ojos. Sí, pero era para verme muy chica, muy manejable, como si yo misma fuera hija mía."Sólo por el final y la composición de Yerma le doy 3 estrellas. Yerma es la historia de una mujer de campo español que aunque joven y bella no se siente feliz con la vida que lleva pues no ha podido tener un hijo de su esposo Juan, con el que aparentemente no guarda una afección genuina más que sólo el respeto y la promesa hecha por su padre al unirlos sin consultarle a la propia Yerma. La historia es sencillamente contada y la obra carece de grandes momentos, aunque es fácil interpretarla (con las ideologías actuales) y además el tema polémico para la época sin duda la hizo relevante. El hablar de la importancia de la esterilidad para una mujer de esa época y las repercusiones sociales y psicológicas debió ser muy llamativo y hasta escandaloso, eso ahora a mi parecer pierde interés.Entre los puntos buenos aparte del final desde luego el carácter fuerte de la protagonista es una de las cosas que más me agradó, pues aunque el final parecería extraño no lo es si se sigue su evolución e introspección desde el inicio de la obra y la particularidad de lo que tener un hijo representa para Yerma no sólo como un sueño real sino también como rescate a la gran frustración que tiene. También me pareció interesante la cantidad de personajes y sus interacciones aunque no siempre me pareció acertado.Entre las cosas que no me gustaron están la presencia de Víctor, que me parece irrelevante dado los parlamentos que se le dio y los momentos, pudo ser más explotado; el ambiente en general un poco demasiado común, aburrida por momentos, la "inocencia" de Yerma mientras discute con las demás personas parece un poco infantil y poco creíble. Muchos parlamentos en general parecen sobrar en todo el desarrollo.Leí esta obra y qué bien que lo haya hecho antes de la representación que va a haber en un teatro limeño, ya me huelo hacia dónde la van a dirigir aunque espero no hagan demasiados cambios.

Segundo volumen de la Trilogía rural. Para mí el mejor, me atrevería a decir. Trata la fertilidad y la esterilidad. Combina prosa y verso de forma magistral.

El simbolismo de Lorca no puede estar más vigente en esta obra que trasciende a su tiempo. de lectura sencilla y mensaje de los que se graban en el fondo de la memoria.
Yerma es una mujer centrada en la maternidad, que es el rol que por ser del género que es le ha tocado. Sin embargo, no puede concebir.
Crítica a la sociedad, al papel de la mujer y al machismo imperante.

Esta era una obra de Lorca que tenía muchas ganas de leer y nunca me ponía a ello… así que cuando lo pillé el otro día colocando libros en la tienda, me dije: ahora.

De nuevo, teatro, donde vuelve con una protagonista femenina, en algún lugar de la España profunda de hace unas décadas, con la mentalidad primitiva de la época, donde la mujer solo estaba para trabajar en casa y ser madre, a poder ser de más de un churumbel.
En esta ocasión nos presenta a Yerma, una mujer trabajadora de su casa y que cuida de su marido, sin embargo no puede darle hijos, pues es estéril.

Vemos la evolución de esta mujer, de cómo no hace más que intentarlo y comerse la cabeza y sentirse mal, hasta tal punto que le va carcomiendo y va cayendo en picado.
Sin embargo es inevitable cogerle cariño a Yerma, es un personaje que me ha gustado mucho y una obra que me ha encantado, la leí en un ratito y cuando terminé sentí mucha pena por ella, una especie de vacío.

La verdad es que me ha dado un poquito que pensar, fuera del libro, que aún a día de hoy hay mucha gente, hombres y mujeres, que piensan esto mismo, de hecho he conocido a muchas y bastante jovencitas (quizá este pensamiento se atribuye más a las señoras) cuya única meta es traer bebés al mundo y ser mujer florero… de verdad que respeto esto, pero me da mucha pena, de hecho a mí unos de los ejemplos me pilla super cerca.
En fin, desvaríos.

Tenemos otro dramón de este hombre que se ha convertido en uno de mis favoritos, detrás de la maravillosa Bodas de sangre.
Quien diga que no se anima porque no le mola el teatro, no sabe lo que se está perdiendo.

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Hace tiempo que leo cosas de Lorca, y siempre me quedo a medias, ni me disgustan ni me encantan, y este ha sido otro de esos casos.
Esta obra en particular me ha gustado por su protagonista, que da nombre a la misma, en cierto punto se ve que sabe lo que quiere, aunque no encuentra cómo conseguirlo. Por otro lado, el contexto no la ayuda para nada, creo que más bien la va transformando en algo irreconocible, porque de mujer buena y honrada pasa a ser todo un estereotipo conforme pasan sus años de casada. Aclaro que esta es una visión netamente personal. Y veo muy claro el reflejo que hace el autor de la realidad de su país.
Otro punto a destacar, en este caso de la edición, es que a parte del texto de la obra, contiene la transcripción de la conferencia dado por Lorca en Argentina en 1993, titulada Juego y teoría del duende, reconociendo a este último como el alma del arte español en todo sus aspectos, aunque especialmente en el baile, el canto y la música.
En definitiva, creo que a pesar de todo, Federico García Lorca se merece la lectura de sus obras por parte de los lectores, al meno una vez, yo seguiré en ello, que para eso escribió varias.
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