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Ojalá hubiese tenido este libro entre mis manos cuando tenía 15 años. Carmen nos relata su infancia, su juventud y parte de su adultez como una niña de pueblo, gorda y que necesitaba encontrar referentes que fueran más allá de quedarse para siempre en el pueblo, tener hijos y ser ama de casa. Es todo un camino por la localización de esos referentes, de cómo hay mujeres que nos hablan de esas experiencias que muchas de nosotras hemos pasado y que nos ayudan a comprenderlas, analizarlas y a verlas como parte de un proceso, nuestro proceso de madurez y avance. Carmen es como esa amiga con la que sentarte a hablar horas y horas de cómo te sientes, de los cambios que notas en ti misma, de tus sueños, aspiraciones, etc y que siempre tendrá una pista, un consejo o una ayuda que ofrecerte. Este libro es una mano amiga, que te levanta y sostiene cuando no sabes qué camino elegir. |