La maldición de Kylemore

Las vidas de Adriana, Gela e Ida quedaron marcadas el mismo año en que se conocieron: las tres pasaron un curso escolar con las monjas benedictinas de la abadía irlandesa de Kylemore, en un gigantesco edificio enmarcado por un paraje inhóspito entre montañas y frente a un lago. Pese a no conocerse, el idioma común hace que enseguida se hagan amigas y compañeras de confidencias, travesuras e investigaciones por el amplio recinto.

Sin embargo, algo pasó aquel año de 1994... Algo de lo que han vuelto a hablar muy pocas veces, pero que ha unido su destino para siempre... Las tres están convencidas de que una maldición las persigue desde entonces y que eso impide que sus historias de amor lleguen a buen puerto. Y no solo es que sus noviazgos se rompan, sino que algún que otro pretendiente ha fallecido de manera repentina, y eso hace que las tres amigas se cierren al amor como forma de protección... hasta que Gela les anuncia un día que va a casarse. ¿Cómo que va a casarse? Las tres pactaron no volver a estar con nadie, para no jugársela... Pero Gela no tiene miedo y afirma que no solo va a contraer matrimonio, sino que va a hacerlo en la misma abadía en la que se conocieron las tres...

La novela transcurre en tres líneas temporales:
– La primera es la del«presente», en el 2006, y la conocemos a través de los ojos de Adriana. Vive en París, en el piso de su padre, Andrés, un famoso pintor, y trata de escribir una novela y abrirse camino en el mundo de la literatura, aunque no acaba de estar contenta con su trabajo. Es entonces cuando recibe la noticia de que Gela, su amiga de la adolescencia, se va a casar y lo hará en la abadía de Kylemore. A Adriana le causa estupor esta noticia, así que convoca a sus dos amigas a París para saber más y tratar de hacer cambiar a Gela de opinión.

Por otro lado, tanto Adriana como su padre aún se acuerdan de Patricia, la novia que tenía el padre cuando la mandaron aquel año al colegio irlandés. al volver a Francia, Patricia ya no estaba; abandonó a Andrés y desapareció de sus vidas. Y aunque han pasado ya veinte años, Adriana está decidida a saber qué ocurrió para que se fuera sin volver a dar señales.

– La segunda se remonta a la década de 1860. Adriana quiere escribir su novela sobre Irlanda y aquel año que pasó en Kylemore, y para ello se documenta acerca del pasado de la abadía. Así pues, estos capítulos nos transportan al momento en el que el edificio se construyó y la familia que había detrás de tan magna obra, los Henry y todos sus hijos. En concreto una hija, Geraldine, que empieza a pasar más tiempo del esperado con Demian, el hijo de la cocinera, un chaval muy inteligente pero atado a una silla de ruedas y, por tanto, mal considerado por su entorno, pues no «sirve» para trabajar las tierras. Son mejores amigos y parece que poco a poco surge algo entre ellos, pero desde luego nadie va a dejar que la heredera de Kylemore se prometa con el hijo de la cocinera...

– La tercera se remonta a 1994, aquel año que Adriana pasó en Kylemore. ¿Qué ocurrió para que las tres chicas salieran de Kylemore con una maldición a las espaldas? Conoceremos a Sister Anne, la monja benedictina que acogió a las niñas bajo su ala protectora y las salvó de más de un apuro... e impartió algún que otro castigo. Estas páginas se leían un poco como una novela de aventuras de Los Cinco, je, je. Por cierto, es verdad que unas monjas benedictinas regentaron un internado para chicas en Kylemore durante muchos años; ¡concretamente hasta el año 2010! Ahora que lo pienso, seguro que se ha escrito más de una novela en torno a ese internado... ¡y no me extraña!

