También las apodaban las Cacas, porque se llamaban Catalina, Carmen, Camila, Caridad y Casilda y el padre había sido tartamudo.
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También las apodaban las Cacas, porque se llamaban Catalina, Carmen, Camila, Caridad y Casilda y el padre había sido tartamudo.
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El ahorro, cuando se hace a costa de una necesidad insatisfecha, ocasiona en los hombres acritud y encono.
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Entonces Daniel no sabía que los hombres se enfurecen a veces con la vida y contra un orden de cosas que consideran irritante y desigual.
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La vida era el peor tirano conocido. Cuando la vida le agarra a uno, sobra todo poder de decisión. En cambio, él todavía estaba en condiciones de decidir, pero como solamente tenía once años, era su padre quien decidía por él ¿por qué, señor, por qué el mundo se organizaba tan rematadamente mal? p. 203
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"Le dolía que los hechos pasasen con esta facilidad a ser recuerdos; notar la sensación de que nada, nada de lo pasado, podría reproducirse. (...) a admitir como un suceso vulgar y cotidiano que los huesos del Tiñoso se transformasen en cenizas junto a los huesos de un tordo". p. 196.
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Todos eran efímeros y transitorios y a la vuelta de cien años no quedaría rastro de ellos sobre las piedras del pueblo (...). La muerte era lacónica, misteriosa y terrible". p. 190
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Don José, el cura, dijo (...) cada cual [tiene] un camino marcado en la vida y que se podía renegar de él por ambición o sensualidad, de forma que un mendigo podía ser más rico que un millonario en su palacio, cargado de mármoles y criados. P. 205
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Las cosas podían haber sucedido de cualquier otra manera y, sin embargo, sucedieron así.
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Pero a Daniel, el Mochuelo, nada de esto le causó sorpresa. Empezaba a darse cuenta de que la vida es prodiga en hechos que antes de acontecer parecen inverosímiles y luego, cuando sobrevienen, se percata uno de que no tienen nada de inextricables ni de sorprendentes. Son tan naturales como que el sol asome cada mañana, o como la lluvia, o como la noche, o como el viento.
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Algunos —dijo— por ambición, pierden la parte de felicidad que Dios les tenía asignada en un camino más sencillo. La felicidad —concluyó—no está, en realidad, en lo más alto, en lo más grande, y lo más apetitoso, en lo más excelso; está en acomodar nuestros pasos al camino que el Señor nos ha señalado en la tierra. Aunque sea humilde».
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¿Quién es el autor/la autora de Episodios Nacionales?