Como veis, no faltan temas en esta novela, y esto no es todo porque aún se tratan un par más: por un lado el trabajo y el carácter del artista (que sale a colación del trabajo del padre de Adriana) y por otro el trabajo del escritor, el camino que hay hasta llegar a tener una novela entre las manos y las preguntas que debe hacerse un escritor. Adriana incluso hace un curso de escritura en algunos capítulos, así que no es algo que se trate por encima.
Por otra parte, muchas de estas ideas que toca la novela parten de la propia experiencia de la autora, que, si no lo he entendido mal, de adolescente pasó un año interna en Kylemore (¡imagínate!), su madre es pintora, pasó su niñez en Francia... Así que parece que Jacinta Cremades no ha tenido que buscar la inspiración muy lejos para componer esta novela.

Los capítulos cortos, los constantes cambios de escenario y una trama que intriga cada vez más hacen que no puedas soltar el libro. Además destaca mucho la ambientación, tanto de París como de Kylemore; se nota que la autora conoce bien ambos sitios y que ha sido natural meterlos en la novela. El inicio del libro se toma su tiempo en presentar a los personajes y ambientar al lector, pero hacia la mitad los acontecimientos se aceleran y hay más de un giro de los acontecimientos que no me vi venir.

Si os apetece viajar a Irlanda, conocer la historia de un sitio tan bonito como Kylemore (que, por cierto, muchos de los datos que cuenta sobre los Henry son totalmente verídicos, y es que la vida de esa familia fue un poco de película), dar un par de paseos por París y sumergiros en una trama con fantasma incluido (y hasta ahí puedo leer), este es vuestro libro.
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Regresa la bonita pluma de Jacinta Cremades que la conocimos gracias a su primera novela Regreso a París. En esta ocasión Jacinta nos transporta a la inhóspita región de Connemara donde tres amigas están unidas por una promesa que realizaron en la abadía de Kylemore, el internado donde las tres permanecieron. Una promesa que las ha unido en el tiempo pero que ahora años más tarde están a punto de romper.
Adriana es la protagonista principal, ella está pasando un momento duro con una ruptura, su vida ahora es un caos ya que una crisis existencial la atormenta, vive con su padre con el que no es que se llevé especialmente bien y quiere retomar ese bloqueo que la mantiene alejada de la escritura. Adriana nos irá mostrando tanto el presente como esa estancia en los años noventa en el internado de Kylmore. Ahora su vida se sacude a la recepción de una carta de su amiga Gela que ha decidido casarse y la invita al enlace que se celebrará en la misma abadía que antaño las unión por la maldita promesa.
Pero Gela tiene un plan que quiere llevar a cabo y necesita de sus dos amigas para cumplirlo.
Nos os puedo desvelar más sobre la trama ya que todo el libro gira en torno a esa maldición que las rodea a las tres y que a lo largo del libro iremos sabiendo que es lo que sucedió años atrás.
Con capítulos cortos iremos alternado presente y pasado no dejando ningún cabo suelto en una trama que se va uniendo a todos los personajes que van apareciendo. Sister Anne, la monja benedictina que tan bien se lleva con Adriana, Patricia la expaeja de su padre de la que considera una segunda madre o los persoanjes del pasado mas remoto de Kylemore como son Mitchel y Margaret Henry, Geraldine o Demian.
En conclusión, un libro que he disfrutado mucho ya que me encanta como escribe Jacinta y un secreto que me ha mantenido enganchada a sus páginas. Os recomiendo entrar en la abadía de Kylemore y que descubrais que se oculta tras sus muros.

Adriana tiene claro que ella se siente escritora y quiere dedicarse por completo a esta actividad. Ese amor por la escritura nació en su adolescencia cuando decidió escribir un diario en un internado irlandés, la abadía de Kylemore, al que la envió su padre y Patricia, la pareja de éste. Ese año (1994) fue decisivo para ella por todo lo bueno y lo malo que tuvo que vivir. Por un lado, conoció a sus dos mejores amigas (Gela e Ida), pero sabe que esa época las marcó negativamente a las tres. Desde entonces, encima de ellas pesa una gran maldición que no las ha dejado ser felices en sus vidas amorosas, cada vez que lo intentan sucede alguna desgracia que destruye cualquier relación sentimental. Todo se reaviva cuando Gela la invita a su boda, Adriana no entiende cómo su amiga pretende arriesgarse de esa manera, pero ésta le asegura que sabe cómo pueden liberarse de la maldición que se llevaron de la abadía de Kylemore; eso sí, necesita la colaboración de Adriana e Ida...

Una novela que consigue atraparte desde la primera página. La historia tiene muy buen ritmo en sus tres líneas temporales que se complementan a la perfección. La ambientación es gótica y realmente fascinante. Si os gustan las novelas con intriga y suspense, donde se mezcla lo paranormal con la realidad, tenéis que darle una oportunidad porque es un lujo para los sentidos; consigue que te transportes inmediatamente a ese internado que os pondrá los pelos de punta, pero del que tampoco querréis iros porque la historia que esconde entre sus muros es hipnótica y adictiva.

En este libro, nos sumergimos en un mundo donde el pasado y el presente se entrelazan en una danza intrigante de secretos y misterios. Esta cautivadora novela transporta a los lectores a la belleza de la abadía de Kylemore en Irlanda y a la vida contemporánea en París, creando una trama envolvente que se despliega en tres líneas temporales (Sí, ¡tres!).

La prosa hábil y evocadora de la autora pinta vívidamente tanto los deslumbrantes paisajes de Irlanda como los encantos de París. La alternancia fluida entre las tres épocas agrega profundidad a la trama, y los detalles meticulosos sumergen al lector en la atmósfera de cada período.

La maldición de Kylemore no solo es un relato de amistad y secretos, sino también una exploración de la promesa y la lealtad. Las protagonistas se encuentran en una encrucijada, donde las decisiones tomadas en el pasado tienen un impacto profundo en sus vidas actuales. El enigma de la familia Henry es, para mí, el que más me ha mantenido pegado a las páginas del libro.

Los personajes están hábilmente construidos, y su evolución a lo largo de la historia es palpable y convincente. La autora teje sus voces de manera magistral, sumergiéndote en sus pensamientos y emociones.

A medida que la historia avanza, el lector se encuentra atrapado en un torbellino de secretos, revelaciones y decisiones de vida. al llegar al emocionante desenlace, queda claro que esta novela es mucho más que una historia de amistad; es un viaje enigmático a través del tiempo y los secretos que mantendrá a los lectores cautivados hasta la última página.

🟢Te lo recomiendo si:
&#xNaNTe gustan las novelas donde se mezcla pasado y presente.
&#xNaNTe gustan las novelas donde la amistad es importante.
&#xNaNTe gustan las novelas con una maldición que desentrañar.

🔴No te lo recomiendo si:
&#xNaNTe gusta centrarte en una sola historia, ya que aquí las historias se entrelazan.

Viajamos a Paris para conocer a nuestra protagonista Adriana. Una joven aspirante a escritora que tras recibir la inesperada invitación de boda de su amiga Gela dara un vuelco su vida y rememorando su infancia la cual paso en el internado de Kylemore (Irlanda) donde se celebrará dicha boda a la cual también asistirá Ida, amiga de ambas.

Viajamos en dos líneas temporales, presente y pasado, concretamente a 1994 donde sucedieron unos hechos importantes para la historia y que tuvo como resultado una promesa por parte de las tres que consiste en renunciar al matrimonio para poder sobrevivir.

Es la primera vez que leo a la autora y me ha gustado mucho su manera de escribir. Con una narración cercana y unos personajes bien definidos creando un misterio que no se resuelve hasta prácticamente las últimas páginas.

La trama está muy bien hilada y ha conseguido que no deje de hacerme preguntas a lo largo de la lectura. Pero tengo que reconocer que esperaba algo más con respecto al final el cual me ha dejado un poco fría.

A rasgos generales es un libro entretenido con la que he salido de mi zona de confort y aún no terminando de convencerme el final he disfrutado de esta lectura.